PRINCIPE VALIENTE: Choirs Of Blessed Youth (Afmusic 2014)
Espectacular. Impresionante. Tremendo. Increíble. Alucinante. Extraordinario. Estupendo. Magnífico. Podría seguir así dos horas. O tres mil palabras. Podría estar con la boca abierta semanas enteras. Me faltarían, me faltan, adjetivos. Principe Valiente pasan por ser uno de los mejores representantes del revival postpunk/shoegaze actual, para mí, a años luz del siguiente.. Recuerdo perfectamente cómo se me enarcó sola la ceja derecha cuando me pasaron aquel ya lejano primer EP (2007). ¿Se llaman Principe Valiente siendo suecos? Me imaginé a cuatro o cinco tipos con el pelo a tazón, vestidos de eslogan de marca de galletas, rubios y de tez rosada, con leotardos y sombrero de pluma. Imaginación imbécil que tiene uno. Después fue la ceja izquierda la que acompañó a la otra al escucharlos, claro. Automáticamente quedé prendado de la inmensa capacidad para la garganta dramática del vocalista Fernando Honorato (y de su bajo, artífice de buena parte del compacto sonido del grupo). Pero no solo la voz y el bajo destacan en el combo, las guitarras de Jimmy Ottosson, ardientes cuando deben, punzantes a veces y distorsionadas siempre, son otra seña de identidad. Como lo son los teclados del mismo Jimmy o de Rebecka Johansson, responsables de la mucha afinidad por la new wave que transmiten las canciones. El contundente Joakim Janthe se encarga desde las baquetas de darle prestancia al todo y de marcar por dónde han de ir los tiros. Dicho esto, imaginaos las ganas que tenía en su momento de hacerme con su CD homónimo de hace tres años. E imaginaos el miedo a que este Choirs Of Blessed Youth no estuviera a la altura, cuando me lo enviaron desde AFMusic. El disco, de hecho, no estará físicamente disponible hasta el seis de junio.
Puestos a buscarle defectos, dijimos en su día que lo más criticable de PValiente en sus trabajos anteriores, podía ser la linealidad de los temas: todos o casi todos con un tempo parecido. Era esforzándose en buscar pegas, cierto, pero eso no lo hacía menos real. Bueno, pues en Choirs… corrigen mucho esta linealidad y se manejan instrumentalmente en un rango de sonidos más variado. Ya desde The Son I’ll Never Be el dominio de la guitarra muestra una primera intención de cambio, la canción va poco a poco deslizándose entre los múltiples ecos y reverberaciones de la voz de Mr. Honorato y el omnipresente teclado. Take Me With You (sacada anteriormente como single, buenísima elección) cambia completamente el ritmo y, aunque es barroca en composición e interpretación, hace un poco de nexo entre los “viejos” Principe Valiente y los nuevos. Unos que se manifiestan profusamente en la que fue el otro adelanto del álbum: She Never Returned. Medio tiempo épico, abrazados al teclado y a la distorsión de las cuerdas, mecidos por voces y parches, una preciosidad de esas tristes a los que los de Estocolmo nos tienen más o menos acostumbrados. La larguísima The Dream (más de nueve minutos) nos sumerge en ese mundo onírico que recrea a base de punteos, bajos profundos y teclados nuevaoleros. Como si de unos Cure (Disintegration era) redivivos se tratara, la guitarra repetitiva encierra mucho más de lo que enseña a primera oída y la normalmente dramática voz brilla aquí entre la niebla más que nunca. Si la anterior nos parecía una preciosidad, este Sueño no le va a la zaga. Uno de esos cortes para escuchar con atención una y otra vez, y otra y otra y otra. Sin embargo, la adrenalítica Wasted Time devuelve a los nórdicos que conocíamos, los de hits absolutos e incontestables como The Night o In My Arms. Uf, los pelos como escarpias. The Fighting es postpunk puro, purísimo. Y negro como lo más negro que te puedas imaginar. Uno de esos temas envueltos en un celofán engañoso, caramelo envenenado, ya sabes a qué me refiero. El bajo cortante, como hielo, golpe tras golpe te traslada por toda la canción, un no parar de emociones. Choir Of Blessed Youth, por el contrario, es un breve interludio en el marasmo que supone todo el CD. Un delicado teclado, onírico, espacial, expande en minuto y medio todo el universo propio creado, un universo cuya continuidad está garantizada por la estupenda Fiction a la que sirve de intro. Fiction es un tema de esos que se te meten dentro, uno de esos que podría estar firmado en 1985, si es que entonces había alguien capaz de componer una pieza como esta, que tengo mis dudas. Como las tengo de que haya una canción que resuma tan bien lo que son Principie Valiente como Dying To Feel Alive. Oscura, rítmica, elegante… de nuevo me faltan adjetivos. Temporary Men está en la línea canónica de The Fighting. La melodía del teclado y la guitarra por encima de todo, con la sección rítmica golpeando detrás y la voz arrastrándose delante. Algo exquisito cuando se conjunta bien. Y ésta lo está. Flower In You cierra el CD. Con tranquilidad medida. Fuerza contenida. Tensión sujetada, domada, siempre a punto de explotar, no termina de hacerlo, dejándote un cierto desasosiego que a lo que invita es a comenzar de nuevo desde el principio.
Choirs Of Blessed Youth es uno de esos discos que mejoran a cada escucha, pero que ya desde la primera da muestra de las cualidades que lo adornan, no requiere una digestión difícil, ni larga. aunque con ella mejora, indudablemente. Más variado que los anteriores, menos dramático y desgarrador (especialmente en la voz), más maduro, más “hecho”. Decía al principio que era un trabajo espectacular, impresionante, tremendo, increíble, alucinante, extraordinario, estupendo y magnífico. Me faltó decir que es, además, imprescindible.