WINTER SEVERITY INDEX + MUERTE MORTAL, 3 de marzo de 2017, Sala Wurlitzer Ballroom, Madrid

Por alguna razón que no logro comprender tengo un extraño imán para que en TODOS los conciertos a los que asisto, se me termine acoplando el elemento más freak, más pesado, más raruno o, normalmente, alguna combinación de dichos elementos en porcentajes variados. Puede que el que sea habitual en mí intentar disfrutarlos desde las primeras filas influya. Puede que sea mi imponente presencia e indiscutible atractivo. Al menos para estos con frecuencia infraseres. Puede que sea la colonia. O el karma. O Saturno en la segunda casa. O qué sé yo. El caso es que esta circunstancia es mucho más frecuente de lo que la estadística y el azar admiten. Y el caso es que otra vez, como tantas veces, esa presencia (y sus actos, claro, no era un ectoplasma) me sacó bastante del ambiente que Muerte Mortal se estaba trabajando canción a canción. Hasta el punto de que tocaron alguna canción que pasó para mí desapercibida. Pa haberlo matao, desde luego. Pero vamos un poco más atrás.

 

El evento planteado para el viernes 3 de marzo por la gente de Indypendientes (gracias Rafa) era más que atractivo: las italianas Winter Severity Index en su segunda visita a Madrid (la primera fue de la mano de De Profundis, a quienes creí ver por la sala pero no llegué a saludar siquiera) y, de aperitivo, Muerte Mortal, que en breve tendrán además nuevo disco. La sala, coquetona y recoleta (o pequeña y con solera, como prefieras), la céntrica “Wurli”, la Wurlitzer Ballroom de la calle Tres Cruces, en la misma Gran Vía. Bastante llena por cierto, aunque no tanto como para molestar, lo que también fue motivo de alegría. Todo apuntaba a plan perfecto, incluida la visita de varios amigos a los que llevaba tiempo sin ver así que…

 

 

Ya entrando en materia, os diré que bastante puntuales, dentro más o menos de lo previsto, el trío Mortal tomó el escenario. Entre media hora y cuarenta minutos tenían por delante para convencer al personal que no los conociera y para hacernos disfrutar a los que sí los conocemos (y apreciamos, como es mi caso). Temas como Gritos, Contertulio o Cejas, se han hecho un hueco en el corazoncito del que esto escribe así que celebro que las tocasen. El sonido, el habitual de la sala, decente, bueno por momentos y sin problemas técnicos apreciables, lo que es de agradecer también. Sorpresas como Nuevo novio, Nuevo look (uno de los dos temas nuevos que presentaron) se añadieron a las más habituales Pueblo o Genio, demostrando y enseñando que el nuevo disco promete estar al menos a la altura del anterior (que meses o años después, nos sigue encantando).

El otro tema nuevo nuevo, Un día de Trabajo en el Ministerio, pasó para mí inadvertido gracias al infraser antes mencionado así que no os puedo decir nada de él. Vergüenza Ajena y Se te abre la boca (unidas como suele ser habitual) cerraron una actuación cortita para mi gusto pero intensa como suele. Muerte Mortal son de esos grupos que (por lo menos a mi) a la primera cuestan pero que cuando te metes en su personal, oscura y sarcástica manera de ver y entender el ¿punk? te enganchan irremediablemente. El bolo del otro día no fue excepción, ya os digo que la única (entendible) pega fue la corta duración obligada por las circunstancias. Y eso siempre es buena señal.

 

Había ganas de ver a Simona y a Alessandra (y a Giovanni, claro), tras el buen recuerdo del concierto de la Rock Palace y el estupendo Human Taxonomy que se marcaron hace unos meses. El haber tenido la posibilidad de entrevistarlas para la radio y la web no hacía sino acrecentar la sensación. Y casi sin descanso entre grupos, los primeros acordes de Bianca, instrumentales, dieron paso al terminar a un montón de problemas con el micro de Simona que interrumpieron aquí el concierto. Giovanni anduvo trasteando con el bajo el Celebrate de los Fields y el Bela Lugosi’s Dead de Bauhaus entre otros, lo que sirvió de entretenimiento mientras se solucionaban los problemas con el micrófono.

 

Detrás del trío, imágenes proyectadas de muy diversa índole acentuaban la atmósfera creada por la distorsión guitarrera de Simona, los teclados atmosféricos y melódicos de Alessandra, los ritmos postpunk del bajo de Giovanni y la programación rítmica. Si de algo pueden pecar los grupos del estilo de WSI es de una excesiva linealidad sonora, por lo que el apoyo visual siempre se agradece. Si encima es adobando temas tan bien hechos como Athlete, A Quiet Life (ambos de Human Taxonomy) o No Will (de Slanting Ray), pues mejor que mejor. El público parece disfrutar tanto como yo mismo y alternativamente baila y se mece a los sones de los trasalpinos. Los problemas del sonido se han solucionado totalmente y todo suena razonablemente bien (y excelentemente en alguna ocasión).

 

 

Mientras, continúa el repaso de Human Taxonomy, combinado con temas aquí y allá de su otro LP (el mencionado Slanting Ray): The Brightest Days, Compulsion; también Drums Of Affliction, Waiting Room y las maravillosas Backstroke y 5AM, si es que las anteriores no lo eran ya. A estas alturas del concierto está ya todo el mundo absolutamente entregado e incluso Simona (lógica y francamente incómoda al principio) parece pasarlo tan bien como nosotros. Quedaban solo un par de temas, pero ¡qué dos temas! A Sudden Cold. Uno de mis favoritos de toda la trayectoria del grupo, sin duda el mejor de Slanting Ray. Life reminds me to forgive and survive. Musical y líricamente impresionante. Y la sorpresa, para mí, de la noche. Severity, del añejo EP homónimo del grupo. 2010 nada menos. Se nota la evolución del sonido desde entonces ahora, al mismo tiempo que se aprecia perfectamente una unidad estilística, estética y de “concepto”, por decirlo de algún modo. Ya os digo que una gran sorpresa, pese a que también la tocaron en Madrid hace un par de años, además de un estupendo broche final.

 

Y hasta aquí llegó el bolo, tal y cómo estaba concebido, el público quería más, todos queríamos más, pero es bien sabido que cuando hay programaciones de por medio, los bises son complicados. Aún así, decidieron volver a salir e improvisar una pieza. No sé si terminará en canción futura o si se quedara en anécdota. La verdad es que sonó francamente bien. Esta vez no hubo repetición de ningún tema y con esa improvisación pura terminó el concierto.

 

 

Después se quedaron bastante rato firmando discos, posters y atendiendo a todo el mundo que quiso acercarse a ellas, con una simpatía y con un buen rollo impresionante. Creo que se lo pasaron bien (arriba del escenario y después) y se notó. Quedaba la fiesta post-concierto en otra sala, pero para mí era tarde ya. Los horarios del metro tampoco ayudan, pero en fin. En resumen fue una tremenda noche, dos tremendos conciertos y una nueva ocasión para salir convencido de que digan lo que digan (y lo llevan diciendo al menos treinta años), la escena oscura en lo que se refiere a la parte artística (la industria es otra cosa) goza de una salud envidiable. Nostalgias aparte, creo sinceramente que nunca ha habido tantos grupos y tan buenos al mismo tiempo. Nunca. Y aquí seguimos y seguiremos: disfrutándolos.

 

Texto: Avatar

Fotografías:  www.jfcfotografia.es para laletracapital

 

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