SONIC JESUS: Neither Virtue Nor Anger (Fuzz Club Records 2015)

Sorprendente este Neither Virtue Nor Anger de los italianos Sonic Jesus. Tras un exitoso EP en 2012, sacan ahora su primer larga duración, nada menos que un doble LP con dieciséis canciones que se mueven indistintamente entre el rock guarro y oscuro de unos Swans pasados de drogas lisérgicas, la psicodelia más cenutria, el krautrock hipnótico y adobado en ruido blanco o el shoegaze tenebroso de los padres de todo esto. Lo sorprendente, aparte del formato elegido para presentarse en sociedad, es que lo hacen tremendamente bien. Resultan tan creíbles como frescos, tan inspirados como recomendables.

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Componen la primera cara cuatro cortes que van desde la distorsión mesmerizante de Reich al postpunk de Triumph, desde el shoegaze tranquilorro de Locomotive a la psicodelia casi garajera de Sweet Suicide, para conformar un primera toma de contacto ciertamente inquietante y estimulante a partes iguales. Pero le das la vuelta al disco y te encuentras con la “simpática” Dead. Estupenda pieza que recuerda inmediatamente a los mejores Loop sin dejar de sonar tremendamente actual. Melodías pegadizas, oscuridad, distorsión… empieza bien esta cara B. Lost Reprise (Francesca) son siete minutos y medio de un medio tiempo desasosegante e inspirado. Efectos mil de guitarra y casi casi un aire postrock que define (de nuevo) los paradigmas de estos Sonic Jesus tan eclécticos. Y Paranoid Palace no queda atrás, sigue un poco en una línea parecida, más limpia pero sólo un poco. La cara se cierra con la locura de Drift 22. Vuelta al ruido, a la distorsión, a la repetitiva demencia de casi tres minutos geniales. Un primer LP que deja sin respiración.

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El segundo vinilo comienza con Monkey In My Back. Más canónica, con aires casi blueseros, los Swans de nuevo en el retrovisor. Oscura y guarra, voces muy tratadas, música evocadora y lejana. Whore Is Death es minimalista y percusiva, casi experimental. Como de unos muy muy primigenios Death In June, de los de antes de abrazar el folk con guitarrica. My Lunacy es sensiblemente diferente. Cercana al planteamiento psicodélico de Sweet Suicide, resulta aún más estimulante. Abre la oreja para el delirio lunático de Luxury, que retoma el pulso de la comentada Drift 22 o de Dead, en cuanto al aire distorsionado noventero, las reminiscencias de bandas como Loop o el aire a unos Spaceman 3 pasados de vueltas (sí, más).uno de esos cortes que no te cansas de escuchar. y ya sólo nos queda una cara, cuatro canciones. Cancer está en la misma línea que la anterior, con la voz más tratada, menos “humana”. Falla un poco el tiro y se me hace algo pesada, posiblemente por exceso de tratamiento en todo, tal vez hubiera funcionado mejor con algo menos de arreglo. Pero no podemos saberlo. Es el mismo caso que el de Telegraph. Buen tema, correcto, pero lejos de los mejores del doble álbum. No todo pueden ser obras maestras, es normal que alguna quede algo más flojilla. Underground levanta un poco pero me sigue pareciendo inferior a otras ya comentadas. Veamos Kali Yuga que cierra el trabajo. Ocho minutos de experimentación sonora, de paisaje ruidista con melodía, de atmosfera casi pura. Vale la pena, es la mejor de la cara, pero… parece como si hubieran dejado esta última cara para descartes de las anteriores. Y es una pena.

 

En resumen Sonic Jesus han hecho un gran disco, con los tres primeros cuartos mucho mejores que el último, pero con eso y con todo por encima de la media. Gran doble LP más que recomendable.