MULTIVERSOS (ANTONIO ARIAS + JOSE ANTONIO CABALLERO), 17 de marzo de 2010, El Sol, Madrid

Noche de miércoles, sala El Sol. Aparcamiento imposible, mucho peor de lo habitual. Llego tarde a la sala, no han empezado todavía pero por muy poco. La velada promete una conferencia músico-astronómica de José Antonio Caballero, el astrofísico que inspiró a Antonio Arias su reciente Multiverso y después concierto del mismo, con la banda habitual de los últimos tiempos. La noche fresca, el público, escaso (calculo fatal pero no creo que hubiera más de setenta personas) y algo frío y la expectación alta. Sorpresas: en la guitarra Xarim en vez de Julián (que hizo que Antonio Arias retomara el bajo). Promesas de guitarreo cercano (o más cercano) a los lagartijas…

Eins, zwei, drei, vier, funf, Kraftwerk. Comienza el espectáculo. Sillas de tijera de madera, micros, una pantalla y la voz de J.A.Caballero. La charla sobre la relación entre música y astronomía se apoya en imágenes diversas y poco después también en los fragmentos acústicos de las interpretaciones “Ariasianas”: “Space Oddity”, “Across The Universe”, ”The Miracle”, “Azora 67”, “Santos Que Yo Te Pinte”… en cortos trocitos, suficientes (no deja ser el marco de una conferencia) pero que se hacen escasos. La charla se desarrolla un poco a saltos, es difícil crear un hilo narrativo común cuando mezclas en la conversación a Kepler con Brian May, a Bowie con Bach, a los Beatles con un púlsar, a Kraftwerk con… el hilo es la música, el hilo son las imágenes. Probablemente haya a quien la propuesta le pareciera desacertada (de todo hay), a mi me gustó, mezcló con suficiente sabiduría ciencia y arte (¿no son lo mismo?) como para resultarme interesante. Escenas impactantes, datos, poesía… Descriptiva, matemáticas, multidisciplinar… José Antonio Caballero consulta papeles, hace señas al control de las imágenes y todo se desarrolla más o menos según lo previsto.

Ya comienza el concierto en sí. Popi a la batería, el mencionado Xarim y Juano a las guitarras y Mr. Arias a la voz, el bajo y el comentario con sorna entre temas. La mencionada electricidad sumada se concentra desde la primera nota mientras van llegando como en oleadas las canciones de Multiverso. Tiendo a pensar que no solo en las letras está el espacio, las estrellas. Tiendo a dejarme inundar en los conciertos como el sol te anega la piel cuando amanece y las nubes le dejan, pero de música, de notas y acordes, de cada vibración. Tiendo a intentar sentir más que pensar, ver más que creer. En un concierto (y si me apuras en un disco) trato de olvidarme de octavas, de mayores y menores, de “sonido profesional” y de si esa reverb está bien donde está, ese arreglo aporta o sobra. Además tampoco entiendo de ello como para juzgarlo con ecuanimidad. Sí me gusta, sin embargo, centrarme en lo que todas esas “expresiones matemáticas” me sugieren, en las imágenes que despiertan, en su efecto, más que en la rotundidad numérica de su causa.

Y así “El Ordenador Simula El Nacimiento De Las Estrellas” o “Desde Una Estrella Enana” fluyen del escenario al público y de ahí, al universo. Se deslizan las melodías, se superponen las voces, al fin y al cabo somos hijos de las estrellas. “Astronomía”, “Miríadas”, hilvanadas más o menos en el orden habitual, tanto en el disco como en directo, desembocan en la esperada “Derrota De Bill Gates” y su pegadizo sonido y poco, muy poco, después, el homenaje a la perra “Laika”. Entre canción y canción, los ya habituales comentarios entre sarcásticos y mordaces, tan propios del señor Arias, en cualquier tiempo y lugar, y últimamente tan jaleados. Comienza el primer guiño lagartijero de la noche: “2010”. Menos bestia, más tranquila, pero tan plena como de costumbre. Y el segundo: “Mar De La Tranquilidad”, buenísima. Agua para el mar de los vapores que llevan al “Génesis”, la luz, la luz que lo llena todo.

Otro guiño, en este caso a la ciencia ficción bien hecha, a Kubrick y a Clarke: “2001: Una Odisea Del Espacio“. Y para casi terminar, “Cristal” y “Multiverso”. Como está claro que no admite pausas vivir, el espacio antes de los bises es bastante reducido. Enseguida se encadenan “Un Marciano Envía Una Postal”, “Nos Hemos Conocido Hoy”, y “No Sé Qué Hacer”. La primera de El Shock de Leia, con una de esas letras que se hacen repetir mentalmente cientos de veces después de escucharla, la segunda, inédita, quedó fuera de Multiverso y la última, del homenaje a los Ángeles. Canta Popi pero la voz está terriblemente baja, adecuada para los coros pero no para llevar el peso, la voz cantante vamos. Fue éste quizá el único pero importante al sonido de la sala, bastante bueno en general aunque con las guitarras un poco (solo un poco) demasiado sucias a veces, poco nítidas. Con todo, todas las imágenes, las más bucólicas, oníricas y las más científicas, técnicas, crean una pauta que persigue las melodías y que a su vez son perseguidas, haciendo un todo capaz de excitar más sentidos que la música solo o que el video en silencio. Y en esa especie de espiral cósmica te sientes bien, te sientes parte de ese Multiverso narrado, disecado. Puede que en este proyecto haya menos músculo, menos sudor que, sobre todo, en los primeros Lagartijas. Pero la esencia es la misma, es el mismo espíritu y aunque el señor Arias no puede (ni creo que quiera) desembarazarse de su pasado es admirable que siga siendo capaz de rodearse de tantísimo talento y de mantener una frescura y un nivel que para sí quisieran otros muchos, de fama mucho más rotunda. Vamos, un lujo siempre el poder disfrutar de estos conciertos que esperamos se repitan más pronto que tarde.