Near Earth Orbit: Outerworld (Solar Lodge Records, 2020)
Near Earth Orbit sigue alejándose del planeta del gothic rock más convencional. Quemando fases y desprendiéndose de los módulos de su nave interestelar, su último álbum Outerworld va incluso un paso más allá del post goth y del nexo que lo unía con Merciful Nuns.
El nuevo destino de este viaje temático a las estrellas, el siguiente refugio de la humanidad, pasa por la inmersión en un álbum híbrido pero que se aposenta fuertemente en el dark ambient y en la música cinematográfica (soundtrack) o incidental (score). La mención a ambas no es gratuita, ya que el propio grupo abraza el concepto en la presentación que hacen en su web oficial.
La otra mitad de la ecuación son las raíces rock y góticas de la banda, y que afortunadamente aún siguen ahí a través de la voz de Artaud Seth, y la guitarra y bajo de Jawa Seth; los actores en este epopeya cósmica en la que las máquinas dirigen una nave hacia el nuevo hogar de una humanidad criogenizada.
En Outerworld no encontraréis temas tan adrenalínicos como Population Overload, presente en su anterior álbum (M.A.S.S. Extinction), pero la tensión sigue presente para enfatizar el drama. Artaud se vale de la recitación y de los gritos para aportar un sentido narrativo a los temas; las guitarras destacan con su furia en momentos puntuales, y en otros se utilizan casi como si fueran un bajo, con riffs sencillos y repetitivos; y el mismo bajo está presente de manera casi constante, muchas veces para sostener la parte rítmica del tema, cuando no hay percusiones. Y en gran parte del álbum, son los teclados, sintetizadores y efectos ambientales de Artaud y Jawa los que van a conducir la impresión de que estás viendo una película, probablemente en la onda de Ridley Scott en su Prometheus o en la serie Raised by Wolves.
Muchos temas del álbum comienzan con una introducción suave y ambiental hasta que llega el meollo; como decíamos, esto no es gothic rock de toda la vida (o puede que sí, si partimos del Elizium de los Fields). Hay que dejarse seducir y poner la música a suficiente volumen para empaparse de la propuesta.
El doble tema que abre el álbum (Blackmosphere) establece con sus casi diez minutos el tono general de lo que vendrá después. El videoclip que lo acompaña ayuda mucho a sumergirse en este mundo postapocalíptico de la nueva humanidad:
Sin entrar a analizar cada tema, sí que quiero destacar un par. The Exo Project me parece de lo mejor y más inesperado del álbum, justamente por su introducción. Al escuchar a Artaud declamando rítmicamente mientras las percusiones aporrean por detrás no puedo evitar acordarme de la música negra, del blues de los esclavos afroamericanos recogiendo algodón, o de los presos que cantan mientras pican piedra; está lleno de la presencia de la humanidad, de su sudor y su esfuerzo, y en el contexto del álbum me parece brillante. El tema avanza reteniendo el ritmo general y cambiando a una melodía vocal insistente, complementada por voces de tonos artificiales y coros fantasmales de fondo.
Por su parte, Habitation E.D.E.N. es el tema con una estructura más convencional, con su introducción, estrofa, estribillo y demás; y el más cercano a lo que ha hecho Artaud y compañía desde Garden Of Delight. En el contexto del conjunto de temas, se agradece como «puerto seguro» al que volver.
En conjunto, siete temas (¡hay algunas costumbres que no se abandonan!) para ir desgranando en sucesivas escuchas, como un todo integrado en forma de banda sonora o con acceso directo a tus cortes preferidos. Si sabes de qué va la propuesta de este Outerworld o tienes la paciencia de ir descubriéndolo, muy probablemente lo disfrutarás. Por cierto, la edición limitada del álbum incluye además un segundo disco con Innerworld, la versión alternativa de Outerworld.