YOUR LIFE ON HOLD: My Name Is Legion For We Are Many (Solar Lodge 2018)
Escuchar un nuevo álbum en el dispositivo menos indicado puede desvirtuar una primera impresión, tanto si es para una reseña como para simplemente disfrutarlo. En el caso de My name is legion for we are many, unos buenos cascos y un entorno adecuado pueden cambiar una actitud desde la indiferencia hasta una pequeña y agradable sorpresa. Pero vayamos por partes.
Your Life On Hold se adhieren estilísticamente al llamado Post Goth por su combinación de atmósferas y melancolía clásicas con el contrapunto de cierta dureza. En la práctica no inventan nada nuevo, y su estilo no hace sino recordarme sonidos ya recogidos por grupos como Funhouse en los 90. Las guitarras de este segundo álbum de la banda alemana se alternan entre el matiz clásico y ensoñador del Gothic Rock, llevado a cabo por los arpegios melódicos, llenos de efectos, y las guitarras rítmicas que descargan sus quintas distorsionadas sin llegar a territorios extremos.
Por su parte, la voz de John Wolf cumple con el canon que se espera de un vocalista de Gothic Rock: oscura, aterciopelada, en el filo entre la melodías y las recitaciones monocordes… Pero esa adhesión es también un encorsetamiento, ya que no expresa una personalidad única más allá del timbre de cada persona. Algunos cantantes saben como declamar, otros cómo chillar o utilizar sus registros agudos o graves para resultar interesantes. John tiene un estilo que, personalmente, no acaba de llamarme la atención. Si bien es cierto que en momentos puntuales crea melodías sugerentes, por lo general tiende a desarrollarlas con un mismo patrón.
Esta falta de originalidad en su conjunto se comprueba en temas como System Failure, que no tiene ningún momento memorable. La monotonía de la voz, las guitarras y resto de instrumentos que desarrollan pasajes genéricos dentro del rock oscuro hacen que el interés escape a otra parte.
Sin embargo, no todo el álbum es así. Bruised destaca como uno de los mejores temas por su entrega constante de nuevos matices y detalles en las melodías y ritmos de los instrumentos, e incluso una mayor expresividad de la voz.
La batería, los teclados y guitarras al principio de Sunflower Sutra puede llevar a más de un@ a rememorar la etapa “tecno-pop” de Paradise Lost (One Second, Host, etc.). Un tema bastante animado y efectivo gracias a la citada batería y a la superposición de una segunda voz en tonos más agudos.
Harvest Moon también brilla gracias a su aura ochentera, con unas guitarras acústicas y un estribillo pegadizo que persigue y consigue la elegancia oscura de Peter Murphy.
En Cold Fever encontramos uno de los temas más duros del álbum, tanto en las guitarras como en determinados pasajes puntuales de las voces, que traen ecos de Carl McCoy (Fields Of The Nephilim). Dicha semblanza, junto con los coros sobrenaturales y los samplers de discursos que le dan cierto aire a la obra de Artaud Seth (Garden Of Delight), resultan en un curioso deja vu que no suena de manera evidente al Gothic Rock canónico, pero que no esconde su influencia.
Punto aparte son las letras de los temas, que saben condensar historias en unas pocas líneas de forma accesible y nada rebuscada. El tono general es sombrío e incluye temas como el suicidio (Bruised), el sufrimiento en las relaciones amorosas (Harvest Moon) o los consiguientes desapegos (Detached).
Como he dicho al inicio, lo mejor es escuchar el álbum en un entorno silencioso, con unos auriculares o altavoces decentes y a ser posible leyendo o atendiendo a las letras de cada canción. Con la experiencia completa, os aseguro que gana enteros. Dejad que vuestros oídos decidan.