LÁUDANO: QuintaEsencia (Autoproducido 2016)

Foto del cuarteto clásico en QuintaEsencia (Láudano, 2016)

Láudano siguen deleitándonos con su personal propuesta a través de su nuevo trabajo, QuintaEsencia. Este es su quinto álbum y como podréis deducir, su título es una declaración de intenciones. Al investigar un poco sorprende la cantidad de trabajo y cariño que se tiene que haber invertido en él. QuintaEsencia contiene una fuerte carga del estilo Neo-Clásico, lo que conlleva un esfuerzo adicional en la composición, más allá del común en un grupo de Rock. También es cierto que desde Onírico (2004), Láudano se ha caracterizado por incorporar instrumentos y voces clásicas a sus trabajos; pero en esta ocasión la impronta parece más evidente.

QuintaEsencia se ha grabado con un cuarteto real de música clásica compuesto por un clarinete (Diego F.), un violín (Virginia P.), una viola (Josemari C.) y un violonchelo (Cristina M.), y cuenta también con las voces invitadas de Cristina A. (soprano), Antón A. (tenor) y Rebeca Cámara. Como siempre, Alberto Díaz es el encargado de la composición, de la guitarra eléctrica y otros instrumentos, contando con Mónica Camarero para la programaciones y el teclado en directo.

Para rematar, el álbum se ha publicado en formato vinilo (además de digital) y ha sido autoproducido sin el respaldo de un sello discográfico. Una vez más, Bandcamp y tiendas como Rara Avis Store (Madrid)  se muestran como verdaderos medios de difusión para la música alternativa. Aún así, toda ayuda es poca y hay que reconocer también el papel de sellos discográficos y distribuidores, webzines, promotores, DJs de radio y de locales, etc. Pero como esto no es una disertación sobre la escena, pasemos a lo lo que importa.

Y lo primero son los posibles prejuicios. Empezamos así, a lo duro y sin lubricante. La música de Láudano puede encontrarse con varios prejuicios implantados entre los oyentes. Por ejemplo, que se trata de música “ñoña” por tener una fuerte carga de romanticismo oscuro. ¡Meeec!: error. Conviene recordar la diferencia entre el romanticismo descafeinado y simplista, del original que apela a lo sublime, en el que Eros y Thanatos están entrelazados.

Éste álbum trata de lo segundo, y tras dejar atrás los tópicos desgastados por el cine y otros medios de masas, encontramos letras y melodías que remiten a los temas de amor, sexo y muerte. Y no solo el sobreentendido amor romántico, también el visceral por los hijos que se manifiesta en anhelos y preocupaciones; el sexo en su aspecto carnal pero también sagrado, como forma de comunión con otra alma; y la muerte sobrevolándonos como una amenaza de fondo, un trauma más o menos (in)consciente que hay que aprender a sobrellevar. El propio grupo apunta otras temáticas como la rebelión, el sacrificio y la misantropía. Por mi propia experiencia, si aparcas el escudo emocional y te dejas llevar por cada uno de los temas, te ponen los pelos de punta.

Foto por Óscar Lozano

Otra posible impresión es que suenan a Lacrimosa. Sí, hay influencia; pero la diferencia es que, sin despreciar a los alemanes, esto no se ha convertido en un grupo de Metal lejos de sus orígenes. Quintaesencia es un verdadero híbrido de música Neo-Clásica y de Rock. Las letras están en castellano, y la personalidad de sus integrantes se vierte para dotar al álbum de eso tan perseguido que es la autenticidad.

La composición de los temas alcanza el equilibrio entre ser accesible al oído y no perder por ello calidad ni caer en lo simple. En total son ocho temas presentados en cuatro movimientos (allegro, lento, minuetto y moderato) y que varían entre aquellos más ambientales y otros con un punto más duro y animado. La mitad de los temas están más orientados a lo Neo-Clásico, y la otra tiende a un equilibrio bien medido entre este estilo y el Rock.

El Preludio con el que empieza Quintaesencia es una introducción gentil y suave a cargo del piano de piano y los instrumentos de cuerda invitados. Conforme avanza se convierte en Misantropía, que se endurece con la percusión y la guitarra rítmica, siendo uno de los temas más rockeros y animados. Su desarrollo está conducido por la melodía del piano y la voz de Alberto, cuyo timbre se mueve con naturalidad entre los pasajes graves y otros más agudos. Misantropía nos habla del desengaño que se siente hacia el resto de la especie de la que no podemos dejar de formar parte, una especie depredadora y perdida: “El Cielo esta llorando y la Tierra está muriendo por las promesas que jamás hemos cumplido”.

Néctar de Hiel baja las revoluciones y presenta una historia de desnudos y caricias, un carpe diem en toda regla cuya sencillez y honestidad conmueve, y que se basa en el tándem formado por las voces cálidas y explícitas de Alberto y Rebeca. Os recomiendo ponerlo a buen volumen y prestar atención para captar todos los detalles.

Quizá como consecuencia de ese amor terrenal, Una Canción Para Tí es un tema lleno de ternura, con vocación de nana; una declaración de amor paterno que habla del potencial de una vida por vivir, con sus alegrías y sus desdichas.

Danzar vuelve al equilibrio entre el Neo-Clásico y el Rock. El tema empieza con los instrumentos de cuerdas, al que se suman en capas consecutivas el clarinete, la percusión, el piano, los coros de voces y finalmente la guitarra rítimica. Cuando el escenario está a punto, la guitarra desarrolla con un punteo el motivo principal del tema y deja paso a las voces de Alberto y Rebeca, enzarzadas de nuevo en un baile maldito de éxtasis, condenación y muerte.

Mauthausen es el tema más oscuro y triste, acorde a su temática. El piano se adueña de la melodía, y voces etéreas aparecen como fantasmas atrapados en el campo de concentración, con un fondo de otras voces lejanas como ecos del pasado. No hay letras, solo el sentimiento de tristeza expresado por el piano.

QuintaEsencia, el tema que da nombre al álbum, recurre a los tiempos pausados y es un híbrido entre balada rockera y el spoken word de su comienzo, con un trasfondo de campanas y cuerdas que alcanza cierta dureza conforme avanza. El amor aparece de nuevo entremezclado con la muerte, como punto y final a una dicha que no puede durar para siempre. En conjunto es el tema más próximo al Gothic Rock, recordando al estilo desarrollado en los 90.

Postludio retoma las notas del tema anterior y lo desarrolla con un piano y el cuarteto al completo. Un final elegante en el que la voz femenina se ofrece a sí misma para que se cuente su historia y sus sentimientos. Una petición que parece ser el origen y la razón del resto del álbum, dotándole de una coherencia temática. Y esta es la identidad de Quintaesencia, un conjunto coherente de buenos temas que se puede escuchar del tirón, sin perderse por ello la identidad de cada uno, con sus peculiaridades a la hora de mostrar el baile entre lo trágico y lo bello.