SPECIMEN: Electric Ballroom (Metropolis 2007)
Debo reconocer que Specimen nunca fueron santos de mi devoción: siempre me parecieron una especie de Sigue Sigue Sputnik del afterpunk, pero con muchísimo menos sentido del humor. Sí, sí, ya sé que si por Mick Mercer fuera, la música oscura sería casi casi un antes de Specimen y después de Specimen. Probablemente la batcave les deba algo a todos estos especímenes que la hicieron mítica, pero de todos ellos quizá los más flojos (al menos en mi opinión) fueron estos. Con estas prerrogativas, podéis imaginar fácilmente lo que me pasó por la cabeza cuando tuve noticias de la aparición de un nuevo disco de los ingleses. Y lo cierto es que este Electric Ballroom no está mal del todo. Si obviamos que de los Specimen originales queda sólo Jon Klein (igual es por eso), la grimilla que empiezan a dar tantas re-re-re-reuniones de grupos y lo que pienso de sus trabajos antes del 85, este salón de baile eléctrico se deja escuchar e incluso en algunos momentos se disfruta. No es que estemos delante del mejor disco del 2007, ni mucho menos, pero seguramente ellos tampoco lo pretenden. Tampoco es que sea ni originalísimo, ni diferente a todo ni nada por el estilo, pero tiene fuerza suficiente (especialmente en algunas composiciones), toques glamurosos mezclados con otros más sucios (al modo tal vez de unos Doctor and the Medics modernitos) y está suficientemente bien producido como para que en conjunto sea un trabajo más que digno. Y viniendo de dónde viene, no es moco de pavo.