La Broma Negra, 18 de junio de 2016, Sala Siroco, Madrid

“Este lo reseñas tú” . Normalmente cuando me imponen algo refunfuño ya por el hecho de la imposición, pero creo que siempre le agradeceré a Avatar que me obligara (no es por hacer sangre, pero me obligó) a escribir la reseña de Amigos, temo que ya no estamos en la Tierra, el último disco editado de La Broma Negra. Desde ese momento, este y sus otros discos se convirtieron en imprescindibles en los diferentes reproductores que pululan por mi casa y coche.

Me dio mucha rabia no poder asistir a la entrevista que les hicimos en el podcast, porque me lo pasé de muerte escuchándoles. Me gusta la música y encima me caen simpáticos (alguien a quién le gusta Patrick Wolf y Vainica Doble tiene un sitio en mi corazón, aunque sea una mezcla explosiva) por lo que, pese a que tengo la espalda hecha polvo e ir de concierto me mata, tenía que ir al concierto que dieron anoche en la Sala Siroco de Madrid sí o sí. La Broma Negra bien vale un domingo de ibuprofenos.

 

A las 22 horas salieron al escenario David, Alex, Laura y Carlos vestidos dentro de la teatralidad que acompaña a sus canciones, y que a mi personalmente me encantó. En especial el cómodo tocado de Laura, jajaja. No os voy a decir cómo iban vestidos, haber ido (bueno, vale, ya los veréis en las fotos).

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El Buen Amor comenzó el concierto, que quitando las tres primeras canciones que sonaron un poco altas, tuvo un sonido estupendo. Soy pro percusión a tope, así que Laura y sus apasionados tambores (se le ve que se lo pasa bien tocando, me encantaste, tía) me parecieron una acertada incorporación.

 

Despierta la guardia, perteneciente al último disco, continuó. He de resaltar a esta altura ya la extraña manera que tiene David de tocar el teclado, pero que estéticamente queda muy chulo, sobre todo si lo tienes delante justo como lo tenía yo. Todos los detalles estéticos me gustaron mucho. Tanto, que aún hoy tengo restos de esos detalles impregnados en la piel. Seguid leyendo hasta el final y sabréis qué es. (No es un clickbait, no).

 

He tocado el Cielo, de Joyas de Princesas Muertas sonó la tercera. Como repetí hasta la saciedad en la reseña del disco, La Broma Negra son trovadores y principalmente hay que escuchar sus letras para poder disfrutarlos al máximo. Y es que en cada canción tiene una, dos, tres, diecisiete frases magistrales que ya quisiera el empanao del Coelho para él.

Sí, me reconozco como una pesada de esas que te ataría a una silla, amordazado/a, y te obligaría a escuchar mis frases favoritas de sus canciones. Llámame pesada, llamáme psicópata. Me da igual. Escúchalos.

 

Y de esta canción en especial me gusta esta parte:

Nunca dejaré de sentir miedo
aún suelo mirar bajo la cama
cada noche antes de acostar;
pero yo le borraré esa sonrisa
de una puta vez, créeme
esa sonrisa se la borraré.

Sí, ya sé, no arregla nada la imagen de psicópata que os acabo de hacer sobre mi.

 

IMG_4868Y llegó una de mis favoritas, Franco tenía un Polvo, canción con la que ya he conseguido escandalizar a los padres del cole de mi hija ahora que ha llegado el buen tiempo y se pueden ir con las ventanillas bajadas como me propuse cuando hice la reseña del disco. ¿Qué por qué me gusta tanto esta canción? Os lo voy a confesar: porque me siento demasiado identificada con la loca del coño de la protagonista de la canción. Tan identificada que les pedí después que por dios sacaran una camiseta en plan merchandising de la canción que yo me la pongo.

 

¿Quién era yo cuando era niño? De Desilusiones de Grandeza (muy fan también de los títulos de sus discos) siguió aumentando el ritmo con el que habían empezado.

 

 

“No sé nada de lo que has hecho, ni porqué tienes que morir, pero me han dado una orden” es una de esas frases de el Guardabosques que me encanta, la siguiente en el setlist. Y llegó otra de mis favoritas, Los niños de Dickens, cuyo estribillo “Llevaremos un niño dentro, un niño asustado y con mal genio, siempre humillado, y ofendido, toda la vida” llevo tarareando ya más de doce horas, pero por primera vez no quiero deshacerme de un earworm.

 

 

“los días pasan tan despacio, tan rápido los años en cambio…” forma parte de La Enfermedad del Beso, otra de las canciones de su último disco. Tengo ya que decir a estas alturas que el setlist constaba de 25 canciones (tocaron 24) y que a mi me pareció tremendamente cuidado y estudiado, sin un momento de bajón de esos en los que a la gente le da por cortarte el rollo y cantar baladitas para que te den ganas de irte que ellos también tienen ganas de acostarse; no, aquí estuvo si no todo al mismo nivel, siempre hacia arriba, nada pesado, y no diré que corto porque un concierto de dos horas no lo es, pero que me hubiese escuchado otras diez canciones más sin mirar el reloj.

 

Hoy no estoy muy católico, me hizo sonreír por lo que contaron de ella en la entrevista que les hicimos en la radio; es una canción durita, pero muy buena.IMG_4870

 

Cenicienta es otra de mis preferidas. Me gustan todas las que tienen que ver, directa o subrepticiamente con Disney. No sé, me flipa la visión que tiene Carlos (es quien hace las letras además de cantarlas) de ciertas cosas, por no decir de todas. Me gustan las letras porque me hacen pensar, pero no en plan intensito, si no más bien un “mira, no lo había visto así, pero me encanta tu visión”. Cómo no, la siguiente tenía que ser Mientras Ella Cerraba Las Cortinas, canción a la que le tengo especial cariñito porque cuando estaba haciendo la reseña del disco, me obligaron a mirar la Wikipedia y descubrir que La Broma Negra era aún más de lo que yo estaba escuchando.

 

Nieto de Maestro de Escuela es una canción maravillosa y punto. Y escucharla en directo lo es más aún. “Nadie moría de viejo en el Renacimiento italiano” es de esas frases que a mi se me quedan grabadas. También creo que un concierto de La Broma Negra hay que irse con la lección aprendida, que te haya podido dar tiempo antes a paladear sus letras porque si no es difícil cogerle la esencia. No te digo que te sepas todas las canciones, pero sí conociendo una parte de su obra para saber que tienes que escuchar para disfrutar.

Con Los Muertos, la siguiente canción, tengo una relación especial incluso profesional, por lo que me hizo bastante gracia el que la tocaran. Supongo que a la altura de esta canción número 13 que el concierto me encantó y hoy estoy con el groupie subido, ya sabéis esa sensación de “esta noche los vería otra vez” que se tiene al día siguiente cuando te ha gustado mucho el concierto. Voy a reconocer, incluso, que mientras escribo, estoy volviendo a escucharlas todas. Por fin una tarde de domingo entretenida en mi vida. Gracias, Broma Negra.

 

Sagrado Corazón de Joyas de princesas muertas precedió a otra de mis súper favoritas, Los Hijos de Las Brujas, una de esas canciones que como comentaba antes me gusta porque te hace ver cosas diferentes a las acostumbradas y/o impuestas.

Otra de las cosas que me gustan de este grupo es que muchas de sus canciones están cargadas de mala leche que yo denominaría “punk barroco” (por ponerle un nombre estupendo) o que “hilan finico” en plan más coloquial: tienen mala leche pero que no se nota a primera vista, es rebuscada. Y Domingo de Pasión y Los Reyes En Su Cama No Morirán son una muestra de ello (aunque hay muchas más, yo creo que todas tienen esa frase reivindicativa o que “pica”) que fueron las dos siguientes canciones.

IMG_4874Y llegó otra de mis mega favoritas, Las Chicas del Corte Inglés. Cargada de toda esa mala leche. Toda, entera. Creo que me gusta por eso. No, me gusta por los enormes coros de Alex. La primera vez que los escuché tuve que rebobinar (bueno, darle para atrás en la barra del reproductor) porque la carcajada que solté no me dejó seguir escuchando esta maravilla. Me apasiona, no puedo decir nada más. Y tenía que escucharla en directo sí o sí.

Su Decisión, Mi Capitán, siguió manteniendo el ritmo imparable del concierto. Avatar y yo tuvimos un intercambio de pareceres, a él se le hacía raro que no hablaran entre canciones, ya sabéis que el muchacho es muy de hablar, y yo en cambio estaba encantada con que me dieran toda la música seguida sin descanso porque como le dije “yo he venido a escuchar música, no a que me hablen” lo que se tomó como algo personal de cachondeo y no me habló hasta el final del concierto. Ñiñiñi. Picajoso.

Como de todas las canciones tengo algo favorito, de Ten Misericordia De Nosotros destaco “Gracias Tim Burton por dibujarlo dulce y mágico
bajo un cielo blanco algodón.” porque me hizo reír mucho la primera vez que la escuché. Y que una canción con ese título te llegue a hacer reír es que algo no te rige bien en la cabeza, pero lo asumo.

 

Ays, ya sólo quedaban cuatro canciones. Pero qué cuatro. Heridos, una canción que me encanta por su oscuridad. “luz de mi vida y de mi corazón, nunca a tu lado voy a despertar… Te quiero, pero he elegido la oscuridad” Pues eso.

Cuidado Con Lo Que Matas es otra canción que me apasiona por todo, desde la primera a la última palabra. No quiero que se acabe el concierto, y menos después de Los cuerpos celestes y ese subidón otra vez de los tambores del directo. Deliciosos. Y cerraron un concierto perfecto en ejecución, movimiento, diversidad y diversión con Noche En El Tejado. Con Carlos bañado en purpurina que calculamos que seguirá teniendo restos hasta Nochevieja. Yo me llevé un poco de ella impregnada en mi cuerpo (he aquí el cebo que puse al principio) Y parafraseándolos a ellos mismos “No nos dejéis solos más tiempo del necesario” , espero que vuelvan muy pronto a deleitarnos con otro conciertazo como este. Gracias chicos, lo disfruté como una enana. A los demás que no fueron, vosotros os lo perdisteis. Pero intentad no hacerlo más veces porque tanto en disco como en directo, La Broma Negra merecen muuuuucho la pena.

 

 

 

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