STILL PATIENT?: Shape Shifters (Dark Dimensions 2015)

Al comenzar la década de los noventa se empezó a producir un cierto trasvase de lo que fuera el centro neurálgico de la ortodoxia siniestra (por aquel entonces todavía no se había popularizado aquí en España eso de gótico), un centro que ya no estaba, o no solo, en el Reino Unido; centros o cetros que pasaban principalmente a Alemania. Escasez de ideas y de frescura inglesa y el mestizaje con por un lado la electrónica y por otro los guitarrazos casi cercanos a planteamientos heavies, terminaron por consolidar una nueva manera de entender el rock oscuro, el siniestreo, el rock gótico. Segunda oleada o como quieras llamarla. Sonidos relativamente novedosos entonces (la sombra de Eldritch y de McCoy seguían siendo –o mejor dicho ya eran- alargadas), ampliación de miras y horizontes, inclusión de nuevas influencias… En fin, la regeneración necesaria. Entre todas aquellas bandas que asimilaron sin problemas ritmos bailables (dentro de lo que cabe) y guitarrazos potentes, destacaron Still Patient? Cuatro discos y un EP, repletos de estupendas canciones y una separación en 1999 que dejó, una década después, una cierta sensación de orfandad en un subgénero en el que en esos diez años largos habían sobresalido.

 

Más de una década de silencio después, mucho más de lo deseado, hasta que en 2012 (para un recopilatorio) se reúnen y graban una nueva versión o remezcla del hit Mascara Osiris. Redescubren vocaciones, actúan en el Treffen, nos conceden una entrevista y, ya en 2014, lanzan Selective Perception. Un EP que les devuelve a la actualidad y que junto con el recopilatorio Retrospective 88 2 99 les permite girar por toda Europa de nuevo. Estuvieron en la SGM del año pasado y demostraron que quien tuvo, retuvo, dando un concierto espectacular. Y ahora, más de veinte años después de su debut discográfico, presentan en unos días (25 de septiembre) este Shape Shifters que nos ocupa.

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Ya desde los primeros acordes de Seconds Of Fame se aprecia el gusto por el pasado sin renunciar a sonidos más actuales. Las guitarras te transportan a esos noventa que citaba antes, el riff principal incluso recuerda a los otros reyes de la escena alemana de entonces, Love Like Blood. La voz de Andy Koa sigue siendo tan grave y personal como entonces, dominando los registros necesarios tal y como hace encima del escenario. Apabulla. Swallowed tiene un trasfondo sintético pero sin perder un ápice de ortodoxia gótico rockera. La melodía de la guitarra es de las que se te meten dentro. Sé de un par de pinchadiscos que se van a hartar de ponerla… Believe In Angels cambia un poco el registro. Más medida, algo menos canónica, con samplers y teclados actualizando un sonido muy “marca de la casa”. La canción es de esas que van creciendo y metamorfoseándose aunque es verdad que no termina de explotar del todo, le falta quizá un poco del rollo que tiene Shape Shifters, donde el comienzo electrónico deja hueco a guitarra y bajo para ir tejiendo una red que te atrapa desde el primer momento. La voz doblada (uno de los aciertos del tema a mi modo de ver) hace el resto. We Come In Peace ya nos taladró en la SGM. Seca y afilada es completamente Still Patient?, es el mestizaje guitarrazo/electrónica que comentaba al principio. Otra de las que no faltarán en cualquier sesión que se precie de serlo.

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Red River y Away From Me son más tranquilas, casi medios tiempos. Mantienen la base de teclado y se dibuja el resto por encima. Ritmos complejos y la capacidad vocal de Mr. Koa hacen especiales el conjunto. Un poco de tranquilidad merecida tras la tormenta sonora anterior y la que vendrá a continuación en The Devils Bride. Las guitarras de M*Beck y Pogue-o y el profundo bajo de Guido condensan en poco menos de cinco minutos todo el potencial de la banda. Ese que ya conocíamos desde aquel fantástico Salamand que publicara Hyperium en 1992 y que se mantiene en todo su esplendor. After Sundown reitera lo apuntado. Para mí uno de los mejores temas de un disco lleno de ellos. De esos inolvidables a poco que te guste el palo que manejan estos germanos. Song Of Defeat, sin embargo, me llega menos. Tal vez el piano me saca un poco del ambiente de una pieza que no es floja en absoluto pero que palidece algo frente a las maravillas anteriores. Correcta, más que correcta pero no tan emocionante. O así me parece hoy, a lo mejor con más escuchas crece. El tiempo lo dirá.

 

Como cierre se incluye la citada Mascara Osiris II (2012) a modo de bonus. Bastante similar a la original aunque actualizada completa un trabajo ciertamente increíble. Los que me conocéis sabéis que ni soy de lisonja fácil ni creo mucho en resurrecciones musicales pero oye, si es para hacer discos como este (o conciertos como el del año pasado) bienvenidas sean. Se agradecen, se agradecen. Y si eres uno de esos jovenzuelos que por edad se perdieron lo grandes años de estos teutones, es una magnífica (ya sin excusas de edad) ocasión para reengancharse.