THE CULT, 30 de junio de 2007, Sala La Riviera, Madrid

LOS CULT. Los Cult… así les hemos llamado siempre por aquí. Tanta mala prensa como buena, desde los primeros trabajos (aún recuerdo una frase de una crítica del Rock De Lux del año… 85! a propósito de la salida del… Love!: «no sé a qué vienen tantas manías con este grupo»…). Los que los odian, los odian. Los que los aman, los odian. Los que los aman, los aman. Los que los amaron, los odiaron. Odian-aman-odiaron-amarán… en fin. Que los chicos son un Culto, que son indios, que han desarrollado una carrera de ROCK (y punto, y bastante) que ya quisieran muchos y más viejos que ellos, que su honestidad está a prueba de bombas… Que siempre han hecho lo que les ha salido de la pipa de la paz, que su palabra de muerte es también su palabra de vida, como decía «Diez Osos» en «El Fuera De La Ley»…

LEYENDA, sí, justo! esa es la puta palabra que me viene a la mente cuando veo cualquier cosa del imaginario The Cult.
Bien!

Llegados a este punto, es de entender que uno se haga expectativas respecto a un concierto EN VIVO (siempre me ha encantado esta voz castellana de decir «live», algo más hortera); Manitú? Como dijo Milans del Bosch: «ese ni está ni se le espera». Toro Sentado? er…

El caso es que, aún a riesgo de haberme equivocado haciéndome muchas pajas mentales desde los 17 años y aun más al descubrir el Rock a partir de los 22, a quien sí se esperaba era a Ian Astbury. No al Rey Lagarto, que ya lo vimos el año pasado, ni al vocalista de Deep Purple sentado en una sillita, sino a Ian, ese (aún a riesgo de parecer Chiquitista) grito de la pradera, esa pasión salvaje del Rock, ese espíritu indomable, esa niña desatada…
Y no: no esperaba saltos, ni filigranas, ni melenaza, ni glamour, ni hostias. Sé qué edad tenéis, amigos (ay! esa edad tan mala…) y eso me importa un cuerno, pero sé que «lo de dentro» si está, sale. Dan igual barrigas, canas, arrugas ni misas…

Prefiero no pensar que «no había ganas esa noche», que entonces me cabreo.

VAMOS A VER: NO fue un concierto horroroso, estuvo bien y tal; Billy Duffy se lo curró bastante, el sonido podía haber sido peor… pero YO TE DIGO, ASTBURY: NO TE ME CONVIERTAS EN LOU REED, porfa!

 

Texto:A