THE BREATH OF LIFE + IMR (EX-IN MY ROSARY), 09 de noviembre de 2012, Sala Ritmo y Compás, Madrid

(CRÓNICA DE IMR – EX IN MY ROSARY)

Ver en un escenario de Madrid a una banda como In My Rosary exige todo un ejercicio de voluntad para evitar que la mente le traslade a uno a otro tiempo y otro lugar: a la Alemania de hace más de 15 años atrás, donde Ralf Jesek se paseaba por una de las escenas dark wave más underground e interesantes de Europa junto a bandas como Derrière le miroir, Printed at Bismarck’s death... Ahora, su aire tímido y jovial al salir al escenario junto a Holger Diener y Hansi Huenig permiten mantener la ilusión de viajar atrás en el tiempo, pese a que, en sentido estricto, In My Rosary ya no existe desde la salida de Dirk Lakomy de la formación, motivo del cambio de nombre a la siglas IMR.
 
 
Su apertura, con Ailibis, un tema que Jesek editó originalmente con Derrière le Mirroir en 1994, completan el hechizo. La banda empieza a desgranar su melodía de guitarras rasgadas y base electrónica con la voz melancólica y cadenciosa de Ralf en el foco de las canciones. Los punteos de Ailibis nos traen Confused by the time, que aparece en sus LPs A collection of fading moments y en The shade of cats (2002), uno de los que van a llevar, junto a 15 y el mítico “Under the mask of Stone” (1994) el peso del repertorio. La banda nos trae también Your shimmering hair, un tema de su EP Firstexit (2001) y luego saltan a anunciar un nuevo tema: Anesidora, uno de los cortes que podremos encontrar en “The paper Garden”, el nuevo disco de estudio de la banda, cuya edición es inminente. La voz de Jesek permanece inconfundible en una composición que retiene claramente el aire de In My Rosary, con un toque electrónico ligeramente acentuado en forma de bases más marcadas y contundentes que las habituales.  Tras la novedad llega, para deleite de los conocedores de la banda, Just like you, otro de los temas clásicos de la banda, que combina voz, punteos y guitarras rasgadas de esa forma que Ralf ha convertido en su sello.
Ralf da tímidamente las gracias tras cada tema, cambia entre la guitarra acústica y la eléctrica y acomete las canciones con concentración. El ritmo del concierto, que hasta ahora ha traído temas de tempo cadencioso – está claro que no estamos ante una banda de grandes agitaciones musicales ni sobre el escenario – sube al llegar Wild chase, un tema con connotaciones de EBM, pero el crescendo, que pretendía seguir con la bailable Short dance, queda frustrado. Problemas técnicos impiden a IMR acometer el tema, lo que intentan en dos ocasiones. La cara de Ralf denota su apuro de un modo que los focos no logran disimular…
Pero todo se reanuda con Night Owl y sus teclados que, junto al siguiente tema nos sitúan en 1994, fecha de lanzamiento de “Under the mask of Stone”. Llega Little death, otro de los temas emblemáticos de la banda, y una de las composiciones más “folkeras” que se escucharán esta noche. El teclado, se combina con la guitarra acústica y la base de corte marcial. Pese a lo sosegado del concierto, la sala se mueve y se deleita con un tema que marca un hito en el repertorio de la banda. Sigue, de nuevo unida a un clásico, una novedad: Poisoned eyes, también de “The paper garden”, dejando claro que la línea de bases más vivas y contundentes es el sello del nuevo sonido de la banda.  Sigue la música con Satin sheets y los tambores  de G.T. antes de que Uniforms, un tema corto pero enérgico, marque de nuevo el ritmo al que baila el público. El final se nos empieza a anunciar con To end, un hermoso tema del The shade of cats de 2002, al que sigue la canción que dará nombre a su próximo álbum: The paper garden. Para los bises, de nuevo vuelve junto a la novedad el sonido más clásico con otro tema de “UndertheMask of Stone”: Tar, con su melancólico estribillo y la línea marcada por la guitarra acústica. No place to stay cierra el repertorio y con sus acordes la banda se despide. Quedan en el tintero su versión de Fall apart o las inolvidables y poéticas An open book o The rose of the World (adaptación del poema de Yeats), sin las que el concierto deja un sabor algo incompleto, pero no por ello menos satisfactorio. Un viaje a la Dark Wave más intimista y folk, de la mano de IMR. ¡Larga vida y viejas canciones!

Texto: Aramcheck (De Profundis)
Fotos: Cortesía de De Profundis