THE DRESDEN DOLLS + THOMAS TRUAX, 22 de mayo de 2006, Moby Dick, Madrid
Sorpresa fue lo que me vino a la mente al enterarme de que estaban prácticamente agotadas las entradas para el concierto (me alegro por los grupos, pero no es habitual que suceda esto) de The Dresden Dolls y Thomas Truax en la Moby Dick de Madrid. Tan agotadas, que tan solo se pusieron doce entradas a la venta en la taquilla (que duraron segundos, lógicamente) y, a pesar de repartir (desconozco si cobrándolas) las invitaciones sobrantes, se quedó un buen número de gente sin poder disfrutarlo. A todo esto, cuando conseguimos acceder a la sala, el señor Truax, bendita (maldita) puntualidad, estaba prácticamente terminando su actuación, así que poco puedo decir de ella. Tan solo pude oír-ver un par de temas que, eso sí, me parecieron bastante originales. Con un aire de entre trovador y músico callejero…
– Sí, bueno, es bastante parecido.
– Entonces, ¿no decías que no pudiste casi verle?
– Sí, solo dos canciones, una de ellas tocándola mezclado entre el público, así que se me ocurrió la idea del trovador callejero.
– Vale. Sigue
– Eso, déjame seguir.
Pues eso, que tras una corta espera, salieron al pequeño (y bajo) escenario Amanda Palmer y Brian Viglione, tomaron posiciones tras el piano y la batería respectivamente y dio comienzo el recital de los bostonianos The Dresden Dolls y el desgrane del repertorio (formado básicamente por la mayoría de las canciones de su CD homónimo y por bastantes de su más nuevo Yes, Virginia).
– Duró poco entonces el concierto ¿no?, porque con solo dos discos como repertorio…
– Y algunas versiones (Ámsterdam de Jacques Brel, Cosmic Dancer de T.Rex, War Pigs de Black Sabbath o Two Headed Boy de Neutral Milk Hotel…), pero no duró poco, duró lo que tenía que durar. Ni más ni menos.
– De acuerdo, sigue.
– Pues no me interrumpas, ¿vale?
El mayor inconveniente fue que salvo desde las muy primeras filas, no se veía apenas nada del escenario, lo que les hizo perder un poco de “transmisión” en la interpretación. Por el contrario, el excelente sonido de la sala y la entrega absoluta de ambos músicos contribuyó a dejar en el público un muy buen sabor de boca. Además, tanto Amanda Palmer como Brian Viglione estuvieron en todo momento (y eso incluye antes y después del concierto)…
– ¿Cómo sabes que dejaron un buen sabor de boca, así en general? ¿hiciste un estudio de mercado entre los asistentes o qué?
– Eres un capullo. Claro que no hice ningún estudio de mercado. Pero esas cosas se notan. La gente salió encantada en general y, en particular, las personas con las que hablé también.
– Tampoco te pongas así…
… amabilísimos. De hecho, en un momento dado, alguien del público gritó “I can’t see you!!!” y ellos, ni cortos ni perezosos, se pusieron de pié, tomó Brian la guitarra e hicieron varias canciones en ese formato, prácticamente en la cara de los afortunados (y aplastados) espectadores de las primeras filas).
– Pero, eso lo harán en todos los conciertos, ¿no?
– Pues sí y no. Sí que tocan algunas canciones con esa instrumentación, pero normalmente muchas menos que las que hicieron aquí. Vamos, que me pareció un detallazo…
– Improvisado, ¿no?
– Bueno, obviamente la guitarra la llevaban, así que algo pensaban tocar, pero los que sí han visto varios conciertos del grupo (en Barcelona el día anterior inclusive) comentaban que no solían hacer tantas.
– Ya.
– Eres un escéptico…
– Venga va, te creo. Sigue.
Hubo varios momentos álgidos durante el concierto, principalmente en las canciones más conocidas del grupo. Así Missed Me, Good Day, el combo de Half Jack y Girl Anachronism o Coin Operated Boy y algunas de las versiones que interpretaron fueron especialmente coreadas por el respetable. Eché a faltar algunos temas, como por otro lado pasa siempre en todos los conciertos (concretamente la estupenda The Jeep Song, que aparentemente iniciaron pero que finalmente no tocaron), pero en líneas generales tocaron lo mejor de su cada vez más completa colección. De su último disco brillaron de forma especial las inconfundibles My Alcoholic Friends o Mrs. O.
– ¿Te gustó entonces el concierto?
– Sí, la verdad es que me gustó mucho, lo pasé muy bien y aunque en disco, sobre todo por la masiva presencia de canciones “tranquilas”, se pueden hacer un poco monótonos, en directo ganan. Y mucho. Ponen mucho “alma” y consiguen hacerte llegar los más variados sentimientos.
– Pero no hicieron demasiado teatro, ¿no?
– No, la verdad es que me esperaba más teatralidad. Puede que las condiciones de la sala no lo permitieran o que reserven ese tipo de “performances” para los conciertos “domésticos”. No lo sé, realmente. Pero vamos, tampoco lo añoré tanto… ¿Me dejas terminar la reseña?
– Sí claro, pero no te enrolles.
Bueno, en definitiva, un muy buen concierto. Esperemos que vuelvan pronto para poder volver a disfrutarles, pues valió la pena.
– Así de cortito, ¿te vale?
– Me vale, me vale.