THE EDEN HOUSE: Timeflows EP (Jungle 2012)

7018007793_5bc927c78bEl nuevo EP de The Eden House mantiene el concepto de “Supergrupo” que ya aparecía en sus anteriores trabajos pero cambiando los “invitados”. En esta ocasión, alrededor del núcleo central formado por Tony Pettit, Steve Carey y Andy Jackson, se unen Simon Rippin, Simon Hinkler, Amandine Ferrari o Meghan Noel Evans (ninguno de los citados necesita presentación) por lo que, en principio la calidad está asegurada. Gótico de guitarras con voz femenina del de toda la vida. Con sus ambientes perfectamente creados, sus melodías dibujadas con cristalinas guitarras, contundentes bajos y pertinentes teclados, sus medios tiempos que en ocasiones se apresuran un pelín pero no mucho (salvo el hit Neversea dónde sí se acelera bastante y que termina siendo para mí la mejor canción del EP) y su épica constante. Si resulta que todo ello está bien compuesto y es ejecutado desde la excelencia interpretativa… pues tenemos una superbanda. Y sí, lo está. Y sí, lo son. Los cinco cortes de Timeflows están muy pero que muy bien hechos. Todo en su sitio, todo medido, todo ajustado al milímetro. Ni un pero. Bien producido, bien arreglado, como corresponde, vamos. Pero, ay, todos los temas suenan a ya hechos miles y miles de veces. Exactamente igual que sucedía con Smoke & Mirrors o con The Looking Glass. Exactamente igual que sucede hoy en día con tantísimos grupos de este y de otros estilos. Exactamente lo que desde aquí hemos criticado tantas veces. ¿Qué es normal que así sea? Pues sí. ¿Qué todo está inventado? Pues también. ¿Qué es lo importante entonces? Pues lo dicho antes: que esté bien hecho y ahí, este EP es impecable. Sin lugar a dudas. Y como tal hará las delicias de todo buen aficionado al género que nos ocupa. ¿Qué cuando juntas semejante plantel es exigible un poquito de riesgo? Desde luego. ¿Que sirve de casi nada rodearte de musicazos para repetir lo que tú mismo ya has hecho tantas veces? Claro. Pero todo eso es otro tema que daría para un libro. O dos si son pequeños. En este caso, ¿la calidad sin más es razón suficiente? Pues honestamente creo que sí.