HORD + HANTE, 07 de febrero de 2019, Sala Costello, Madrid

Semana y mes de conciertos non-stop en Madrid. Una (varias) fechas marcadas en rojo en el calendario. La primera de ellas, este siete de febrero, frío, desapacible, pero con la promesa de dos de los proyectos electrónicos oscuros más interesantes del panorama actual. Ambos franceses, ambos mezclando con sapiencia darkwave, coldwave, synthpop y casi todo lo que se os ocurra que se pueda etiquetar partiendo de teclas, sintes y artilugios similares.

El primero de ellos (por orden de aparición), HøRD. Escasa luz, proyecciones y un sonido bastante cuidado para la segunda vez en Madrid del de Burdeos en muy poco tiempo (estuvo por aquí en diciembre, con The KVB). El a ratos excesivo rever en la voz, no deslució una actuación brillante en lo musical, aunque ciertamente un poco plana en lo escénico. Las proyecciones acompañaron perfectamente a la música fría, oscura, vibrante y el repaso bastante exhaustivo a su último trabajo, Parallels, creo que dejó satisfecho al “respetable”. Piezas como Silence, Land, Get Into It, etc, fueron coreadas y bailadas por casi todo el público (yo es que no bailo, que le vamos a hacer). Y también otros cortes más antiguos como Skin Tense o Eleven (o incluso la añeja Deliverance) fueron celebradas en la misma medida, demostrando así un cierto conocimiento por parte de la no muy numerosa audiencia.

Hélène de Thoury, es decir, Hante., culminaba la velada. Y desde el primer momento, si bien musicalmente ambos artistas encajaban como un guante, se notó el cambio de propuesta. Pese a que de nuevo hablamos de un proyecto unipersonal, la atmósfera y, sobre todo, la presencia escénica es completamente diferente. Aún manteniendo la escasísima luz y la presencia de proyecciones. Hélène se entrega en cada tema. Baila, se retuerce… transmite con su cuerpo lo mismo que con la voz o los teclados. Wild Animal, Le Point De Non-Retour, Silence the Voices, The Storm, Between Hope & Danger… mis favoritas esa noche. Por no decir otras, porque realmente la de Thoury estuvo impresionante. Como ya sucediera en el bolo de RockOla de 2017, demostró que incluso propuestas de este tipo pueden tener sentido en directo si vienen acompañadas de esos elementos que siempre aporta la parisina: puesta en escena, lenguaje corporal… de algún modo ella misma lo resume con sus palabras del saludo inicial. Welcome to My world. Bien hallados.

La sala Costello, una de las míticas que me faltaban por visitar en la capital, estuvo a la altura. Una sala cómoda en su formato, permitiendo una visibilidad y una acústica bastante buenas desde casi cualquier punto de la misma. De este modo, todo se conjuró para que la noche del jueves 7 hiciera honor a esa marca en el calendario que citaba al principio. JJB Concerts, los organizadores, impecables. Esperemos que continúen con la labor, hacen falta más propuestas de este tipo, aunque no estaría de más que se distribuyeran por todo el año, en vez de concentrarse en un par de meses ahora y otros dos en otoño.

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