SHRINE: Somnia (Cyclic Law 2012)
Como sucede también con casi todos los proyectos de este tipo, es francamente difícil dar con la clave que permita separar calidades. Tan difícil como discernir entre sueños, entre melodías evocadoras, incluso entre ficción y realidad. Porque en el fondo de eso se trata. En el fondo lo que hace que un disco sea bueno o sea malo casi siempre está lejos de criterios objetivos y termina siendo una cuestión de “me gusta” o “no me gusta”. Siendo esto así, en el caso de este género musical, me atrevería a afirmar que el criterio debe ser incluso utilitario: logra lo que pretende o no llega a conseguirlo. Y dentro de eso, ¿hasta dónde te lleva la música? ¿Se queda en el intento de sugerirte sensaciones? Somnia logra, en la prácticamente una hora que dura, llevarte por dónde quiere. Consigue, en sus ocho canciones, que, aunque son independientes entre sí, puedas ver el disco como un todo. Un todo instrumental, sí, por supuesto, pero tan cuidado que hace que hasta la presencia de voces se antoje innecesaria. Un todo estupendo que recrea ese mundo familiar y desconocido a la vez de los sueños. Ese mundo surrealista al mismo tiempo que común a todo mortal que si perdiera el misterio de la no lucidez, tendría menos interés. Y lo consigue sin alardes innecesarios, solo (que no es poco) a través de capas y capas de sonido exquisito. A través de estratos a diferentes niveles, siempre tratando de sintetizar sin agobiar, que empapan los oídos del escuchante inundándolo por dentro. ¿Quién necesita más?