LAGARTIJA NICK: Hipnosis – Reedición (Chesapik 2012)

20130121143509577_000120130121143532088_0002Decía hace ya tiempo que jamás pensé que tendría la oportunidad de comentar los primeros discos de los granadinos Lagartija Nick: la llamada por algunos trilogía punk. Con el devenir de los años, se han reeditado los tres (Inercia en 2008, Su en 2009 y ahora Hipnosis), lo que representa sin duda una gran oportunidad para quien no los tuviera de hacerse con las que son, para mí, tres obras fundamentales del rock en castellano de siempre. Del rock, del punk, del pop… Fundamentales, ya digo. Además, por si el hecho de poder poseerlas fuera poca cosa (ni que decir tiene que los originales llevan un porrón de años descatalogados) vienen acompañados de extras en forma de demos inéditas, tomas diferentes, etc. 

Vamos con Hipnosis en sí. En este caso, la cuidada reedición de Chesapik toma forma en un único CD (Inercia y Su eran dobles) que incluye el EP Algo Cínico y un puñado de inéditos. Policía Detrás y Gangsterville tal cual y la canción que da nombre al EP y las dos versiones remasterizadas. Algo Cínico suena parecido a la clásica, más limpia quizá. No Man’s Land (de Syd Barrett) y I Had Too Much To Dream (de los Electric Prunes) suenan aún mejor. Tan sucias y tan aceleradas como las recordaba, pero también con mejor sonido. Los inéditos, cuatro, están en la línea de la época, aunque se notan menos pulidas que las del disco, como menos arregladas, más “crudas”. Una Luz, Sedán o El Placer De Los Gurús tienen todos los ingredientes que hacen grande Hipnosis: rockeras, distorsionadas, oscuras, punkarras de actitud, letras collages (aunque menos todavía que en Inercia o en Su)… Decía alguien que la batería y el bajo dibujaban las canciones y que las guitarras (supongo que también voces y teclados si los hubiere, que no es el caso) las coloreaban. Quien lo dijo desconozco si había escuchado o no al combo de la Chana pero diría que lo parece. Ya en Hipnosis (más de veinte años) el trazo grueso del bajo saturado es inmisericordemente machacado por la locura de la batería, ya dan color por encima las dos guitarras cada una más marciana que la otra. Da la sensación de que en LNick (me refiero a la formación original) no hay la combinación habitual de guitarra rítmica y solista, sino que cualquiera de las dos se erige indistintamente en una u otra según la canción lo necesita o incluso se empastan de manera solista ambas, ejerciendo de punteo demoledor. El resultado estremece. En las demos también. De las tres, me quedo con Una Luz, uno de esos temas que necesitan más de una escucha pero que una vez que te entran se quedan ahí, cuesta sacarlos. Especialmente porque no apetece hacerlo. Sedán y El Placer De Los Gurús, también, pero menos. En mi caso, claro, aunque no mucho menos. Me parecen un poco menos “acabadas” que Una Luz, pero puede ser que me falten escuchas. Ya os cuento en unos meses.

Leave My Kitten Alone es otra de las sorpresas (entre las inéditas). Popularizada por los Beatles o por Elvis Costello (es de estos clásicos mil veces versionados, de los que apenas se recuerda el original), aquí está pasada por la túrmix de los granadinos. Como sucedía con I Had Too Much To Dream dónde el garaje sesentero daba lugar a una especie de protopunk de los setenta, ganando décadas a la causa. Como pasaba incluso en mayor medida en No Man’s Land, dónde el alucinado Barrett ponía decadencia y psicodelia aquí se transformaba en rabia y chulería. Sólo que en el caso de No Man’s Land y de Leave My Kitten Alone, la diferencia con las “originales” es todavía mayor: parecen propias. Para mí, eso es la mejor virtud que puede tener una versión.

En cuanto a la reedición en sí, aparte de lo dicho de la recuperación de material descatalogado (que ya por sí mismo sería razón más que suficiente), está, insisto, muy cuidada. Funda de cartón con portada original y texto de Antonio Arias, nueva portada en el libreto (preciosa, le da otro aire al disco y eso que la primigenia ya era muy muy bonita), todas las letras incluidas (también de las inéditas y de las versiones), textos de Fino Oyonarte y Juan Hermida que explican y contextualizan un poco Hipnosis, como fue todo y lo que significó, fotos también inéditas del grupo… En definitiva, con el cariño y la dedicación que merece el disco y la trayectoria del grupo. En definitiva, como Chesapik tiene por costumbre. Poco más puedo decir. Ya vuelve a sonar No Lo Puedes Ver…