SPIRITUAL FRONT: Amour Braque (Prophecy Productions, 2018)

Los italianos Spiritual Front vuelven este mismo Marzo, el día 23, con su nuevo trabajo después de un lustro sin sacar nuevo disco. Este nuevo LP se llama Amour Braque (Amor loco) y ellos mismos lo describen como “un análisis sincero y cruel de lo que son las relaciones amor/sexo, un camino que varía entre la ternura y la putrefacción”,  que suena bastante atractivo tanto si eres un quebrantahuesos como si eres fan del grupo. En mi caso es lo segundo. Este sexto álbum además cuenta con músicos invitados como Matt Howden y King Dude entre otros, creando en el disco una mezcla entre un rollo melancólico, dark folk, blues y pop que les ha quedado de muerte.

El disco empieza con Intro/Love`s Vision, que en cuanto empieza a sonar te traslada como público a un teatro cabaret donde sobre el escenario, Salvatori te cuenta de qué va el espectáculo que se van a encontrar tus oídos, aunque leyendo los títulos de las canciones en una primera pasada, ya sabes qué te vas a encontrar. En mi caso, fueron tres títulos los que me hicieron decir “ñam, ñam, quiero oírlos ya” y reconozco que me fui directa a ellos. Como si fuera una caja de bombones.

Tenderness Through Violence fue mi primer ñam, que es la primera canción del disco (después de la intro) y el título es melódicamente perfecto para la canción. Con gran presencia del piano, sigo viéndole encima del escenario iluminado por una tenue luz, cantándola sobre un piano de cola.

Disaffection me parece una pasada de canción, me encanta. Con un ritmo country-cabaretero y una letra muy potente es de esas canciones que tarearás desde la primera escucha.

Ahora toca un poco de putrefacción a través de The Abbys Of Heaven y bailar con las cenizas de esos amantes que fueron y ya no lo son. Children of the black light es muy teatral, tanto en la música como en la letra, es una canción entre divertida y oscura, es la canción que abriría Los Niños del Maiz: El musical.

Pain is love es otra de las canciones que me por el título me provocaron el ñam, porque estoy muy de acuerdo con el título ya de por sí. Letra potente, como todas vaya, y en este caso dándole más protagonismo a la percusión y al piano lo que, melódicamente, la convierte en una pequeña sesión de bdsm, convirtiéndola en una canción redonda, porque cuenta lo mismo la letra que la música.

Beauty and Decay , llena de violines y con un ritmo pausado y decadente, dan ganas de escucharla tumbada en un diván después de tomarse un bote de pastillas.

Devoted to You fue el tercer ñam en orden de escucha, pero para mi, la mejor del disco. Me vuelve loca esta canción, la música, la letra, la voz, díos, la voz, y la mezcla de todo hace que me repercuta de cintura para abajo a niveles de varios hashtags de xhamster. Lo primero que iba a decir era mucho más bestia, os lo aseguro. Si ya me gustaba la canción, después descubrí nueve mil novecientas noventa y nueve razones más para que acabara de amarla, así que me declaro totalmente atrapada por su título.

This Past Was Only Mine es un vals a ritmo de acordeón circense con un estribillo muy pegadizo, perfecta para que el subidón de la anterior no baje. La verdad es que me está pareciendo perfecta la composición musical, el uso de cada instrumento en un momento determinado creo que es tan cuidada y delicada que si fuese otro sonido el que tuviese la “música cantante” en ese momento, las canciones te harían sentir cosas diferentes a las que provocan ahora.

Battuage fue la canción inédita que tocaron en el último concierto en Madrid, del que hace ya cuatro años; esto me hace pensar que les ha salido un disco tan bueno y cuidado porque llevan gestándolo a fuego lento varios años. Igual es la canción de relleno para el cd, pero jo, dejadme con mis ilusiones.

And End Named Hope me parece la más dispar musicalmente de todo el disco, pero no por eso deja de gustarme; una canción lenta, con un sonido completamente diferente, menos oscuro pero sin abandonarlo. Muy bonita.

The Man I’ve Become vuelve a esa oscuridad en la que nos sentimos más cómodos, y me hace especial gracia porque como la escucho con orejas de señora para mi es la canción de la crisis de los 40 (edad, no emisora musical, que esa lleva años), si se me permite la broma. Y como no me saco de ahí no os puedo hacer una crítica más profunda, pero la canción me gusta.

Vladimir Central cierra el disco por todo lo alto: dedicada a la cárcel de Vladimir, del mismo nombre que el título de la canción, es una prisión rusa que existe desde 1783 y por la que han pasado todo tipo de “delincuentes” que pensaban o actuaban en contra del régimen; una letra desgarradora para cerrar el cabaret de un disco 10.

Así que el próximo 23 de Marzo no dudéis en haceros con una copia y disfrutarlo hasta Noviembre, que podamos escucharlo en directo. Cuento los días.