MAUD THE MOTH: Home Futile Home (Autoproducido 2012)

Para alguien tan dado a la verborrea como el que escribe, resulta harto complicado forzar la contención. Pero es que solo desde esa contención se puede (o se debe) uno acercar a este Home Futile Home. Y lo digo porque es necesario experimentar esa especie de austeridad sónica para dejar después que la música te envuelva y se derrame dentro de ti. Desde el “maximalismo”, ya sea escrito o sónico, no es factible. No se disfruta igual. Trataré de hacer lo posible para cumplir lo propuesto. Me acerqué al proyecto “preparando” el concierto de Ana Curra Presenta El Acto, donde estas chicas se (me) dieron a conocer en directo, abriendo el show. Arriesgando mucho, vamos. Al degustar el disco, las referencias me parecieron claras, más aún que sobre el escenario: piano, contrabajo, voz femenina… con algún añadido más, secundario, en forma de guitarra, batería y coros. Letras en inglés, influencias múltiples y que no se comen la personalidad de nadie. ¡Bien! Todo con gusto y calidad, muy bien interpretado y compuesto. Amaya López-C como miembro unigénito, aunque con pinta de que la simbiosis con Cecilia Tallo (aquí parece que interviene solo en la adrenalina de 50 Cent Soul) va para largo. Once temas que bucean indistintamente en pop, rock, jazz… terminando por formar una amalgama que permite el placer del aficionado a cualquier estilo.

Por ahí se compara con Amanda palmer, por allá con Fiona Apple. Para mí va más allá, menos dulce que la segunda y menos punk que la primera, sí que comparte con ambas la transmisión de la pasión, el no ser capaz de resultar indiferente o intrascendente. Tienen algo además que se echa de menos en muchísimos grupos con más larga trayectoria: donde estos plantean una música plana, Maud The Moth está lleno de matices, lleno de juegos de notas, de arabescos vocales que permiten cienes y cienes de lecturas diferentes de cada canción. Será el propio piano, será la voz, da igual. Diferentes sensaciones para un montón de sentimientos. Decía al principio que era importante que permitiera el oyente que se derramara dentro de él la música. Decía que no había más maneras. Pues no las hay, no si quieres realmente asimilar lo ofrecido. Que es muchísimo, francamente. Y eso que estamos ante un primer álbum. Precioso y valiente, muy valiente. Decía también que era arriesgado. ¿Dónde está el riesgo? Si te haces esa pregunta, no has entendido nada. Debes empezar de nuevo. Coger Home Futile Home, escucharlo otra vez y volver a leer esto. Quizá entonces…