BROTHERHOOD: Turn The Gold To Chrome (Autoproducido 2012)

Gratamente sorprendido he quedado con este Turn The Gold To Chrome. Casi todo lo último que había escuchado de Suecia provenía del entorno del dark ambient, del industrial ruidista y cosas así. Pero estos Brotherhood son bien distintos. Se salen de cualquier estereotipo con solvencia y presentan un álbum donde combinan con sapiencia y soltura instrumental lo mejor del clasicismo siniestro, del de antes de popularizarse el término gótico, con el aire melancólico y elegante de los mejores Depeche Mode y en ocasiones con la frialdad del afterpunk más añejo. La combinación no podía ser más acertada. En estos tiempos dónde tan de moda está el guitarreo indiscriminado y esa nueva etiqueta postpunkiana que no es más que la enésima copia de la enésima copia, resulta una propuesta de lo más refrescante. Así dicho, parece simple: cojo esto, lo junto con aquello, le meto un arreglo aquí, un teclado allá, un coro femenino que aligere un poco el resultado… esas líneas, esos fraseos, esos riffs… una mezcla bien hecha. Pero no, no, no, para nada. Capa a capa, cada tema puede ser desnudado buscando una esencia que como en una especie de muñeca rusa de esas, siempre tiene un estrato debajo distinto. Y vuelta a empezar, como en una cinta de Moebius. Vuelta a ese arreglo, a ese teclado, etc. Y sí, es verdad, So Many Stars tiene un indiscutible parecido con aquel temazo de los Sisters. Y sí, también es verdad que hay algún recurso vocal un poco forzado pero nada empaña que Brotherhood se han marcado un debut impresionante.

Turn The Gold To Chrome no es un disco fácil. O mejor, es engañoso. La primera vez que lo escuchas tiene una apariencia de música de fácil digestión que se complica con las ulteriores, descubriendo matices que no pensabas que existieran. No es fácil en el sentido de que son esos matices los que al fin y a la postre hacen de Turn etc (y del dúo) algo diferente e infinitamente disfrutable. En cualquiera de los nueve temas das con planteamientos similares, aquellos en los que manda la melodía, la canción gobierna, muy por encima de otras historias ni que decir tiene que menos importantes. Planteamientos que hacen del disco uno de los más agradables que he tenido ocasión de degustar en lo que va de año. No es poco eso, no.