WHISPERS IN THE SHADOW: Yesterday is Forever (Solar Lodge Records, 2020)

Foto por Werner Nowak

Foto por Werner Nowak

Si hay algo que queda patente con Ashley Dayour, es que quiere expandir los límites del underground oscuro. En The Devil & The Universe se vale de la música ritual y ambiental (cuando no discotequera); en Near Earth Orbit, junto a Artaud Seth, empujan al rock gótico en una dirección minimalista y experimental, con recursos electrónicos propios de otros estilos; y con Whispers In The Shadow intenta superar el culto actual al post punk y la new wave ochentera.

Han pasado dos años desde The Urgency of Now, su anterior álbum, y el sonido rockero que define a gran parte de Yesterday is Forever ya se podía rastrear en su predecesor. De hecho, hasta los títulos de ambos álbumes dan una pista sobre la conexión temática y sonora que comparten. «Cuanto más tememos el futuro, más reciclamos el pasado», una reveladora cita extraída del tema Passion project, deja bien claro las intenciones del grupo.

En Yesterday is Forever hay rock, rock oscuro del bueno, sin las manías grandilocuentes y desfasadas de los dinosaurios rockeros ni muchas de las muletas del post punk a las que estamos demasiado habituados. Y también hay espacio para temas más experimentales y melancólicos, sin abandonar el marco de su «psychedelic wave rock».

Probad a escuchar las baterías y guitarras de Forever 1985 o The Horror, y decidme si no es el equivalente a desengrasar los oídos de la omnipresencia de bajos, cajas de ritmo y sintes de tanto darkwave y postpunk. Vale, está claro que no inventan nada, pero sacan a la superficie las energías adormecidas del oyente, y eso no es poco. Además, se permiten añadir esa capa de psicodelia que le da más profundidad a dichos temas con recursos como voces distorsionadas, campanas o teclados teñidos de tensión.

 

Luego tenemos Walk on the Mirror, que oscila entre la belleza de los violines, las guitarras acústicas y las melodías agridulces de Ashley Dayour. En A War That Never Was recurren a cajas marciales y flautas de estilo andino. En estos dos temas es donde vas a encontrar lo más parecido al sonido dark folk que declara el grupo, algo que no he hallado de manera evidente.

 

Curiosamente, Toxic Express suena como un himno de los ochenta, con ese punto entre el punk y New Model Army. Nada que objetar, porque les ha salido redondo. Y en el lado opuesto está Adrift, que no remite a nada más que a la propia y pura personalidad de la banda. Con todos los instrumentos que utiliza (campanas, instrumentos de cuerda, un bajo más presente, guitarras acústicas y eléctricas, batería acústica) se convierte en un buen punto medio de todo el álbum.

Así que ya veis por dónde van los tiros… Yo no soy un gran seguidor de la banda y les había perdido la pista desde Permanent Illusions (2001), pero con The Urgency of Now (2018) volvieron a engancharme. Para algunos fans era su mejor álbum hasta la fecha, y probablemente Yesterday is Forever mantendrá el listón y lo superará en algunos temas.