DEAR DEER: Chew Chew (Swissdarknights/Manic Depression 2018)

Han vuelto a hacerlo. La unión artística de Federico Iovino (también en Popoi Sdioh, antaño en Land Of Passion) y Claudine Sabatel (Cheshire Cat The Bouncing) – Dear Deer – presentan ahora con Swiss Dark Nights (aunque Manic Depression se encarga de nuevo del vinilo) su segundo largo, Chew Chew. Resistiré, creo, la tentación de hacer chistecitos con el nombre. O quizá no, pues este es un disco de esos que llevaba tiempo queriendo llevarme a la boca. Un disco, además, para masticar y saborear lentamente. Vamos al lío.

Nueve canciones, nueve, en las que podemos volver a encontrar las características más habituales en el dúo: afiladas guitarras por parte de Iovino, contundentes bajos a cargo de Sabatel, esa forma realmente teatral de cantar de ambos… En esta ocasión aliñado todo con más electrónica y una clara intención de llegar a un resultado más bailable. Dentro de su estilo, que tampoco es que se hayan pasado a la EBM, ni de lejos.

 

Nadia Comaneci, primer corte, samplea (creo) a la propia gimnasta rumana (para millenials, la primera mujer en conseguir un 10 olímpico en un ejercicio de gimnasia deportiva, allá por 1976, antes de ayer, vamos) y va desarrollando mediante repeticiones y loops, combinando perfectamente las dos voces, un tema más que destacable. Dogflight también juega con loops y ritmos machacones (en el mejor de los sentidos). Recuerda vagamente al There’s Only One de Tones on Tail, especialmente en el ritmo. Los juegos vocales histriónicos, hacen el resto.

 

Jog Chat Work & Gula-Gula es el peculiar nombre del tercer corte. En él se van superponiendo capas y capas de sonido, por encima de las cuales cantan (y chillan y retuercen las gargantas) Mr. Federico y Mademoiselle Claudine). El resultado es una de esas piezas que apetece ponerse una y otra vez. Por loca y por genial. A partes iguales. Deadline empieza más bailable, hasta que entran guitarra y bajo y de alguna forma, deconstruyen lo anterior. Voces combinadas, teclados: efervescencias pop, oscuridad que ensambla perfectamente. Otra vez los loops que te van guiando a lo largo de todo el tema, sin dejarte caer en ningún momento, empujándote hacia Earworm, dónde –de nuevo, como sucediera en Clinical Physical de Oh, My – aparece Loto Ball (Phantom Limbs) a la trompeta: el resultado es un corte superdecadente, con un aire a Sex Gang Children y, al mismo tiempo, al Rozz Williams más cabaretero. Es uno de mis temas favoritos del disco y eso que, por lo general, no me hacen demasiada gracia los instrumentos de viento.

 

Stracila recupera el tono de electrónica jovial y añeja, combinando con sapiencia el ochenterismo con esa especie de wave rara americana de gente como Sixteens, Lost Sounds, etc. Las letras en polaco (me parece) acentúan el exotismo y le aportan un barniz brillantísimo a un tema que ya era reluciente por sí solo. Disco-discord es el primer single lanzado unas semanas antes que el disco. Es Dear Deer por los cuatro costados: guitarras que cortan, bajos profundos, teclados, voces que van dándose réplicas… Podría ser un resumen estilístico de todo el disco. Uno de esos “singles” bien escogidos. Ozozooz es mi otro tema favorito de Chew Chew. Si me tuviera que quedar con dos, porque como estáis leyendo, la verdad es que me gustan todos. Es una de esas canciones que de puro locas te vuelan la puta cabeza. Me resulta más earworm que la propia de ese nombre porque es de esas que las escuchas una vez y te puedes tirar una semana repitiendo el estribillo. Temaso inapelable. Y el disco se cierra con Thanatomorphosis da para nota cultural. El término alude a todos los cambios que se producen en un ser vivo tras la muerta: rigidez, enfriamiento, livideces, putrefacción… Mu bonico todo. Y mu natural también claro. Yendo al tema en sí, es de esos que van retorciéndose poco a poco, oscuros, decadentes (de nuevo). Un cierre perfecto a un disco francamente bueno. Muy bueno, de hecho.

 

En resumen, vuelvo al principio: Dear Deer han vuelto a hacerlo. Han vuelto a conseguir un trabajo redondísimo. En forma y fondo. Un disco de lo más masticable. Jajejijoju.