EDREDON: Yuri Triem (Origami Records 2013)

Los madrileños EdredóN acaban de dar a luz (bueno, exagero, salió a finales de octubre) su segundo trabajo tras el esperanzador debut de hace tres años. Yuri Triem es su nombre y da una vuelta de tuerca a lo ya demostrado en el disco citado: pop, electrónica, buen gusto… krautrock, sintetizadores de sabor añejo, indie… atmósferas, capas, tejidos futuristas… podríamos seguir así dos horas y, por fortuna, no estaríamos ni un centímetro más cerca de “definir” lo que la banda entrega en este CD. Si algo distingue al quinteto (ahora mismo cuarteto), aparte del eclecticismo absoluto, es la también absoluta no-intención de sonar como nada, como nadie. La tremenda capacidad para ser distintos en cada canción, incluso dentro de la misma canción. Eso tiene un ligero defecto, que se acentuaba en su disco homónimo: lo deslavazado del concepto hace parecer casi un recopilatorio cualquier disco, cada tema parece no tener nada que ver con sus “hermanos”. En Yuri Triem, si bien el eclecticismo se mantiene, las diferencias se han limado un poco (probablemente la producción de Sam Willis tenga bastante culpa) y hay una mayor unidad estilística. Identidad lo llaman. Pues bueno, creo que, lo sea o no, es lo de menos. A mí me gusta que requiera un esfuerzo encontrar puntos de unión, nexos entre canciones, incluso referencias e influencias, numerosas pero no tan obvias. Me gusta que no sea sencillo encajonar, clasificar, cuadricular a un grupo. Intentemos, pese a todo, dar algunas pistas.

Yuri Triem se mueve con desparpajo en una tesitura redondeada, plástica, como de futuro setentero. Como un cruce entre 2001 y cualquier fantasía de anticipación de la época. Un toque pulp, un toque vintage (que se lleva mucho ahora el palabro). El uso indiscriminado de teclas de inspiración analógica recuerda esa ciencia ficción cuyo futuro esbozado ya hemos superado, sin por supuesto acercarnos. Un lugar donde reina el teclado, sin disfraces, el que persiguen temas como la esférica e iniciática Caballero!, una especie de extraño encuentro entre el rock y el pop electrónico, oscuro y retro; la reventona y kraftwerkiana Ripoll; la evocadora y enmadejada Matinal. Un lugar también donde la guitarra distorsionada tiene mucho que decir, no está ausente de las piezas más sintéticas, ni siquiera de las citadas pero tras escuchar Palmarés un par de cientos de veces (por nombrar una, también podría decirse lo mismo de Cosmic Chicken), echo de menos más peso en las cuerdas de algunos temas. Densas, intensas, repletas de matices, especialmente Palmarés. Por el contrario, Madame Toussaud se mueve en una calidez inusual, como si la frialdad inducida por Safe Houses (clarísimo single, tal vez sea la más accesible, sobre todo para el público indie) hubiera desaparecido del todo. La voz lejana, casi ininteligible y difusa hace un poco de contrapeso, pero no lo bastante. MToussaud da paso a Interrelox, que nos devuelve a ese futuro distópico intuido en los cortes anteriores, distorsionado como esas guitarras y sus resonancias infinitas, pura esencia shoegaze tortuoso, un tema que segurísimo que gana en directo (como pienso que sucede con todos, si son capaces de acometer el mismo sin echar en falta arreglos). Lottery Man cierra el CD y es, sin embargo, la canción que menos me llega de todas. La más alejada de mi gusto probablemente. La “dejadez” en la manera de cantar, seña de identidad cuando EdredóN decide quitarse la careta instrumental no ayuda mucho en este caso. Una pena por ser el cierre, pero que no empaña el hecho de que es la excepción en un álbum estupendo.

Yuri Triem es uno de esos trabajos que ganan con cada escucha, uno de esos discos que te reconcilian con la música sin apellidos, que te abren la mente y que te enseñan a mirar más allá del tópico. Lejos de etiquetas, de estilos, de definiciones torticeras. Música bien hecha. Sin más. Ni menos.