TROUM: Syzygie (Cold Spring Records 2013)

10287680164_a9e3d25f27_oTroum son un dúo de origen germano que llevan más de quince años -desde 1997- explorando las fronteras del Dark Ambient más atmosférico y onírico (de hecho Troum es “sueño” en alemán antiguo). Glit[S]ch y Baraka[H] tratan, con su delicada combinación de paisajes sonoros, de dirigirse directamente al subconsciente del oyente, a algún lugar más allá de lo puramente auditivo. Ese lugar que buscan, incluso desesperadamente, tantos artistas pero que muy pocos logran encontrar. Un lugar personal, reservado solo para uno mismo, únicamente accesible para su propio “dueño”. Para ello cualquier forma es válida, tanto da si es a través de complejos loops repetitivos superpuestos, ruido aparentemente caótico, samplers de cualquier procedencia o sonidos obtenidos de manera más orgánica. Al final, el resultado siempre es el mismo: una deliciosa tela sonora tejida de belleza y atmósfera. En ocasiones relajada, en otras arcana; a veces (ya lo he dicho antes) onírica, otras más mundana. Siempre preciosa.

Syzygie es una colección de temas perdidos y raros, grabados entre 1999 y 2002 y repartidos originalmente por un sinfín de recopilatorios. Cold Spring los recupera en este bonito cd de portada más que evocadora a modo de aperitivo del prometido nuevo trabajo de los de Bremen, previsto para el año que viene. La verdad es que pese a tener procedencias diversas, las nueve canciones del álbum siguen la misma línea, el mismo espíritu las adorna. Delicadezas instrumentales, texturas, bucles infinitos superpuestos, todo al servicio de esa idea de trascender la consciencia y de acariciar (no hay golpeo aquí) lo más profundo de la mente del escuchante. Digo escuchante porque tras un par de vueltas al plástico, no hay ya oyente posible, no hay posibilidad alguna de mantener la obra de Troum en un segundo plano, exige toda tu atención. Y te transporta. A uno de esos mundos sugeridos desde la portada, oscuros, fríos, pero a la vez llenos de vida.

10287803705_9deea25895_oUno de esos territorios inexplorados (por definición, lo bueno que tiene el inconsciente –entre otras cosas- es que cambia cada vez, no es siempre lo mismo, no es igual, cada vez que “entras” lo encuentras diferente) de más allá de uno mismo, algo que solo la absoluta excelencia musical permite. Ya sabéis, hay otros mundos pero están en este y todo eso. Ahora, llegar a ellos es otro cantar… instrumental en este caso.

Entrar en disecar cada tema, en esta ocasión huelga. No porque sean parecidos, no lo son. No porque no recreen momentos distintos pues lo hacen. Porque es del todo innecesario. Sí añadiré que, para mí, los más logrados me han parecido Ganymed y S’engourdir. Son los que han conseguido penetrar más profundamente en mi mente. ¿Son los mejores? Probablemente no. Son los mejores hoy, eso sí. Y es qué este tipo de música tiene esa extraña virtud, la de trascender el tiempo además del espacio. Hoy son estas dos “canciones” las que consiguen atraparme, mañana puede ser Ater o pasado mañana Fantauma. Depende muchísimo del estado de ánimo en el que te pille. Decía antes que el subconsciente tiene la virtud de ser totalmente diferente cada vez que te deja entrar, distinto en cada visita. Pues a Syzygie le pasa lo mismo. No es siempre el mismo disco, no genera las mismas sensaciones, ni de lejos, a cada escucha, no provoca los mismos sentimientos. Tienes un álbum entre manos que es un NUEVO álbum cada vez. Con todo lo bueno y lo malo que eso representa, pues es como los sueños. Imposible volver a ellos, sí a recordarlos (a veces) pero no es posible soñarlos varias veces. No es posible revivir exactamente los mismos pasajes, las mismas sendas. En esta colección de canciones tampoco. Te las puedes poner una y otra vez, pero van a ser discos distintos. A mí me parece una gran virtud. Hoy, claro. Mañana…