THE DARK SHADOWS: Distant Mind/Silent Screams 7″ ( Select-A-Vision Records 2012)

FLV-207.452_cover_7inch_4c.inddNo sé qué tiene Australia que produce esa mezcla de curiosidad y fascinación. Imagino que la combinación de distancia y desconocimiento tendrá mucho que ver. En lo artístico no sé qué efecto tienen las características que hacen al país-continente algo único para que prácticamente todo lo que de allí sale sea a priori tan interesante. Dejando aparte gustos, justo es reconocer que los artistas australianos tienen “algo” que los hace distintos y, cada uno en su estilo, francamente geniales. Puede ser que solo conozcamos la punta de lanza y que como lo que nos llega es lo que destaca, confundimos la excelencia con un todo. Sí es así, me callo. Pero lo que sí es seguro es que en el caso que nos ocupa todo esto es completamente indiferente. Eso que nos distrae no es sino el nuevo siete pulgadas de esas tres mozas que responden al nombre de The Dark Shadows y que ya en la SGM de 2011 se ocuparon de dejar boquiabierto a quien tuvo el placer de verlas y escucharlas en directo. Sí, amigos, su nuevo single. Solo dos canciones, Distant Mind y Silent Screams, corto, muy corto. Vamos a ellas.

Silent Screams es singular en su discografía. En ella Brigitte Handley y compañía (y con compañía me refiero a las sempiternas Carly Chalker y Nerida Wu) demuestran que no solo de rabia y furia loquesea-billy vive el hombre, ni siquiera el aficionado al género. Un tema dulce, tranquilo, bello (muy bello), de esos no tan frecuentes en las de Sydney pero que ejecutan con la misma elegancia que cualquier otra tonada más rápida. Desconozco si es la primea piedra de un nuevo camino, el de la letanía preciosa (ojo, cuidado, no es tan diferente, no se me asuste el respetable, sólo es un palo menos frecuentado, nada más), pero si lo fuere, bienvenido. Porque destila calidad por todos lados, porque el alma necesita reposo también y me alegro e haberla escuchado antes que Distant Mind, el otro tema del single (la cara A, en realidad). Aquí sí. Aquí sí son más reconocibles las de Sydney. Aquí está la voluntad pop, con la energía punk, la sangre billy y la contundencia sonora. Distant Mind tiene una arrolladora fuerza apoyada en la distorsión de la guitarra y la cercanía y contundencia rítmica, explícita en el bajo, por descontado, pero muy presente también en cada baquetazo. Sin ser tampoco una locura, son The Dark Shadows, no una gritona banda de hardcore. Contención amigos; contundencia sí, pero sin exagerar. Y elegancia, toda. Oscura, de la que nos gusta.

¿Defectos? Ah, pero ¿tiene defectos? Como siempre, lo corto que se hace. Como siempre, las ganas de que cuando algo te gusta dure lo máximo posible. Hay prometido un disco largo para el año que viene. Trataremos de que la espera sea lo más “dulce” posible, degustando aunque solo sean estas dos canciones, disfrutando de un single fantástico.