ANGELS OF LIBERTY: Angels Of Liberty (Gothic Music Records 2013)

9724894485_1bd977e031_oLa segunda referencia del sello Gothic Music Records es la esperadísima reedición de los dos eps de 2011 de los británicos Angels Of Liberty: The Black Madonna y Monster In Me. De nuevo el sello finlandés apuesta por la ortodoxia, si bien en esta ocasión lo hace con gothic rock puro, purísimo. De nuevo apuesta por la calidad, más allá de viabilidades comerciales. Y, de nuevo también, lo hace con un cuidado exquisito, tanto en la selección, como en la edición. Doble cd en digipack con libreto de veinte páginas, precioso vamos. Diez temas (ejem) escrupulosamente góticos, deliciosamente siniestros, convenientemente rockeros. Diez temas muy bien hechos que ponen donde deben a la banda (dúo, Voe Saint-Clare y Scarlet Powers) y al sello.

Angels Of Liberty son ingleses, no podía ser de otro modo. Son clásicos, son genuinos, son… puro gothic rock británico. De la vieja escuela, con caja de ritmos, voz grave, etc. Pero a la vez bastante lejos del “mundillo” sisters, recuerdan más a unos Nosferatu en sus mejores años que a los amigos de Eldricht. Solo que, para mi gusto, son mejores que los protransilvanos, aunque estos manejen mayor trayectoria. Más profundos, menos repetitivos, más ricos en sus influencias, más llenos de matices. Hay quien cree que todo terminó en los ochenta. Que desde entonces nada nuevo oscurece nuestros corazones, todo es lo mismo, reciclado. Ya está hecho, no aporta nada nuevo, es lo de siempre. Hay quien mantiene esos postulados y el que esto suscribe en muchas ocasiones no ha tenido más remedio que darles la razón. Sin embargo, claro, eso era en “muchas ocasiones”, no en “todas las ocasiones”. Angels Of Liberty, benditos sean, son una de esas excepciones, más excepcionales (valga el retruécano), si cabe, por escasas.

9724881287_19eaf797ea_oThe Black Madonna abre con la formidable Mars & Minerva. Con letra mitológica, segundas lecturas siempre necesarias. Los dioses romanos de la guerra, más actuales que nunca. Electrónica, rockera, tan clásica como moderna. Los noventa inspiradísimos en la estructura, la épica todavía contenida. The Black Madonna, dio nombre al EP, tiene en los cinco minutos que dura todas las claves para entender (y apreciar) al dúo. La voz, perfecta de ejecución, los teclados, la caja de ritmos nombrada como Echo Von Hammer, acertadísima nominación. Los efectos del micro vuelven a sumergirnos en aquellos noventas de la segunda oleada, pero sin sonar añeja. Simplemente una mirada a hace veinte años para no perder de vista donde estamos ahora. Weaving Spiders Come Not Here es menos obvia. Bailable, no deja que los teclados nos hagan olvidar de qué hablamos, esto es rock gótico amigos, desempolva tus chorreras, mueve tu cardado y tus botas. O no lo hagas, pero dudo que puedas resistirte. One Step Closer tan ortodoxa como la cerveza fría y casi casi tan necesaria. Otro tema imprescindible en cualquier discoteca siniestra, otro clavo en el ataúd donde guardas tus mejores piezas. Hipnótico estribillo, pegajosa melodía, deliciosa. Take Back The Night tiene todo el sabor, todo el poso del mejor gothic rock. Conservadores, garantes de los sonidos ancestrales que hicieron grande la escena, saben llevarlo más allá de la mera recreación. Y el tema que cierra el EP da fe (otra vez) de ello: Xepera Xeperu. Otra vez la mitología (egipcia en esta ocasión), otra vez las segundas lecturas. Desde el piano inicial sabes que te encuentras ante el perfecto broche a un EP sobresaliente. Épica, desatada (ya sí), oscura. Casi puedes sentir la neblina, casi hueles el humo. Un hito, un hit. Insisto, perfecto final.

Monster In Me comienza con la pequeña introducción, The Hermit. Delicada pieza de orfebrería sonora, aires casi dark cabareteros, como de caja de música. Pero con un trasfondo inquietante, tremendamente perturbador. Bastante distinta a lo esperado, también estupenda, es una muestra de creatividad. Pero tranquilos, la transmutación no se ha producido, no tanto. La homónima Monster In Me nos devuelve rápidamente a la épica siniestra, al tono gótico eterno e inmutable. A los abrigos negros y el maquillaje pálido, al romanticismo trágico bien entendido. Blood Thief redunda, para bien y para mal. De nuevo sonido años noventa por doquier. De nuevo el teclado protagonista pero sin que se note. Otra canción que es tan diferente al resto como podría serlo, sin embargo teje un poco más la misma red. Distinta para ser lo mismo. Otro himno goticazo. Perdí la cuenta ya. Shadows Comes From Light no puede ser más representativa. Los juegos vocales, los ritmos cambiantes, los bajos ardientes: cien por cien canónica, noventa y cinco por ciento previsible. Guarda más de lo que podría parecer a primera vista. Necesita un par de escuchas pero entonces… no quiero destapar nada. Según lo previsto aquí termina todo. Pero hay un corte más en el CD, una canción escondida (al igual que en el EP original no se escamotea nada). Asusta lo chunda chunda del inicio pero rápidamente te das cuenta de que es un remix de Monster In Me. Sin más, prefiero la versión original, la remezclada no es lo bastante diferente como para suponer valor ni lo bastante “bailable” para poderla descartar como destrozo. Simplemente es una pequeña vuelta de tuerca.

Tras la escucha pausada me reafirmo en lo que ya dije: el gótico clásico goza de una excelente salud (lo que sin duda es una gran noticia): Angels Of Liberty son un excelente ejemplo de ello, uno de los proyectos más interesantes en este género. Dignísimos herederos, representantes de esa tercera oleada que hoy tenemos la gran suerte de poder disfrutar. Y, también sin duda, el trabajo de gente como la que está detrás de este sello y de algunos otros tiene gran parte de culpa. Ojalá dure.