HAVALINA, 9 de mayo de 2015, Sala Caracol, Madrid

Finalmente Havalina doblaron el bolo. Estaba previsto que actuaran el viernes 8 de mayo en la Caracol de Madrid pero dada la velocidad con la que se liquidaron las entradas, decidieron repetir el sábado. ¿Llenar dos días seguidos una sala como esta? Al alcance de pocos, la verdad. Lo lograron. Es cierto que el sábado (que es cuando fui) no había agobios, menos gente que el viernes, pero pocas (poquísimas) entradas se quedaron sin vender. Y eso, a mi parecer, solo demuestra lo que ya sabía: que Havalina es uno de los grandes grupos patrios. Presentaban su último disco, Islas De Cemento, así que la ocasión merecía el éxito.



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La primera pregunta que surge es que para qué necesitarán tanta guitarra (hasta seis se podían contar en su soporte junto al escenario). Pregunta que se contestó sola según fueron desgranando temas. Abrieron con La Voz De Él. Y luego, casi sin descanso, Islas de Cemento, Cristales Rotos Sobre el Asfalto Mojado y, la primera concesión al pasado, Imperfección (del disco homónimo de 2009). Suena fantástico (la sala Caracol suele dar muy buen sonido). Bajo y batería perfectamente conjuntadas (Javier Couceiro y Jaime Olmedo empeñados en hacer olvidar a Ignacio Celma) y la personalísima voz de Manuel Cabezalí, al frente. La distorsión de la guitarra se hace protagonista absoluta. Viaje al Sol (de H) es buena muestra. La temperatura va subiendo. Ellos están muy cómodos y se nota. El público disfruta y también se nota.

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Incursiones (de Imperfección también) termina el primer repaso a los discos pasados. Ha subido por sorpresa Sara Uve (de Árida) y se pone frente al micro, después lo hará Daniel de Pasajero en otro tema. Al parecer ayer viernes hubo también varios invitados pero, centrémonos en Incursiones. Suena curiosa una canción tantas veces escuchada en la voz de Mr. Cabezalí transformada en “visión femenina”. Preciosa interpretación. Tras la doble incursión, baja el tempo Ya Va Siendo Hora. Atmósferas, la dulce oscuridad el recuerdo de una desintegración… Un Reloj De Pulsera Con La Esfera Rota vuelve a subirlo. Y hete aquí que tengo la única objeción que le puedo poner al concierto y es una pega absolutamente subjetiva: me saca un poco del clímax, me descoloca, me da bajón incluso, la mezcla de tempos. Me explico. El orden del setlist hace que se mezclen sin ningún reparo canciones más tranquilas y atmosféricas con otras más cañeras y, a mí, cuando estoy de subidón con la Esfera Rota, me tocas seguida El Olmo Centenario y bien, me subes más aún con Dónde, estupendo y la continuas con Ulmo (que es una canción impresionante pero muchísimo más ambiental y “lenta”) y me sacas completamente de la rueda del recital. Tras ellas, Sueños de Esquimal no funciona igual. Es una manía personal, porque miro a mi alrededor y veo a la gente pasándolo estupendamente. Es decir, no son ellos, soy yo.

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Tu Ciudad, Luces (genial) y Desierto continúan con la tralla. Y cae de nuevo la tormenta eléctrica con los dos últimos temas tanto de Islas de Cemento como del concierto: Lluvia en el Cementerio de Coches y Cementerio de Coches. La combinación de excelso sonido, interpretación a la altura y sentirse bien tocando, calan más que dicha lluvia. A estas alturas y pese a que quedan los “bises” (ya en ningún concierto son como antes, nada de repetir canciones si las pide la gente, está todo previsto; ganamos en temas pero perdemos en improvisación) se me agotan las palabras para intentar describir lo que acontece sobre el escenario. Se me agotan porque añadir más adjetivos laudatorios se antoja ya casi como dar coba y no estamos para eso. Dejémoslo en que la noche a estas alturas ya es difícilmente mejorable. Se echan de menos compañeras de concierto habituales (aunque no hablen) pero eso es otro tema.

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Decía de los bises y ya están aquí: tres, Objetos Personales, En Remolinos (versión de Soda Estereo) y Norte. Esta última cierra el espectáculo con su ambiente tan cristalino como asfixiante, con esos largos desarrollos guitarreros tan de la casa, tan especiales y personales. Una conclusión más que acertada, a mi modo de ver. En conjunto ya digo que la única pega que le puedo poner yo al set es esa mezcla que a mí me cuesta digerir pero que es un absoluto mal menor. Irreprochables en todo, un magnífico concierto. Otra vez. Y van ya unas cuantas.

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