THE MEN THAT WILL NOT BE BLAMED FOR NOTHING: This May Be The Reason Why The Men That Will Not Be Blamed For Nothing Cannot Be Killed By Conventional Weapons (Leather Apron 2012)

Con este nombre tan cortito (en lo sucesivo, TMBTRWTMTWNBBFNCBKBCW) los británicos The Men That Will Not Be Blamed For Nothing (en lo sucesivo, TMTWNBBFN) titulan su segundo disco “largo”, tras Now That’s What I Call Steampunk! Volume 1 (que por problemas legales ahora se llama The Steampunk Album That Cannot Be Named for Legal Reasons, en lo sucesivo… no lo nombro más), un EP “navideño” y un directo. Debo, ante todo, reconocer mi absoluta ignorancia acerca de la escena steampunk que parecen representar (al menos en parte) grupos como éste. No conozco más que a algún grupo suelto y por supuesto la estética relacionada, que me parece cuando menos curiosa y en algunos casos bastante atractiva. Pero centrémonos en lo que importa y lo que importa en este caso es la música (como dicen ellos, el disco es basura, por lo que merece como mínimo un análisis algo más serio). MÚSICA con mayúsculas. TMTWNBBFN hacen fundamentalmente punk. Punk de letras graciosas y divertidas para más señas. De ese que se mueve siempre sobre la fina línea que separa lo frívolo de lo cachondo y que corre permanentemente el riesgo de que una vez pasado el chiste (casi nadie se ríe quince veces de lo mismo, por más que todos conozcamos a alguno) no haya nada “detrás” que justifique el seguir oyéndolo. De modo que en las canciones que llenan el CD puedes encontrarte desde zombies regios a odas a Nikola Tesla, pasando por Lovecraft y su Ctulhu y sus mitos. Todo revestido de punk bastante cafre y algunos momentos más reposados.
Pero claro, siendo ingleses, el cachondeo tenía que tener trasfondo. Y lo tiene, detrás de tanta comedia se tocan con bastante mala leche las “oscuridades” de una época victoriana a la que estos tipos se niegan a reinvindicar solo con sombreros, ropas y bigotes. La época de la represión sexual absoluta, de las diferencias entre clases, de los ricos y los pobres, del trabajo infantil… del siglo XIX. Pero, espera. También la del s. XX y la del XXI… O sea que en el fondo, todo es tremendamente atemporal. Lo mejor de el disco (y del grupo) es que esa línea que decía antes que pisaban constantemente los hace caer del lado bueno. Permanentemente. No se quedan en la gracieta, no se diluyen al perder gracia el chiste. Se mantienen al más alto nivel, porque detrás de toda esa parafernalia y esa comedia, se muestran más que sólidos, tanto en lo musical como en lo estilístico. Guitarras rapidísimas, ritmos contundentes, voces con la mezcla adecuada de calidad y mala hostia… Desde luego, si el steampunk ese es esto, ¡bienvenido sea! De hecho, este TMBTRWTMTWNBBFNCBKBCW es uno de los trabajos que más veces he escuchado en las últimas semanas y eso teniendo en cuenta el bombardeo habitual, ya es mucho decir.