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SGM FESTIVAL: THE DARK SHADOWS + LAS NOVIAS + ANNE MARIE HURST (SKELETAL FAMILY) + GITANE DEMONE, 29 de octubre 2011, Sala Ritmo y Compás, Madrid
El cartel del Festival era lo suficientemente atractivo, había sido publicitado por todos lados por lo que todo el siniestrismo madrileño estaba convocado y existía el precedente de la presencia “masiva” de público en el resto de actividades. Todo presagiaba una “buena entrada” en la Ritmo y Compás, esperaba yo (iluso) que hubiera mucha gente. Pues… poco más de doscientas personas oiga. Terminaré por pensar que efectivamente el siniestrismo madrileño es eso, por más que vea garitos llenos o modelitos por doquier… En fin, para qué abundar en lo de siempre.
Al grano. Con más o menos media hora de retraso, razones ajenas a la organización justifican de sobra los treinta minutos, salen al escenario las australianas The Dark Shadows. Tengo una muchacha al lado que se sorprende de su procedencia, debe ser por la ausencia de marsupio. El trío formado por Brigitte Handley (guitarra, voz y tupé), Carly Chalker (bajo, voz y mechón verde)y Nerida Wu (batería, voz y ojos rasgados), deja claro desde el primer momento que a pesar de su permanente sonrisa y buen rollo, tienen un directo que no es ninguna broma.
Me gustaban ya bastante en disco pero me enamoraron perdidamente sobre el escenario. Rápidas, contundentes y simpáticas hicieron un concierto festivo que sonó de manera impecable además. Repasaron sobre todo su elepé “Darkness Calls” y su último EP 11:11 con algunas visitas a otro de sus Eps, “Invisible”. Así desfilaron Alien Movies, Invisible, Sleeping With A Vampyre, Requiem, Freedom Of Choice, poco a poco tanto las chicas como el “respetable” (más aún por escaso) van entrando en calor. Hay algunos intercambios de miradas, caras de sorpresa entre quienes no conocen a las sombras oscuras esas que están derramando calidad y calidez desde arriba. Calidad por arrobas, fuerza… Suena rockero, suena oscuro, suena de puta madre la verdad, si se me consiente el exabrupto.
Denial, la para mí desconocida Zombie Nation, Dark Shadow, Pesticide, Dave Likes Dolls, Blame, Eisbär, Written In The Snow… rematan el concierto. Espectacular la versión de Grauzone (que aparece en el citado ep 11:11), mucho menos gélida que la original pero fantástica en la reinterpretación de las de las antípodas. Y, ya para terminar, Stand Off, Identity, y Mad at You! cerrando cerca de una hora de espectáculo. La duración estaba prevista pero se me hace cortísimo, desearía que estuvieran otra hora más, aunque tuvieran que repetir repertorio de cabo a rabo. Da la sensación de que a ellas tampoco les importaría estar más rato. Se las nota a gusto y lo acreditarían con creces después, haciéndose fotos, firmando discos (y cualquier otra cosa), charlando… demostrando en definitiva que la simpatía que se les intuía durante la actuación no era impostada. Grandísimo espectáculo en definitiva.
Llegaba la hora de Las Novias (nunca mejor dicho, estaba previsto también que ese fuera aproximadamente el tiempo que tocasen). Iba a verlos por tercera vez (tras el conciertazo que se marcaron en Revolver hace un siglo o siglo y medio -13 de febrero de 1994, por acotar- y el día en el que compartieron escenario con Fields Of The Nephilim) y esperaba que me dejaran con al menos tan buen sabor de boca como en ambas ocasiones anteriores. En breve sacarán nuevo disco (el cuarto), así que era de suponer que habría sorpresas en su actuación. Y así fue.
Abrieron con De Un Sorbo Amargo, del mencionado próximo disco, que sonó tan fuerte y tan bien como cualquier tema de “Ego”, CD que supuso una cierta resurrección de un grupo que tenía por poco menos que desaparecido tras algún intento anterior poco exitoso. A partir de ahí, repertorio conocido con Subtitulado (increíble), Davinia (preciosa), La Sombra Del Mar (añeja y de fuerte sabor, única “concesión” a “Todo/Nada Sigue Igual”), Dejar Atrás y La Verdad De Los Locos (aún más añejas, tenía ganas de volver a oírlas). Ha habido un cierto cambio de gente entre los que se arremolinan en las primeras filas, se nota que una gran parte de los asistentes tienen ganas (y han venido a eso) de profundas voces mañas, guitarras poderosas, bajos contundentes (me quedé con ganas de preguntar a Pedro por la quinta cuerda) y ritmos perfectamente sincronizados (no conocía a Luismi, nuevo batería, pero quedé gratamente impresionado). Desde luego, dudo mucho que alguien se decepcionara. Los cuatro entregadísimos, desgranando nota a nota cada uno de los temas sin dejarse nada para luego.
Eclipse (impresionante), Yugular (oscura, también anticipo del nuevo disco), Ego (pegajosa en el buen sentido), Imagínate El Aire (extraordinaria interpretación de otro tema del “Sueños En Blanco Y Negro”). Otro concierto intensísimo, otro concierto cortísimo. Es lo que tienen los festivales, lo bueno que ves varios grupos, lo malo, que si te gustan, se te hace corto todo. Quedaba la despedida, quedaba una versión desquiciada: Un Dia En Texas de los ínclitos Parálisis Permanente. Nunca pensé que vería a los de Zaragoza versionando a los del Benavente, pero si hubiera sabido como lo iban a hacer hubiera pedido que fuera antes. Perfecto final con todo el público gritando cada palabra y la banda terminando de vaciarse. Gran colofón a un concierto casi perfecto (como ya dije con The Dark Shadows, lo hubiera sido con una hora más de actuación).
Se baja la pantalla que hace de telón y se intuye enseguida la presencia detrás de Anne Marie Hurst y compañía (Stan Greenwood, Trotwood -Roger Novell-, guitarra y bajo de los originales Skeletal Family y Owen Llewelyn Richards -también a la guitarra- y Rob Caswell –batería- de los nuevos). No han ensayado sonido así que hacen una pequeñísima prueba antes de comenzar a tocar “en serio”. Se retrasa un poco todo pero si es por sonar mejor, merecerá la pena. Un tipo a mi lado aprovecha para subir fotos de los conciertos anteriores al facebook con un netbook de esos. ¡Qué afán! Me fascina cómo ha cambiado todo con eso de internés, las redes sociales, etc, etc. En cuestión de poquísimos años además. Me acerco a la mesa del merchandising, no llevo dinero bastante para comprarme lo que me apetecería así que opto por la austeridad y la contención, que estamos en crisis. Aprovecho para charlar con amigos, de lo vivido y de lo por vivir. Manifiesto mis dudas. Tengo un poco de recelo con este concierto, Skeletal Family me gustan pero tampoco mataría por ellos y me han “amenazado/adelantado” que tocarán algunos temas de Ghostdance, con los que jamás he podido. En fin, veremos a ver.
Y vimos, vaya que sí. Set Me Free (del novísimo, sale el 11 de noviembre, Day Of All Days), Don’t Be Denied (de Futile Combat, disco que repasaron con fruición), River Of No Return, Down To The Wire, (ambas de Ghostdance). Ya con cuatro canciones han desaparecido mis temores. La frialdad con la que recibí a la banda se ha deshecho por completo. Es difícil mantenerse frío cuando hay tal cascada de energía desde arriba del escenario. Pasó un poco como con The Dark Shadows, un grupo sonando fenomenal (parece mentira que probaran como probaron), simpáticos y accesibles, cercanos, defendiendo canciones muy bien hechas, con la fuerza y la energía necesaria para llegar a todo el mundo, incluso a los más escépticos. Los dos temas ghostdancianos (como sucedería más tarde con los otros tres que hicieron) sonaron perfectamente conjuntados con el resto, rápidos y contundentes.
El batería se multiplica, las guitarras aúllan como deben y el bajo en su sitio. Anne Marie sigue cantando muy muy bien un porrón de años después y el set elegido ayuda, ayuda mucho: She Cries Alone (fantástica), Grip Of Love (acelerada), Lost In Munich (nueva y muy buena), Move (en la línea), When I Call (tampoco parece de los de la danza fantasma), So Sure (tremenda y por desgracia única de Burning Oil, una pena), Have It All (también nueva, también genial), Promised Land (qué decir, esperadísima y coreada), Hands On The Clock (ídem), Last Train (así, cerrando con tralla). Sensaciones encontradas, lástima por no haber conocido más algunos temas previamente y disfrute grandísimo. Otro gran concierto, en definitiva.
Bueno. Se ha hecho tarde, tardísimo. Llevamos tres horas y pico de concierto, más los previos… las piernas y la espalda se resienten, los años no perdonan. En los huecos (y antes de empezar también) está Nico Creepshow pinchando. Con la maestría habitual, no podía ser de otra forma. Ameniza la espera que aunque no es especialmente larga, a las horas que son sin buenas canciones que sigan sonando se haría un poco pesada. Se acerca el momento Demone y vuelve a cambiar el panorama de quien se acerca a las primeras filas. Hay empujones, por primera vez en la noche, incluso un par de dos me desplazan y se me plantan delante con más cara que vergüenza. Los dejo hacer, animalitos.
Salen a escena los últimos de la noche. Gitane Demone con un vestido de encaje negro, tacón y minifalda, teñida de negro y con cada canción esculpida en la cara. Su hija Zara frente a una sencilla batería de 4 o 5 elementos, Jean-Paul Garnier y su mantilla al bajo y un tipo de aspecto absolutamente normal a la guitarra (desconozco su nombre, si alguien lo sabe…). Comienza el esperadísimo concierto de la diva más diva de todas las divas. Chorro de voz impresionante cautiva de inmediato, ahoga además la importancia de cualquier otro instrumento. Somewhere o I Lost A Friend To Heroin destrozan cualquier cosa preconcebida. Son todo emoción, todo sentimiento. Sigue goteando sangre de la garganta de la Demone, increíble que en ese cuerpito quepa tanto y sea capaz de sacarlo tan fuerte. Como las olas, va empapando al público.
La segunda parte del recital excluye al guitarrista (coge GD el instrumento) y el sombrero y la mantilla de Jean-Paul. Cristales en la frente de las féminas y The Crystelles se apoderan de la Ritmo y Compás. Dejamos la exquisita sobriedad casi jazzistica y entramos en el blues pantanoso y oscuro. Repasan su breve discografía con el bajo disparado en la tormenta y Zara Kand que se atreve con el micro en un tema. Me dice un amigo que lo que le falta a esta tía (a Gitane se entiende) es banda. Y no le falta razón. Quizá también le sobra un poco de indefinición aunque solo fuera para dar el paso de indiscutible reina gótica a reina sin más, un poco recorriendo el sendero trazado por otra diosa: Diamanda Galás. El camino que lleva a poder tocar indistintamente para tíos con cresta o para sesudos intelectuales en un Palacio de Congresos o en un gran teatro. Quizá no quiera decirse por ahí, todo puede ser. De nuevo el escenario derrocha simpatía, G. Demone reparte agua, aunque el calor no aprieta, la noche se está alargando. Son más de las 2 de la madrugada y aunque se acerca el cambio de hora el cansancio está ahí.
Comienza la tercera y última parte del show. Una Gitane despojada del todo, con el vestido abierto por detrás, el alma rota por delante y una parrafada sobre el querido Mr. Williams que deja todo en su sitio, se dispone a rematar la noche casi a capella. Grandísima. Manic Depression me pone los pelos como escarpias y Gloomy Sunday termina de machacarme. Si llega a hacer Tales Of Innocence a más de uno (y de dos y de tres) nos sacan en camilla. Poco a poco las últimas notas de Gloomy Sunday escapan de la garganta de la Demone y poco a poco voy recuperando el habla al mismo tiempo que tomo conciencia de que aquello está terminando ya. Se retira la artista entre aplausos, se encienden algunas luces y vuelve otra vez la música “enlatada”. No es momento para reflexionar o comentar lo vivido, habrá tiempo para todo.
Y al final, como siempre quedan los recuerdos de cuatro grupos que dieron cuatro conciertos inolvidables, y todo lo demás importa poquísimo.
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Tras el Festival, ahora ya sí, es momento de analizar y de agradecer, sobre todo de agradecer, a De Profundis, a Rara Avis, a Melodías de Sombras, a todos los organizadores de todo, a Billy, Marjorie, Nico, Noelia… a todos los que se me olvidan. Sobre todo a esos, que no se lo he podido agradecer cara a cara. Gracias de corazón por haberlo hecho posible.
DE ACUERDO CON ESTO:
«»Me dice un amigo que lo que le falta a esta tía (a Gitane se entiende) es banda. Y no le falta razón. Quizá también le sobra un poco de indefinición aunque solo fuera para dar el paso de indiscutible reina gótica a reina sin más, un poco recorriendo el sendero trazado por otra diosa: Diamanda Galás. El camino que lleva a poder tocar indistintamente para tíos con cresta o para sesudos intelectuales en un Palacio de Congresos o en un gran teatro.»»
Con el resto no?
me refería a «MUY» de acuerdo. K ganas de charleta tienes, satán