OCTOBER BURNS BLACK: Two Worlds Collide (Outland Media 2022)

El rock gótico está muerto. Murió en los noventa, a finales, cuando se escindió entre los que decidieron que si al chunda chunda le añadías ojos pintados, podías colársela a los de los murciélagos y las chorreras, y que si afilabas los riffs de guitarra y acelerabas las baterías, ganabas público entre los heavies. “Nació” la electrónica oscura y el gothic metal y “lo” gótico languideció y murió. Afortunadamente, una aldea poblada por irreductibles galos resiste, todavía y como siempre, al invasor. Ah no, que eso era otra cosa. Los que resistieron aquí no fueron galos, aunque pudieron serlo o parecerlo. Fueron alemanes. O estadounidenses. O de dónde coño fueran. El caso es que el rock gótico estaba muerto. Decían.

 

Pues bien, October Burns Black (o sus componentes, que vienen de aquí y de allá, de entonces y ahora) no se enteraron. O sí y fueron de los que resistieron, quien sabe. El caso es que escuchando atentamente este Two Worlds Collide se aprecia claramente que más que muerto, se conoce que el rock gótico (el clásico, el fetén) estaba de parranda. Aquí están los bajos contundentes, los ritmos endiablados, las guitarras parlantes y las voces graves y profundas. Pelos largos y sombreros. Oscuridad de la buena. Y épica, toneladas de épica. Ya lo venían apuntando en sus dos primeros EPs (Reflections y Fault Line) pero en este, su primer largo, Two Worlds Collide, queda más patente aún.

Lo primero que llama la atención del CD es el precioso artwork. Billyphobia de nuevo hace un excelente trabajo en el diseño y la portada que, aunque sencillos, resultan muy evocadores. E incluso me atrevería a decir que anticipan lo que posteriormente encontrarás entre los surcos del CD: atmósferas neblinosas, ambientes fríos y un sonido duro y rotundo, tallado en piedra gris. Rod Hanna (voz), Lars Kappeler y Tommy Olson en las guitarras, James Tramel (bajo) y el bueno de Simon Rippin a cargo de las baquetas. Le añades a Gordon Young en determinados pasajes de guitarra y solo con los curriculum de los seis te puedes hacer una idea. Todos ellos aúnan suficiente talento y pericia tanto interpretativa como compositiva como para conformar una superbanda. Y encima lo demuestran cada vez. Hablar de temas concretos, en este caso, creo que casi huelga. Los diez cortes del disco son simplemente magníficos, llenos de fuerza, potencia, (de nuevo) épica y oscuridad gótica clásica. Divide and Conquer, Fickle, Blind Faith o la propia Two Worlds Collide, son un ejemplo que enseñar en las escuelas si las hubiera de este tipo de música. Pero es que Black Veil, Tightrope, The Grand Leveller, Condemned o All I Never Wanted no les van a la zaga. Ni por supuesto, Regress, que me la he dejado aposta pues es una de mis favoritas del álbum. Si es que tengo que quedarme con una solo, obvio.

 

Two Worlds Collide es uno de los mejores álbumes de Gothic Rock de este 2022. Me atrevería a decir que incluso de la última década. Puede que exagere, tendrás que averiguarlo tú mismo. Evidentemente, si no eres aficionado a este palo, OBB te van a interesar nada o menos. Pero si eres de los que alguna vez has disfrutado de ese estilo parido o adaptado por cualquiera de las bandas madre de los músicos antes citados, Two Worlds Collide te va a encantar. Como a mí mismo, o casi.