HIEMIS: Yggdrasil (Noctivagant 2022)

 

Yggdrasil es el nombre que recibe el árbol de la vida (un fresno) en la mitología nórdica. Un árbol que une los nueve mundos mediante sus raíces y ramas: Svartalfheim, Helheim, Niflheim, Muspelheim, Jötunheim, Midgard, Alfheim, Vanaheim y Asgard (Asaheim). Hiemis (aka Juan Carlos Toledo) se apoya de nuevo en un poemario (en este caso, Völuspá o la profecía del vidente) para elaborar un disco conceptual, el séptimo de una ya dilatada producción musical. En esta ocasión el hilo conductor son esos nueve mundos que a su vez dan nombre a los nueve cortes del CD. En Yggdrasil, además, cuenta con la voz de Eva Molina (Doom of Valyria) alejando un poco el sonido habitual del proyecto de la onda más ambiental y sumergiendo al oyente en otros matices más cercanos al folk de inspiración nórdica. También las más presentes percusiones contribuyen a este giro sonoro. No obstante existe una gran coherencia entre todos los trabajos: es la “gracia” de evolucionar sin perder la perspectiva.

 

Los nueve temas publicados por Noctivagant (repiten tras Hyperborea, Radix o Zothique), mantienen una unidad estilística pese a sus indudables diferencias: desde la susurrada y oscura Midgard a las bellas Asaheim o Vanaheim; desde las más rituales Alfheim o Jötunheim al neofolk casi marcial de Muspelheim, Niflheim o Svartalfheim (recuerdan un poco a las más inspiradas piezas de Der Blaue Reiter). O la peculiar Helheim, en una línea vocal distinta al resto, aunque mantiene la ligazón instrumental. Todas y cada una de ellas te invitan a sumergirte en esa mitología escandinava, tan sobada y trillada en lo superficial pero al mismo tiempo tan desconocida meridionalmente en profundidad. Quizá sea un buen momento para leer o releer textos como este poemario citado anteriormente. Quizá sea la ocasión perfecta para dejar de reducir la riquísima cultura noreuropea a un rubio cachas con un martillo.

 

Hiemis sigue empeñado en descubrir (al menos para los profanos) textos y sonoridades que abarcan un amplísimo espectro cultural. Siempre complejo, siempre misterioso, casi desconocido, siempre con un trasfondo literario y siempre suponiendo una invitación a profundizar, a saber más, a disfrutar de forma más completa. Un artista complejo pero no difícil, un músico que cuida hasta el último detalle todo lo referente a sus trabajos, estética, concepto, composición e interpretación van siempre de la mano, sin diluirse ni hacer más concesiones que las puramente imprescindibles, hasta constituir un todo que se puede (y se debe) disfrutar a todos los niveles sensitivos.

 

Yggdrasil es un disco magnífico. Echo de menos un poco una “redondez” en el sonido que hiciera más presente las percusiones (por ejemplo). Desconozco si es algo buscado, un cierto aire lo-fi minimalista o si es producto de la grabación o mezcla, pero creo que las canciones (repito, estupendas) ganarían en brillantez sonora dándole más presencia sónica, queda todo un poquito atrás. Pero es un detalle menor siendo las canciones, las nueve, tan tan buenas. Otra vez estamos ante un álbum que se paladea mejor con auriculares, preferiblemente en oscuridad, sin nada que distraiga e impida degustar cada matiz, cada nota, cada palabra. Un álbum de los que ganan en sucesivas escuchas aunque ya decía antes que Hiemis no es un artista difícil, creo que es plenamente disfrutable para cualquier tipo de público. Lamentablemente también sé que no llegará a toda la gente que podría deleitarse con él, pero es lo que tiene el underground. Ellos se lo pierden, en cualquier caso.