MEPHISTO WALZ: IIIrd Incarnation (Black Lagoon Music 2011)

Con cierto retraso comentamos el último CD de los usamericanos Mephisto Walz. Detrás de una horrorosa portada (hacía tiempo que no veía una carátula tan fea, aunque eso sea obviamente lo de menos) los de Bari Bari presentan en este IIIrd Incarnation precisamente eso: una nueva “encarnación”. Desconozco si es la tercera, la cuarta o la decimoséptima pero si el gurú de la banda dice que la tercera, pues la tercera. Y es que en este nuevo trabajo solo queda ya el susodicho, acompañado en esta ocasión (y esperamos que sea formación consolidada) por Sara Reid y Myriam Galvin –al parecer en directo los apoyan los ubicuos Benn Ra y Christian Omar Madrigal Izzo-, una vez olvidados D. Glass, Mr. Schumann y Christianna. Decían las malas (y las buenas) lenguas que era una vuelta a Crocosmia. A mí, sinceramente, no me lo parece tanto. Es una vuelta al deathrock más puro, sobre todo en relación con los últimos discos de los de la doble B, pero los veo más cerca de Scarlet´s Remains (lógico, claro) que de esa primera época tan gloriosa y añeja. Incluso me atrevería a decir que no tendría mucho sentido a estas alturas repetir esquemas tan transitados.

Yendo al sonido en sí, en general, es un disco con canciones dispares (no solo por la diferencia notable en el alma de las voces, a cargo de Mrs Reid y Mr. Galvin, sino por el propio sonido en sí, que por supuesto mantiene esa espectacular y “marca de la casa” manera de tocar la guitarra, tan inconfundible como difícil de imitar), que de algún modo consiguen sonar como cada una de las diferentes corrientes que de la música oscura funcionan en los USA. Aparte de las reminiscencias scarletianas, en ocasiones consiguen recordar desde los más anfetamínicos Shadow Project, a los mismísimos Frank The Baptist en por ejemplo One, o incluso al lado más punk de Super Heroines o 45 Grave. Esto, por supuesto, no tiene porque ser necesariamente un defecto, si se hace con creatividad estará bien hecho y la comparación siempre es inevitable. Además, en este caso, IIIrd Incarnation es infinitamente mejor, en mi opinión, que los flojísimos Cds anteriores de los del vals. Y eso es ya mucho decir. Siendo, a pesar de todo, un disco irregular, lleno de grandes momentos (me quedaría con Alexandria o Keep Me For Walking) con otros solamente buenos (la citada One sin ir más lejos o When Come The Vultures, que me recuerda un montón a una banda ochentera cuyo nombre ahora se me escapa), con franqueza no esperaba yo ya mucho de los del señor Galvin. Las últimas decepciones habían enfriado bastante la opinión que me merecía su música hasta bien mediados los 90 y es que probablemente solo con esta muestra no vuelvan al Olimpo del que nunca debieron bajarse pero si en próximos trabajos confirman lo que aquí apuntan, están en ese camino.