LES FLEURS DU MAL: Concrete Ravings (Malicious Release 2013)

Decíamos hace un tiempecillo que una de las cosas que nos había suscitado la escucha de Knife In My Back eran las ganas de tener entre las manos un “disco largo” de los holmienses Les Fleurs Du Mal. Decíamos también que habíamos quedado gratamente sorprendidos con la mezcla de estilos, la calidad y la oscuridad del citado y de Idolatry, los dos EPs que tuvimos oportunidad de comentar en estas páginas. Los dos discos se nos habían hecho cortos (como “defecto” principal) pero nos había encantado el sonido tan atemporal como contemporáneo de los hermanos Grim. Nos había gustado el que sonaran frescos y conocidos al mismo tiempo, el que nos costara etiquetarlos. Esperábamos con indisimulada impaciencia la publicación de estos Delirios, que imaginábamos a la altura. Siempre con reservas, claro, siempre esa inquietud fruto de decepciones pasadas que, en este caso Concreto, intuíamos innecesarias. Por todo esto, podéis imaginar lo que pensé cuando abrí el buzón y vi este Concrete Ravings. Os lo podéis imaginar porque no os lo pienso contar. No esta vez. El pudor me lo impide. Sí que diré que todo lo que se me vino a la cabeza, todo lo que anticipé, fue poco a poco materializándose conforme al ritual habitual. Quitar el plástico, desplegar el digipack, empaparse de la estética del mismo, mirar la portada, las fotos, el libreto con las letras que lo acompaña, el propio disco… El blanco y negro, la elegancia, el aire a cine americano de gangsters de los cincuenta, el logotipo en rojo con la rueda, la pistola y la flor… ¡Qué decir del contenido, una vez degustado el “continente”! Poner el disco en el reproductor, ajustar el volumen, prepararse mental y físicamente para lo que sin duda acontecerá… y acontece, claro que acontece.

Desde el principio, desde esa especie de intro, A Remorseful Day es una canción especial. El ritmo marcado casi afterpunk, la melodía de las guitarras, la personalísima voz de Axel Grim. Puro gothic rock del de siempre, del que nos gusta. Después Idolatry: In Vain entronca irremediablemente con el EP anterior (ya comentado en esta página). Sigue igual de pegadiza, de tarareable. Sigue el teclado presente sin agobiar (I era bastante más electrónico en este sentido, en cuanto al peso de la tecla en la melodía, KIMB e Idolatry más guitarreros), siguen las señas de identidad de Les Fleurs Du Mal. Concrete Ravings comienza tranquila, con el citado teclado dominando para luego ir creciendo y desarrollándose. Ochentera, muy ochentera, me trae a la cabeza a Brotherhood, no sé si por paisanaje o por qué… Nothing es de esos temas que te quedas cantando mucho después de escucharlos, de esos que por sí solos valen un disco entero, para mí uno de los grandes hits del disco. Strigoi System (uncompromised) es una versión un poco diferente de la que apareció en Knife In My Back. No sé si mejor, pero me gusta todavía más. Es una típica canción de rock gótico clásico, el riff de la guitarra recuerda a otros oídos mil veces pero, sin embargo, tiene personalidad propia, más que propia. Celebrity Gala es lenta, oscura, densa. Y a la vez repleta de fuerza, por contradictorio que parezca. Épica sin exagerar, suena añeja y moderna al mismo tiempo. Idolatry: In Pain, también es vieja conocida y de nuevo refleja la mezcla de personalidad y referencias musicales claras. Otra vez se aprecia como las influencias están tamizadas por una gran creatividad que, en The Storm, alcanza a mi modo de ver la excelencia. El bajo de “Luger” Haptén enmarca una composición francamente buena, muy buena. Stink no baja la guardia, mantiene el ritmo rápido, pegajoso, potente, bailable. Redonda hasta el final. Casi terminando ya el CD aparece una nueva mezcla de The Knife In My Back. Más “arreglada” que el Issue I, con más matices (si caben), en mi opinión supera a éste. Gana con el barroquismo de esos añadidos, gana capas, gana enjundia, por decirlo de algún modo, cinco minutos largos que terminan con un teclado en modo piano clásico enlazado con el tema que cierra el disco: Substanceless Abuse. Otra vez la oscuridad, la densidad del teclado y la voz arrastrándose por encima, enroscándose en cada acorde. Otra vez los ochenta (primeros noventa), otra vez el recuerdo y el pequeño homenaje. Otro tema que no me canso de escuchar.

Los hermanos Grim en una forma espléndida. Concrete Ravings como uno de los mejores discos en lo que llevamos de año. Sale a la venta a primeros de mayo. Compra obligada a poco que tengas buen gusto. Créeme, asi es.

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