SPECTRES: Utopia (Deranged Records 2016)

382599_10200301779402878_439150071_nEn los últimos años han aparecido un montón de grupos dedicados a este noble arte de tender puentes entre la cresta (y la costra) y las chorreras: muchos de ellos incluso en la zona geográfica de Spectres (que son de los que hablaremos ahora) ya no solo en Canadá sino también en las cercanas Seattle y sobre todo Portland. Bandas como Artic Flowers (con quienes compartieron EP no hace tanto), The Bellicose Minds, Lost Tribe, los casi patrios Belgrado, Anasazi y un bastante largo etcétera, llevan unos años dando el callo y recorriendo tanto Norteamérica como Europa con receta de furgoneta y manta. Haciendo kilómetros y enseñando que cuando amas apasionadamente la música que haces (y lo que conlleva) lo demás está de más. “Nuestro” Rock Palace puede dar buena fe de ello. De entre todos los dichos, quizá sean Spectres los que tienen una trayectoria más sólida, o por lo menos más prolífica, ya que tras dos discos largos y unos cuantos singles y EPs, publicaron hace unos meses su tercer CD: Utopia. Un disco en la onda de los anteriores pero que pese a ello, consigue reflejar una cierta evolución en el sonido de los de Vancouver. No han abandonado el ramalazo punkarra (para nada) pero quizás han alcanzado mayor complejidad en un sonido que habitualmente adolece precisamente de ello, para ejemplo tenemos un montón de grupos que han ido siendo fagocitados por esas mismas limitaciones, por ese sotacaballoreyrismo sin matices.

 

Utopia consigue en sus (bastante largas para el género, aunque el disco no llegue a los cuarenta minutos) ocho canciones juntar en un mismo sitio el anarcopunk más ortodoxo (USA-style) con el afterpunk (beben de fuentes similares a las de los italianos Horror Vacui o a las de los fineses Silent Scream) y la new wave ochentera. El cóctel no puede ser más explosivo. En algunos casos decididamente oscuros (Daniel o New Buildings), han mutado su estilo a veces más “barriobajero” en algo incluso elegantemente siniestro, como puede escucharse en Crosses and Wreathes, por poner un ejemplo. Sin perder la acidez lírica ni la pose y la actitud contestataria. Utopia es un conjunto de canciones hechas para proporcionar un buen montón de sensaciones distintas, quizá (demasiado) a medio camino entre el punk de casa okupa y el nuevo postpunk, quizá no.

 

Lo que sí es indiscutible es que los vancuvarianos (vancuverita o vancouverenses, elige) consiguen en, como decía, poco más de media hora, darle una vuelta de tuerca a una escena bastante autocomplaciente en general y, de alguna manera creo, marcan por dónde deben ir los tiros. Mayor complejidad instrumental, más arreglos, composiciones, en general, más ricas y, sin duda, una mayor y mejor asunción de influencias, hacen que este Utopia se convierta en una indiscutible punta de lanza en este ramo. Por ello poco importa que la banda se sitúe un poco en esa tierra de nadie, o mejor dicho poco me importa a mí, dado que el resultado es tan bueno.

 

Los mejores temas a mi entender del utópico disco son aparte de las ya citadas Daniel, New Buildings y Crosses and Wreathes, Strange Weather con sus afiladísimas guitarras dando el perfecto contrapunto a la más que sólida sección rítmica. La voz del bueno de Mr. Brian Gustavson añade registros a un corte estupendo y, por supuesto, la que tan brillantemente cierra el disco, 16 Years. Otro de esos profundos temas de guitarra punzante y demoledores bajos que tanto gustan por estas letras. Pero bueno, en realidad no hay ningún tema “inferior”, no hay ninguna canción que desmerezca al resto, Utopia es un trabajo bastante notable y que da una idea de hasta dónde pueden llegar estos canadienses. Un muy buen trabajo, sin duda.

 

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