GITANE DEMONE: The Reflecting Shadow (Manic Depression/Alone Prod 2013)

9676090378_762d347a20_oQue Gitane Demone es la indiscutible musa del mejor deathrock y la gran diva del gótico atemporal es algo que, a día de hoy, nadie debería poner no ya en duda, sino simplemente en discusión. Que se prodiga discográficamente mucho menos de lo que nos gustaría, también es cierto. Por ambas obviedades estábamos en laletracapital deseando hincarle el diente a este The Reflecting Shadow que, por motivos ajenos a nuestra voluntad (y a la de Manic Depression que gentilmente nos lo ha hecho llegar), se ha retrasado en su venida mucho más tiempo del que nos habría gustado. Pero nunca es tarde si la dicha es buena por lo que, tras degustarlo como merece, hablemos de él, que para eso estamos.

Si empezamos analizándolo visual y estéticamente ya nos podemos hacer una idea de lo que en lo musical nos encontraremos: la portada sobria, sencilla, oscura (prácticamente negra del todo), sin ningún adorno ni nada que distraiga del nombre de la artista y el álbum. El conjunto de magníficas fotografías que lo acompañan, obra de Federico Iovino (antaño voz y batería en Land Of Passion, hoy en Popoi Sdioh), muestran lo relevante: la artista al micrófono. No la modelo fetichista, no la estética sadomaso de otras épocas, no. Solo la artista y el micrófono. Sin florituras, que esas ya vendrán de la garganta de la Demone, si se tercia. Toda una declaración de intenciones.

9672872947_31ae7ffe33_oEn cuanto a lo musical, The Reflecting Shadow cuenta con la participación de talentos como Jacquy Bitch, el propio Federico Iovino o Jean Paul Garnier, asistiendo en la grabación e instrumentando respectivamente. Y ya demuestra desde el primer tema que quién tuvo, retuvo. Desde el comienzo se ve (y se escucha, que es lo importante) que aquí están de nuevo las influencias tomadas del mejor jazz, blues y soul (con Billie Holiday en mente todo el tiempo); que Gitane probablemente sea una de las blancas con la voz más negra que yo haya podido escuchar; que aun habiendo dicho lo anterior, supura oscuridad y “goticismo” en cada vibratto; que se notan los años, imposible tener el mismo chorro de voz con veinte que con cincuenta, más si añades excesos varios; que se notan los años, sí, también para bien: todo este tiempo ha servido para ir añadiendo clase y estilo (y mira que ya había de eso desde el principio, toneladas), elegancia y carácter. Una delicia. Da igual que hablemos de The Star, el tema que abre The Reflecting Shadow o de cualquier otro. En todos ellos, la maravillosa voz de la Demone se expande y emociona, como ha hecho siempre. En el caso de The Star (en su versión anglófona o francófona, pues cierra L’Etoile que es la versión en francés, en modo bonus track), sobre una lenta y oscura melodía casi mortuoria, la diva deja deslizar todo el talento vocal que atesora haciendo un tema repleto de alma, a la altura de los mejores de su carrera. Sin necesidad de épica, sin forzar apenas, como si fuera sencillo cantar así. En Don’t Look For Comfort, por el contrario, la base es mucho más rítmica, recuerda a la época de la maravillosa Perv, quizás sin las connotaciones, pero con el mismo aire siniestro y profundamente perturbador. La etapa con Rozz Williams en plan darkcabaretero (con todo lo que tiene en este caso de castrador la etiqueta, pues, estaréis de acuerdo, Dream Home Heartache era mucho, muchísimo más) está “representada” sobre todo en Hospital Bed y en Crush. Para mí gusto, sobre todo en el caso de Crush, de lo mejorcito del disco. Por elegir alguna lo digo, hoy son estas pero mañana podrían ser cualquiera de las demás. Con un marcado acento jazzístico (recordemos de nuevo a la Holiday), son oscuras, untuosas, repletas de caricia sonora, exquisitas. También hay lugar para recordar álbumes como Sex, Drugs and Jesus Christ, pues The Creep, Undressed For Love y Dream Chile están un poco en esa línea. Más lo-fi, con una instrumentación mucho menos barroca, más ajustada, más (todavía) al servicio de la auténtica protagonista. La voz sin par de esta diosa (que se tomó la molestia de negarse el estrellato y mostrase humilde, cercana, simpatiquísima, en aquella visita reciente a los madriles, como solo los auténticos dioses saben hacer). There Is A Man, oscurísima, es una demostración impresionante de garganta y manejo de registros vocales. Delicada a la vez que llena de fuerza, contiene un curioso final cantado en un peculiar castellano. Sorprendente, sin duda. El bonus que nombraba antes, L’Etoile, tiene a su favor las prestaciones del francés en cuanto a la capacidad para aterciopelar un tema que ya era precioso per se. Es exactamente igual, salvo por lo dicho de la lengua y, sin embargo, parece un poco distinto. Cuestión de inflexión y de lugares comunes, supongo.

Decía al comienzo de la reseña que estábamos deseando echarle una oreja a este The Reflecting Shadow, pues bien, después de hacerlo, lamentamos aún más no llevar más tiempo disfrutarlo. Qué gran disco, qué maravillosa selección de canciones. No me gusta demasiado eso de “el mejor del año”, “uno de los mejores discos de etc, etc”. Pero si hay alguna buena ocasión para hacer comentarios de ese estilo, esta lo es. Enorme.

Escucha y compra: http://gitanedemone.bandcamp.com/album/the-reflecting-shadow