THE FLOOD: In Love Or Despair (Danse Macabre 2013)

Hay electrónica y electrónica. Indudablemente. Depeche Mode son electrónica. Deine Lakaien también. Y Front 242, por seguir con los clásicos (he estado tentado de citar también a Vangelis, hablando de clásicos, pero sería a lo mejor rizar el rizo). Y, por supuesto, toda la cohorte de Ebemeros más o menos duros, más o menos oscuros. Lo dicho, hay electrónica y electrónica. Reconozco que cuando recibí este disco (cortesía de Danse Macabre) y el resto de los que lo acompañaban (próximamente, pero no en los mejores cines, en estas mismas páginas) me surgieron dudas. Qué puedo yo decir de un disco de este estilo, etc, etc. Pues lo primero que debo decir es que lo que aquí hace Mr. Hof es pop. Fundamentalmente pop. Basado en sintetizadores, sí; a ratos bailable, también; con ramalazos oscuros e influencias de la darkwave (fundamentalmente de la germana de los noventa), claro. Pero pop, pop de lo más resultón. Muy bien hecho, por cierto.

El proyecto de Markus Hof (aunque cuenta con la “ayuda” de Manuel Richter y de las guitarras de Thomas Haubner de cuando en cuando) debuta en CD largo con este In Love Or Despair (tras su Something In The Way, ep del año pasado) y lo hace desarrollando sus composiciones en algún lugar intermedio entre el tecnopop primigenio y las grandes y electrónicas bandas alemanas de la década antes citada. Lo hace sin esconder influencias, recubriendo la sobresaliente voz (a la altura de los mejores, si no por encima) de un pelaje típicamente sintético, tan frío, tan bailable, tan delicioso como puedas imaginar. De vez en cuando además, adoba lo anterior de oscuridad bien entendida y de alguna manera abandona un poco la “felicidad” y lo cristalino de ese sonido que tan fácilmente etiquetan por ahí (lo siento, no puedo con lo de Futurepop; al cumplir el Future veinte o treinta años, ¿no deja de serlo?). Vamos que se agradecen los nubarrones por más que sean poco frecuentes. En conjunto, resulta difícil destacar alguna canción por encima de otras, todas tienen un nivel similar. Sí que sorprende dicho nivel (bastante alto) en un disco debut. No es muy corriente encontrar en un primer trabajo, tanta calidad, tanta canción redonda, tanto tema al que resulte francamente difícil poner alguna pega mínimamente objetiva. Sí, puede que por una cuestión de estilo, este no sea tu sonido favorito, pero ese es otro tema que nada tiene que ver con lo que hablamos. Lo hacemos de catorce cortes entre los que no tengo demasiado interés por destacar ninguno. No estaría bien, no sería justo. Si no tengo más remedio que quedarme con alguna, tal vez la estupenda Never Wanted sea una de mis favoritas. Bastante más atmosférica que en la versión original (ya estaba en el EP de 2012), las texturas, la envoltura dramática, la adición de capas de sonidos a una composición que ye era brillante per se, la hacen especial. Al menos hoy, pues este es uno de esos discos que te hacen cambiar de “favorita” en cada escucha. Las guitarras omnipresentes y tratadas de Don’t Miss You, también me parecen dignas de mención y le otorgan al tema un aire completamente darkwavero, muy agradable de escuchar. Se apoyan en unos ritmos crecientemente más complejos y la voz (siempre la voz) llena de matices termina por redondear un conjunto también destacable. Melodías elaboradas a la vez que cristalinas, sentimientos perfectamente expresados que nada tienen que envidiar a los “grandes” nombrados, nada de nada. No tiene The Flood la profundidad de Deine Lakaien, tampoco seguramente lo pretenda. No tiene la frescura del primer tecnopop, treinta años son demasiados. Pero no me cabe ninguna duda de que a los fans de ambos “extremos” (si es que lo fueran, que tampoco eso lo tengo demasiado claro) les debería gustar este In Love Or Despair. Les debería gustar mucho.