CYCLES – Cyclic Law’s 10th Year Anniversary Label Sampler (Cyclic Law 2013)

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Hoy en día los recopilatorios han perdido buena parte del sentido que tenían hace años. Si se me permite la digresión (aunque sea por respeto a las canas, si ni por esas se me permite tal inciso, salte vuesa merced unas 225 palabras más abajo), hace veinte o veinticinco años –o más, supongo- era francamente complicado el acceso a los nuevos “talentos” o incluso a los nuevos trabajos de los “talentos” conocidos. Dependíamos casi en exclusividad del boca a boca y del trabar conocimiento con gente que tuviera contactos, que estuviera lo más inmerso posible en la “escena”. Si además tenía pasta y era tan o más melómano que tú, mejor. Tan solo deciros que yo mismo he llegado a grabarme discos de grupos que no me interesaban, con el único objetivo de tener “material” de intercambio con otros aficionados… hala, ya está, ya lo he dicho. Debéis entenderme, jovenzuelos: eran otros tiempos, otras épocas. En aquellos días lejanos, el que cayera en tus manos un recopilatorio de éste o aquel sello era una magnífica manera de enterarte de lo que estaban haciendo un buen puñado de grupos y en un solo disco. Lógicamente, era un primer paso que te empujaba muchas veces a bucear dónde fuera necesario para conseguir más material de esos grupos. A veces incluso el “hit” no era respaldado luego por el resto del trabajo del grupo en cuestión, pero eso era lo de menos. Tiempos de vinilos y cassettes, nada menos.

Evidentemente, en aquellos oscuros días (muahahaha) también pasaba, hay recopilatorios y recopilatorios. (Puedes seguir leyendo desde aquí si decidiste saltarte la divagación). Hay algunos que realmente funcionan sólo como colección de hits, lo que obviamente impide o al menos dificulta la utilidad que personalmente yo les otorgo (en este saco entrarían, sí, todos los que os han venido a la cabeza). Hay otros sin embargo, como el que nos ocupa, que reúnen un puñado de temas inéditos o exclusivos de los grupos que compilan, uniendo de este modo el interés por conocer novedades con el de hacerse con temas que, en principio, no habrá manera posterior de conseguir. Así, veintiuno de los grandes nombres del sello canadiense (que cumple diez años, vivan las casualidades) presentan en este Cycles otras tantas canciones especiales, grabadas por y para este doble CD –edición limitada a 1000 ejemplares en precioso digipack- y que tratan de dar una visión lo más global posible de lo que representa la “marca”.

Por ello el estilo más representado es por descontado el dark ambient instrumental, aunque en varias de sus diferentes vertientes: desde el puro de Aun o Gustaf Hildebrand; el ortodoxo e icónico de New Risen Throne o Parhelion; el más calmado y misterioso de Beyond Sensory Experience o Kammarheit; las agradables sorpresas (pues no los conocía) de Northaunt & Mulm y Svartsinn & Psychomanteum, recomendabilísimos todos; los oscuros Shrine o Treha Sektori, percusivos los segundos y evocadores de otros tiempos, más fríos y sin duda alguna, más malsanos ambos; los estupendos The Floating World, Sinke Dus o Triangular Ascension… hasta las melodías más elaboradas, menos puramente ambientales (seguramente lo rítmico tenga en esto mucho que ver) de Sophia. También hay lugar en este Cycles para otras hierbas, tangentes, con mucho en común con los citados, pero con desarrollos distintos. Me refiero por supuesto al ambient postindustrial y cercano al ruidismo de proyectos como Visions (maravillosa evocación espacial, primigenia, casi lovecraftiana), Desiderii Marginis (y su sonido ruidoso y desasosegante, “melodías” que inquietan y se retuercen, dolorosamente) o de los raros mantras de Vortex. Me refiero también al ruidismo malrollero de Karjalan Sissit o de Therradaemon. Especialmente los primeros, agresivos, rabiosos, un poco en la línea de los seminales In Slaughter Natives (por asemejarlos a algo) pero quizá aún más bestias… contraste absoluto con las dos bandas del listado que me he dejado (a propósito) para el final: Allseits y Arcana. Las he dejado para el final porque aunque también tienen algunos elementos comunes con la etiqueta más frecuente en el sello canadiense, su absoluta y fuera de toda duda apuesta por la belleza los aleja un poco de los planteamientos citados. Poco importa que se refieran a ellos como neoclásicos, como etéreos, como incluso medievales (o como se os ocurra), poco importa cuando haces de la melancolía y lo evocador tus armas y las envuelves de tan cuidadas y preciosistas melodías. Solo por estos dos temas ya merecería la pena este Cycles. Si además incluye otros diecinueve, inéditos todos ellos, para llegar a las dos horas y media largas de deleite musical, ¿qué más se puede pedir?