LAS NOVIAS: QUIEN NO SE RINDE BRILLA INVICTO

Las Novias han publicado recientemente su cuarto LP: Invicto. Porque es buenísimo y porque les teníamos “ganas” desde hace más de veinte años, decidimos entrevistarlos. Decidieron aceptar, además. Generosamente. He aquí cuánto:

 

– Sois un grupo sobradamente conocido por cualquier aficionado a la música que se precie (y nos consta que nuestros lectores los son), pero aún así, ¿querríais presentaros por si hay por aquí algún despistado?

Las Novias es un grupo de largo recorrido, formado por tres adolescentes -Toño Leza, Óskar Díez y Pedro García Ferrer- a finales de los 80 y que funcionó como cuarteto -con Roberto García como batería- durante el s. XX. Desde su marcha hemos cambiado dos veces de batería; del actual, Luismi Yoldi, esperamos una relación duradera.
No nos hemos prodigado demasiado. Somos un grupo semioculto. Hemos editado discos con cuentagotas -el último es el cuarto de larga duración- y hemos tocado cuanto hemos podido; ahora, más bien, cuando nos apetece.
Empezamos “a lo grande” (Sueños en Blanco y Negro, 1992), con contrato con multinacional y presencia en los principales medios de radio y televisión. Sabemos lo que es tocar en lugares como el estadio de La Romareda o el Palau Sant Jordi, ver grandes colas de gente en la Gran Vía madrileña esperando en una firma de discos; salimos a tocar al extranjero (Bélgica); creamos nuestra propia discográfica “A la Inversa Records” con el que fue el productor de nuestros dos primeros discos, Enrique Bunbury pero el proyecto terminó enseguida.
Después de nuestro segundo disco -Todo/Nada sigue igual, 1995- espaciamos nuestra presencia y con Discos del Amor y del Odio -gracias, Santi Rex- editamos Largo Tiempo Esperando, un mini-LP que incluía versiones de algunos de nuestros primeros maestros: Gabinete Caligari, Parálisis Permanente y Leño. Por el camino se perdieron temas que nadie o casi nadie ha oído y que tal vez hubieran encantado a nuestrxs seguidorxs, ahora que lo pienso.
Después -creo- desaparecimos de la escena pública, pero nunca hemos dejado de ensayar y tomar cervezas juntos: el grupo es la forma en que hemos vivido nuestra valiosa amistad. Con el cambio de siglo, Roberto se nos fue a Belgrado y pareció que era el fin. Ainhoa Tilve, nuestra factotum de toda la vida, fue decisiva en ponernos las pilas y sacarnos de nuestro local de ensayo: creó www.lasnovias.org al tiempo que preparábamos temas nuevos. Nacho Serrano, de Niños de Brasil -nuestro grupo hermano-, nos arrastró -¡y nosotros nos dejamos arrastrar encantados!- a su estudio Atmósfera. Ego (2009) e Invicto (2014) han salido de ahí, con Nacho como productor.

– Después de tanto tiempo dando el callo, con una trayectoria tan sólida como la vuestra, no os queda nada por demostrar a nadie. ¿Qué persiste de aquellas Novias de los primeros noventa?

No creo que el grupo haya cambiado demasiado. Seguimos trabajando esencialmente de la misma manera. Lógicamente nuestras expectativas han variado. Entonces soñábamos con hacer cosas grandes y vivir una vida de R’n’R. Ahora nos damos cuenta de que lo grande era algo muy parecido a lo que hemos conseguido y no aquellos sueños más estandarizados. ¿Hemos cambiado? Hombre, nos creemos más sabios, pero seguramente sólo somos más viejos. Cualquiera que nos conozca y le preguntes, te dirá que seguimos siendo los mismos.

– De todos vuestros trabajos anteriores, tan parecidos (en el buen sentido) y al mismo tiempo tan distintos, ¿con cuál os quedaríais y por qué?

Por cercanía, con EGO. Nos parecía y nos sigue pareciendo un disco extraordinario y sin desperdicio. Reescuchándolo últimamente tengo la impresión de que no ha perdido ni un ápice de su fuerza y frescura. Sin embargo, para la mayor parte de la crítica y el público pasó inadvertido. En nuestra tierra, nos valió el premio a Mejor Grupo del año, lo cual es ciertamente un agradable reconocimiento, pero te quedas con la sensación de que es un disco que podría haber llegado infinitamente más lejos. En todo caso, cada disco devora e incorpora al anterior y por eso -en su diferencia- comparten tantas cosas.

– Cinco años después de “Ego”, largo tiempo esperando, vuestro nuevo disco por fin está en la calle… El hecho de haber invertido todo este tiempo en hacerlo, ¿qué creéis que aporta al sonido?

En el tiempo de los relojes ha sido mucho el tiempo transcurrido, en el tiempo del trabajo ha sido menos. Bromeamos diciendo que nos ha costado dos años pero sólo los miércoles. El sistema social y económico que se nos impone a todos, no sólo te exige trabajar, sino que te demanda con cada vez más insistencia todo el tiempo disponible. El grupo nos ayuda a escapar de eso y a combatirlo, pero es complicado. Es el disco más cuidado en cuestión de arreglos y de estructuras. En las grabaciones anteriores nos plantamos en el estudio con los temas bastante definidos y acabados. En este, después de hablarlo con Nacho, decidimos darnos el lujo de hacerlo de otra manera. Llegamos a la grabación con los temas deliberadamente crudos, sin demasiados arreglos pero con muchas ideas por probar, con la intención de darles su forma final en el estudio. Hemos tratado cada tema como si fuera el “single”. De hecho, El León Enjaulado ha salido de single (“videosingle” más bien) porque la camarera de un bar, una china muy amable, sacó la boleta entre tres.

– Sacar un disco hoy en día, con la que está cayendo, se hace ¿por qué motivo? ¿Quizá hay un cierto romanticismo en la banda, no sólo en las letras sino también en el propio concepto de grupo?

Sí, nos sentimos muy cercanos a ese espíritu. Poner en marcha, mantener encendida la máquina de crear -especialmente cuando se trata de algo colectivo como un grupo de rock- es una excelente escuela. Como músicos nos sentimos absolutamente soberanos y libres y eso nos marca como personas. No rendimos cuentas a nadie más que a nosotros mismos. Hacemos las cosas -eso sí- desde un enorme respeto a nuestros seguidores. Ellos son Las Novias tanto como nosotros aunque de una manera diferente.
Respecto a editar un disco, no lo dudamos: el rock tiene un punto fetichista, nos gusta el objeto, la portada, la carne no exclusivamente el espíritu. No se trata sólo el hacer buenas canciones y colgarlas en internet: el objeto, el disco tiene su encanto y a nosotros nos gusta. Y a nuestros seguidores también.

– ¿Qué opinión tenéis de la crisis musical actual? ¿Internet está detrás de parte (o de todos) de los motivos de esa crisis o veis en este “nuevo” medio una oportunidad más que un problema?

La crisis musical actual tiene mucho que ver con los hábitos de la gente, que han cambiado profundamente y con un empobrecimiento de la experiencia inducido por el propio sistema para crear subjetividades más dóciles y sumisas a través del consumo y la reificación. En principio internet es algo maravilloso, el aleph de Borges convertido en realidad. Para gente como nosotros que nos comprábamos discos con cuentagotas a costa de ahorrar alargando indefinidamente las cervezas en los bares, el acceso a la música que te permite hoy internet hubiese sonado a ciencia ficción. Como aficionados a la música es fabuloso. Como músicos, la posibilidad de llegar a cualquier lugar inmediatamente y sin intermediarios, la posibilidad de interactuar diariamente con los seguidores es igualmente un avance extraordinario.
Sin embargo, para una inmensa mayoría de los nativos de internet la música parece haberse convertido en un mero elemento de consumo, otro más, convirtiendo la música en un producto basura que por su aparente sobreabundancia y disponibilidad ilimitada está casi totalmente devaluado. Puede que esté bien que ciertas cosas sean gratis pero eso no quiere decir que carezcan de valor, incluso que sean valiosas. Nos gusta pensar que si la gente ve la música como algo valioso va a acordarse de comprar de vez en cuando un disco o una entrada de concierto. No como quien consume un objeto-basura o una hora vacía ante el televisor, sino como alguien que hace un gesto para recordarte que lo que estás haciendo merece la pena, un guiño cómplice que te dice” joder, ya sé que el alquiler del local de ensayo hay que pagarlo todos los meses” o simplemente “me alegro de que sigáis existiendo”. En ese sentido, nos hemos convertido todos en músicos callejeros para bien y para mal.

– Decías (Toño) el otro día que “Invicto” era como un buen vino, un trabajo para escuchar reposadamente, saboreándolo… Una imagen con la que no puedo estar más de acuerdo. Sin embargo, vivimos tiempos en los que parece que todo tiende exactamente a lo contrario. Siempre a contracorriente…

Es exactamente lo que te estábamos comentando: el sistema en el que vivimos -lo llames capitalismo, espectáculo o como te dé la gana- invierte mucha energía en reducir todo a mercancía, a mero consumo intercambiable, cuanto más vacío y maquinal mejor. Hacerte dueño de tu tiempo para disfrutar de un disco, de un libro, de un paisaje, de un instante -¡o de una manifa!-, imponer tu propia velocidad a las cosas es también un modo de resistencia. Es obviamente ese público el que nos interesa. No aspiramos a ser easy listening.

– Además de lo dicho, “Invicto” es un disco bastante largo e intenso para lo que se estila, catorce temas que no son precisamente breves…

A ningún tema le sobra ni le falta nada. Han querido durar eso y nosotros lo respetamos.

– Pese a que cualquier canción de las vuestras tiene un poso muy reconocible, quizá, por esa fea manía de categorizar, se pueda decir de “Sueños en blanco y negro” que es bastante oscuro; de “Todo/Nada sigue igual”, endurecido y rockero; de “Ego” tal vez más épico… ¿cómo definiríais “Invicto” en un solo concepto?

Invicto. Ten en cuenta que esto ya lo habíamos pensado mucho antes, jajaja.

– Una de esas características que hacen vuestros temas tan identificables es la propia densidad de las letras, con una estructura y un calado tan profundo y cuidado. Incluso los títulos prometen digestiones largas y satisfactorias: Calendas de un fugaz invierno, por poner un ejemplo, propone más poesía que la que pueda haber en discografías completas de tanto “artista”. ¿Qué opináis al respecto?

Siempre nos ha gustado el surrealismo, escapar un poco de los lugares comunes y de lo narrativo, huir de la obviedad y de repetir lo ya sabido. Para eso está ya la propaganda del “es lo que hay”. Cada letra tiene su sentido propio aunque esté hecha de imágenes oscuras y parcialmente ilegibles. Hablan de sentimientos en estado puro, expresados como si no hubieran encontrado aún el lenguaje apropiado, la forma comunicable. A veces se parecen al tumulto del discurso interior asomando incómodamente en la superficie o se esfuerzan en intentar describir simplemente estados de ánimo distintos del sota-caballo-rey. En ese sentido son más realistas que la mayoría de las letras que se hacen por ahí.

– ¿Cómo es el proceso creativo letra-música? ¿Siempre ha sido el mismo o ha variado a lo largo de estos años?

Siempre hemos compuesto nuestros temas de manera parecida: ensayando en el local. Cada vez trabajamos menos con ideas previas. Primero viene la música y después la letra pero después puede volver a variar la música. Nadie piensa las canciones por separado, dejamos fluir juntos las ideas hasta que la canción va emergiendo de entre el ruido. Muchas veces hemos comentado que resultaríamos bastante inútiles y anodinos por separado o en cualquier otro grupo.

– ¿Podríais (y querríais) en pocas palabras describir cada tema del disco?

Buff, tú lo has hecho muy bien en la crítica del disco.

LasNovias_Invicto_HiRes– El diseño (precioso) del disco está también muy cuidado…

Puestos a hacer un objeto, seamos respetuosos con la estética. Lo que decimos de la música y de la secreta y automática complicidad que nos une vale también para Ainhoa Tilve que es la que se encarga de dar forma final a la imagen del disco.

– Las veces que he tenido ocasión de veros en directo (desde aquel lejano concierto en el Revólver (¿1994?) hasta la Semana Gótica de Madrid de 2011 habéis demostrado un sonido demoledor en vivo. Sin embargo, me da la sensación de que os prodigáis muy poco…

Nuestro tal vez equivocado sentido de la honestidad nos sugiere no importunar al público con una sobredosis de actuaciones, aunque es cierto que a veces nos pasamos de frenada. Realmente nos gustaría tocar mucho más pero no siempre es posible. No tenemos mánager y cuando lo hemos tenido tampoco variaba mucho la situación. Somo un grupo “de culto” en el sentido que gustamos mucho a un número relativamente reducido de seguidores y muy concentrado en Madrid, Barcelona y Zaragoza. Siempre decimos que nunca nos han llamado de Huesca para tocar!

– ¿Diríais que un concierto en directo es la mejor forma de disfrutar de vuestra música? ¿Qué parte de vuestro trabajo consideráis más importante, el trabajo en el estudio o los conciertos?

Bromeamos con el hecho de las muchas horas y esfuerzos que ponemos en hacer el disco perfecto, los arreglos, doblar guitarras, bajos y voces… y después, en directo, batería, bajo, guitarra y voz y ¡la gente dice que suena mejor!. Desde luego es un elogio brutal. Tratamos de que nuestros directos sean intensos y nosotros vivimos como un acontecimiento cada uno de ellos. Respecto a la otra pregunta, ya sabes lo que te vamos a responder. A la pregunta de qué es mejor si el instante o lo que permanece, la respuesta ni es fácil ni puede ser obvia.

– ¿Cuándo tenéis pensado empezar con la gira de Invicto? ¿será de forma más o menos inmediata o vais a esperar que el disco se “asiente” un poco?

Más bien lo segundo. Dejamos los conciertos para después del verano, aunque nunca puede descartarse una sorpresa. Queremos que la gente que acuda a nuestro próximo directo disfrute con cada tema del último disco y creemos que para eso hace falta dejar correr un poco el tiempo.

– ¿Qué planes de futuro tenéis?

Ninguno en especial, aunque sabemos que en algún momento habrá que dejar la música para hacer la revolución.

Para terminar, como venimos haciendo últimamente, quiero haceros tres preguntas (también más frívolas, todo hay que decirlo, en el caso de que las anteriores no lo fueran ya bastante).

– De todo el montón de canciones que habéis hecho en todos estos años de carrera, ¿qué tres escogeríais?

Yo (Óskar) te diría que “Eclypse” es una canción superlativa y que sólo una selecta minoría lo sabe. Pero la pregunta es irrespondible.

– Estamos seguros de que un buen número de bandas y de canciones os han influenciado… ¿Qué tres canciones de otros grupos os habría gustado escribir si hubierais podido hacerlo?

¡Cualquier respuesta sería falsa!

– Aparte de las tres anteriores y además de las versiones que ya habéis realizado anteriormente, ¿qué otras tres os gustaría versionar?

Ni idea, ¿En alas de la mentira de Radio Futura?

¡Muchas gracias por todo!