THE INSIGHT: White Noise (Swissdarknights 2015)
Da gusto cuando te dan a conocer bandas nuevas. Es un inmenso placer (por lo menos para mí) cuando gente cercana te presenta grupos que acaban de salir o que recientemente han presentado un nuevo trabajo o lo que sea. Es, ciertamente, una de las mejores cosas que nos pueden suceder a los que amamos la música por encima de cualquier otra disciplina artística. La sensación de estar descubriendo algo novedoso (para ti en ese momento, seguro), el comenzar a escucharlo, las dudas sobre si el gusto de tu cicerone auditivo coincidirá con el tuyo y, finalmente, la constatación de que es así, de que ese amigo estaba en lo cierto. Es un goce también, aunque un poco en menor medida, cuando el que hace las “presentaciones” no es alguien tan directamente conocido, cuando es un sello o el propio grupo el que te presenta algo que no sabías que existía, un grupo o un disco en cuya existencia no habías reparado, por la razón que fuera. Por más rabia que dé cuando te enteras de que “tenías que haberlos conocido antes”.
Los franceses (de Rennes) The Insight no acaban de llegar precisamente al panorama oscuro internacional. White Noise es de hecho su tercer disco tras Hidden Things (2007) e Into The Fall (2000). Quince años que si bien han dado para pocos discos, francamente, han conseguido acrisolar un sonido propio y tremendamente efectivo. Un sonido que bebe de las fuentes habituales del postpunk y la darkwave fundamentalmente ochentera, pero que partiendo de esos lugares comunes, ha ido evolucionando a, como digo, una forma de hacer bastante personal y original. Algo que no es precisamente muy habitual en estos tiempos que corren. Y resulta que yo no tenía ni idea de quienes eran estos The Insight. Y tuvo que llegar Valerio Lovecchio (líder y guitarra en Yabanci y capo de SwissDarkNights) a “explicármelo”. Y bien que se lo agradezco.
Si te paras a escuchar atentamente este White Noise (y si lo comparas con sus dos trabajos anteriores) te das cuenta de cómo ha ido creciendo la banda, de cómo ha ido desarrollando esa forma de hacer que decía antes. A primera vista, las canciones son más largas, la estructura más compleja, el número de matices –y los ambientes diferentes creados en el interior de cada tema –mayor. El aire casi postrock de One Eyed Jack (que abre White Noise) se abre en canal ante el bajo pulsante y tremebundo y la guitarra distorsionadísima de Drownded (para mi gusto uno de los mejores cortes del CD). Give Me A Chance comienza con ritmo y bajo protagonista para luego dar entrada a guitarras e ir configurando un tema bien realizado, bien hecho pero que a mi modo de ver no alcanza lo excelso de Drownded. Acercándosele pero sin llegar. Lost Souls es puro postpunk moderno en lo instrumental, algo menos en la voz, más agresiva y aguda de lo que en ese palo suele ser habitual. Un muy buena pieza, no en vano sonó aquí, de esas que escuchas varias veces seguidas. Con Falling Down regresan los largos minutajes, los medios tiempos. La voz (me parece encontrarle alguna reminiscencia de Bono), dirige estos casi siete minutos y medio en tono épico, menos grandilocuente de lo habitual cuando la épica marca el tempo, pero no por ello falta de desgarro. I Will es muy peculiar, no tiene nada que ver con el resto de canciones. Casi experimental, oscura, lenta… A estas alturas el disco da un poco la sensación de retazos unidos, de trozos diferentes amalgamados para la propia confección del CD. Tal vez los ocho años desde Hidden Things sean parte de la causa. Waiting For regresa al tono postpunk de Lost Souls, aunque se queda menos en las orejas que ésta, así como The Eyes. Uno de los cortes más “pinchables” de todo White Noise, con estribillo bastante pegadizo y ritmo molón, de algún modo nos devuelve la fe en los de Rennes. The Movement es otra pieza que recuerda a I Will, corta un poco todo el rollazo que habían conseguido contagiar las dos anteriores. No es una mala canción, pero tiene tan poco que ver con las antedichas… War vuelve al postpunk de fraseo épico, bien construido, intenso, al igual que The Field o 6 Feet Under lo hacen con el estilo de Falling Down o One Eyed Jack, piezas largas, reiterativas, distorsionadas. Cierran el disco dejando esa sensación de conjunto de canciones dispares, extraños compañeros de viaje…
White Noise es un disco que parece deslavazado, sin demasiada conexión entre tres partes bien diferenciadas, tres estilos que no terminan de casar bien entre sí. Fruto seguramente de esa originalidad que citaba al principio; resultado quizá del tiempo transcurrido desde el disco anterior. No sé la razón pero es el mayor defecto que le encuentro a un trabajo que por lo demás está muy bien realizado y que contiene momentos verdaderamente sublimes como puedan ser Lost Souls o The Eyes. Algunos instantes hay un poco más prescindibles, cierto, pero son doce canciones tirando a larguitas, casi ochenta minutos de buen hacer que componen un buen disco, sin duda. Tal vez no el mejor de 2015, pero sí a un gran nivel. Muy recomendable, en definitiva, un disco y un grupo que merece todo seguimiento que se les haga.