UMBRA ET IMAGO: Opus Magnus (SPIRIT 2010)

A la hora de hacer una reseña de un álbum de Umbra et Imago, no solo se ha de tener en cuenta el aspecto eminentemente musical, sino que analizar el concepto se vuelve, cuanto menos, indispensable. «Opus Magnum» es el último disco que van a publicar, lo cual no quiere decir ni de lejos que no haya más música, que la habrá, simplemente significa que, tal y como está el negocio musical, empieza a resultar poco rentable hacer tiradas de cds de grupos tan underground como los de Mozart.
Nos encontramos ante la punta de la pirámide de la carrera musical de Umbra et Imago. Lo más llamativo es que han dejado casi completamente de lado las letras eróticas y sadomasoquistas, en sus propias palabras porque «ya han hablado demasiado del tema y porque ahora hay muchos otros que lo hacen».
Por el contrario nos encontramos ante una obra sorprendentemente épica, rozando el dramatismo operístico, pero sin perder ni un ápice de personalidad ni defraudar a cualquier fan de cualquiera de sus épocas pasadas.
El disco abre con «Ohne dich», balada con piano y con videoclip incluído, que muestra el lado más sensible y delicado de los germanos y que igualmente se vuelve a repetir en temas como «Gebet nº1».
Evidentemente no es la línea del disco. «Depressionen» o «kokain song» nos devuelven inmediatamente a los Umbra más distorsionados, cañeros, e irreverentes.
Musicalmente hay que decir que no han vuelto a inventar nada, ni han intentado dar más vueltas de tuerca de las necesarias en su sonido. En la totalidad de la producción, (algo mejor que en anteriores ocasiones, todo sea dicho), se aprecia una cantidad de cuidado extra que en otros discos han pasado más por alto. Se aprecian notablemente los pianos a lo largo y ancho del disco, así como unos preciosos violines, coros y teclados envolventes, haciendo precisamente más claro el concepto de «Opus Magnum».
«Liebeslied», otro de los cortes más interesantes, se convertirá rapidamente en un rompepistas, por su ritmo machacón, los coros fantasmales, un estribillo simplemente demoledor y ese regustillo ochentero que tanto le gusta a Mozart. De hecho, en parte me recuerda mucho a aquellos hits de Billy Idol pero pasados por el tamiz dramático y nostálgico de la banda.
Creo sinceramente que este disco no será recordado como el mejor trabajo de Umbra et Imago, aunque posiblemente lo sea. Su tiempo seguramente haya pasado ya, al igual que para muchos otros grupos salidos durante la explosión gótica de principios de los noventa, pero nadie nos quitará a sus fans más acérrimos de disfrutar de 13 magníficas canciones con el sello indiscutible de los Umbra et Imago y ese aire a rock gótico noventero que tanto nos gusta y que ya se ha convertido, al menos para muchos de nosotros, en atemporal. Para los amantes de las ediciones especiales, no dejeis de encargar cuanto antes la edición limitada del álbum, con un diseño de lujo, negro elegante y haciendo justicia a las canciones que contiene el disco, junto con una corbata de regalo, que aunque no me parece el regalo más apropiado, he de reconocer que es bastante chula. Tan solo queda esperar a ver que nos depara el grupo tras la gira europea que, aunque seguramente no pasará por España, no dejará indiferente a ninguno de los amantes de un rock gótico tan enérgico como decadente.

Texto: Espíritu