PETER MURPHY + MICHAEL SHAPIRO, 3 de octubre de 2011, Sala Heineken, Madrid

Sobre el previo (telonero), no diré mucho. Un pavo con una guitarra e imagen de seductor, voz potente y haciendo lo que ya se ha hecho once millones de veces, fue todo lo que ofreció el telonero de Murphy.

Y pasadas las 9:30 entra en escena el alabado para recrearnos con un concierto en tres actos, aunque por entonces, no lo sabíamos.

PRIMER ACTO.

Con una chaqueta para ocultar la evidente barriguita Peter inicia su periplo por temas de sus últimos discos. Discos que distan de parecerse a lo que todos conocemos como Peter Murphy: el de hace 20 años. Prueba de ello, para mi disgusto, es que aquello parecía un bar con el irredento ex Bauhaus dando saltos y brincos a modo de parodia de lo que hizo hace tantos años. Si, digo un bar porque la gente no paraba de hablar. Y como ya es norma de la casa, en la Sala Heineken los dos primeros temas del grupo estrella son para probar sonido, ergo entre las prácticas del becario que tienen frente al equipo de sonido y la algarada del personal, aquello parecía un rastrillo a media mañana.

La calentura acucia y Murphy decide continuar sin la chaqueta. Como si no nos hubiéramos dado cuenta, subiéndose la camiseta nos enseña su barriguita y un pezón, que se toquetea con furor mas, no contento con ello, se lo deja acariciar por el entregado público masculino de la primera fila, por si sale leche, digo yo. Con el susodicho debidamente endurecido por las friegas, se acerca al altavoz con el micro en ristre y en consecuencia, el acople ilumina la triste música, aunque no está en el tono. Lo más cachondo es que Murphy se sorprende, como si no supiera que pasan esas cosas…

Después de un rato en que sólo los mas férreos seguidores del inglés atienden al espectáculo y la algarabía tapa la música, lo que no había presenciado en toda mi vida, se acerca el final del primer acto. Murphy se tropieza con algo del escenario y sin saber muy bien por qué, el bajista, a su diestra, le empuja con furia con el consecuente desequilibrio del artista estrella. Pero no cae, mas algo le dice al del bajo que no le gusta ni un pelo y éste, el del bajo, se marcha del escenario…

SEGUNDO ACTO.

Peter Murphy sin bajista acomete los temas más famosos de su carrera, los de hace un follón de años. La reducción en el volumen de la charla del personal atestigua que estos temas si son conocidos. “All Night Long” despierta, por fin, las simpatías del público y la verdad es que el tema gana sin bajo. Le sigue “Cuts You Up” y acaba con “A Strange Kind of love” que alterna, a modo de sampler, con el “Bela Lugosi´s dead”, muy chulo el invento, si no fuera porque apenas se oye algo entre los murmullos y el pobre sonido de la sala. Los casi treinta pavos que ha costado el concierto han sido amortizados. Pero Murphy no lo sabe, así que nos regala el “Passion of The Lovers”, llegando al fin del acto segundo.

TERCER ACTO.

Murphy se despide y marcha del concierto. Tras una espera inusualmente alta, vuelve al escenario con bajista incluido para los típicos “bises”. Algo ha pasado en los camerinos, para bien. Un repaso a sus temas estrella del Deep y con inclusión de Ziggy Stardust anuncia su despedida no sin agradecer la cálida bienvenida recibida en España y el achuchón al pezón.

Al menos me pude pillar mi siempre ansiada camiseta, esa del “Bela Lugosi´s Dead”, tan chula ella.

Texto: Arriaz
Fotos: Eva Darkstar