GRISES: El Hombre Bolígrafo (Origami Records 2011)

PortadaHasta el último momento he estado dudando sobre la conveniencia (o mejor, la coherencia) de comentar y reseñar este Hombre Bolígrafo en laletracapital. No por su calidad, claro, sino porque definitivamente se aleja de los estilos musicales que habitualmente manejamos en la página. He tenido que retrotraerme a una lejana reunión, más en el tiempo que en el espacio, en la que los “fundadores” de la página decidíamos qué era lo que queríamos hacer y cómo lo realizaríamos. En aquella reunión decidimos que por encima de todo, por encima de todo pensamiento y sensación, de todo corsé, de etiquetas y estilos, estaba lo que nos gustaba, lo que nos llamaba la atención y lo que nos “tocaba” por dentro. Por eso cuando el disco de Grises llegó a mis manos y oídos y lo escuché atentamente, me dije: qué coño, me gustan. Qué coño, hablaré de ello y de ellos. Y sí. No hacen música que se pudiera denominar oscura; más bien me recuerdan a la luminosísima explosión de pop de los ochenta, con los tecladines, las guitarras, los ritmos cuais festivos y la “felicidad” y la diversión como leitmotiv de todo. Así, los nueve temas se mueven entre lo simplemente divertido y lo engañosamente sencillo, en un disco hecho SOLO para disfrutarlo. Adiós a melancolías, hasta luego trascendencias. La música como instrumento lúdico, las letras como vehículo y un único fin para nada por debajo de propuestas más “sesudas”. ¿Todo esto suena muy extemporáneo? Pues es posible. Parece que habláramos de los citados ochentas, con sus movidas y sus historias que el propio tiempo ha puesto en su sitio, pero no, estamos en 2011 y estos planteamientos está claro que no solo son posibles aún sino que, a veces, resultan ser tremendamente necesarios. Ya habrá tiempo de volver a deprimirse con la Joy, ahora toca reir y bailar. Y con Grises y sus hombres bolígrafos vuelve a ser posible.