LAS NOVIAS, 07 de abril de 2018, Sala Cool Stage, Madrid

Con XXX aún reciente en las orejas, los maños Las Novias anunciaron dos bolos primaverales. Madrid y Barcelona. Celebración de los veinticinco años de Sueños en Blanco y Negro (habrá de Todo/Nada Sigue Igual, etc?). ¡Formación original! Es decir, Roberto García regresaba a las baquetas para interpretar SeByNegro entero. Tal cual. Para Madrid, la sala elegida era la céntrica Cool Stage, un día lluvioso de abril a hora relativamente temprana. Apetecía mucho el concierto: muchas de las canciones del mítico primer disco llevaba mucho tiempo sin escucharlas en directo. Y además desde 2016 (en Changó, el que dio origen a XXX) había llovido bastante. Sobre todo los últimos meses. Badummm Tsss.

Puntualidad exquisita en la hora de apertura de puertas. Hay que acabarse la cerveza que con permiso implícito de los municipales estábamos trasegando en la puerta para amenizar la espera y olvidar manifestaciones, párkines y vueltas y vueltas y más vueltas buscando sitio para aparcar. “¿Por dónde se entra a la sala?” “Bajando las escaleras, hasta que haga tope”. Luces como de 2001 nos acompañan, suerte de nuestra sobriedad. Podéis cambiar la entrada electrónica por una física, de las bonitas. Eso hacemos, claro. Una hora desde la apertura de puertas, gente molesta por allí, conversaciones sobre mil cosas. El “otro” concierto, nunca más importante que el principal pero en ocasiones casi igual de divertido.

Anuncio de que tocarán íntegro el Sueños en el orden del propio disco. Por lo que los primeros acordes de Imagínate el Aire están ya sonando. ¡Y cómo! La sala suena estupendamente, ellos se gustan, Roberto parece que jamás dejó la batería… Increíble todo. Como increíbles fueron, todas las que lo siguieron. Aderezadas con algún comentario por parte de Toño, alguna pequeña historia que hiciera de hilo, poco a poco fue desgranándose ese discazo que, por otro lado, ha envejecido estupendamente. Mucho mejor que yo mismo, incluso.

Destacaría Enamorado, impresionante; Calamidad (me sonó remozada, mejor que nunca); Fuego Camina Conmigo o Tormenta. Aunque todas me parecieron maravillosas. Actitud cerraba a priori el “ciclo” (como en el CD, no aparece en el vinilo). Pero quedaba la sorpresa de El Novio de la Muerte. Alargada, introduciendo algunas frases del Esto no Es de Parálisis en el inicio y demostrando que es una canción que merece ser grabada en condiciones. Junto con alguna otra, claro, pero eso es otra cuestión.

El grupo se retira del escenario. Sabemos que hay más, tiene que haberlo. Y claro, vuelven a salir. Pero porque gritamos mucho y muchos. Si no… Germán se pone al mando de las baquetas, la presencia de Roberto era sólo para ese primer disco. Y comienza Un León Enjaulado. Me cuesta un poco coger el hilo, la sensación es de que el concierto empieza ahora (de nuevo) más que la que se nota cuando empiezan los bises. Aún así, lo que llega desde el escenario es lo bastante bueno como para que la sensación pase pronto. El bajo de Pedro (impecable toda la noche, excelso en muchos momentos) retumba salvaje. La guitarra de Oskar, afilada como siempre, no da tregua y la voz de Toño no decae en ningún momento. Siempre tremendos, siempre Novias.

 

El resto de los “bises”, El Rey del Frío, La Bóveda Hundida de las Retinas o Bokeh, reafirman lo ya dicho. Es una pena que se prodiguen tan poco en directo, suenan siempre bien, los he visto muchas veces ya y nunca, nunca defraudan. Puestos a no defraudar, tenían que tocar Promesas. Y eso hicieron. Como perfecto broche de oro. Como final mágico de una noche mágica, que más corta que en otras ocasiones (siempre se hace corta, pero “acostumbrados” a veintitantas, dieciséis son pocas canciones) fue igual de intensa. Tal y como nos han (mal)acostumbrado. Que luego vienen otros grupos y quedan fatal…

Después, paseíto bajo la lluvia, conversaciones, más lluvia, más conversaciones y un concierto que durará mucho tiempo en la memoria. Y en la bóveda hundida de las retinas.

 

El pase de diapositivas requiere JavaScript.