LAGARTIJA NICK, 19 de mayo de 2011, Sala Caracol, Madrid
– Aquí, en la puerta.
– ¡Joder!
Siete de la tarde. Las conversaciones con los astrofísicos siempre son interesantes, aunque no sean sobre el espacio directamente. Si éstos son auténticos Caballeros, todavía mejor. Prueba de sonido, distribución triangular equilátera en el escenario, quizá sea la más equilibrada, desde luego es la más simétrica, aunque se haga un poco raro. Dos, tres temas para ajustar lo más posible. Todo parece engrasado, todo dispuesto. El que será público más o menos entregado va llegando, muy poco a poco. Se acerca la hora prevista… y se aplaza el inicio. El setlist promete conjugar lo más antiguo y lo más moderno. Zona de Conflicto e Hipnosis. Veremos.
– ¿Qué van a tocar?
– Pues no estoy seguro. Parece que abren con Crimen, Sabotaje y Creación y que va a caer alguna de Multiverso, pero en el medio… Eso sí, de Ulterior tampoco hoy tocarán nada.
– ¿Ni Heroína siquiera?
– No. Parece que no. Esperaremos a mejor ocasión…
Se abre el telón y comienza el espectáculo. Los primeros acordes de la citada Crimen… van llenándolo todo. Suena todo demasiado alto y la voz no termina de oírse bien. No se entiende la letra, “camuflada” en la cascada sónica que sale de las manos del trío. Hay bastante gente en la sala, que quizá resulta un poco demasiado grande. Hay gente pero se está muy cómodo, la sala no está ni mucho menos llena, no hay ninguna clase de apreturas y te puedes mover con total libertad.
– Esa mujer de ahí al lado, es Ana Curra ¿no?
– Sí. Inconfundible. Está igual que siempre, los años pasan para todos pero ella ha debido hacer un pacto o algo…
– A ver si luego me puedes hacer una foto con ella…
– Si ella quiere, por mí no hay problema.
Tan Raro, Tan Extraño, Tan Difícil. Visita a Hipnosis. Sigue sin terminar de ajustarse la voz desde la mezcla. Sigue sin entenderse demasiado bien pero voceamos como si no fuera así, la canción sale de dentro, nos sabemos la letra y así es más fácil. Eric está en plan apisonadora, no es una sorpresa, suele poner el modo “a toda hostia y así reviente” siempre, en cuanto coge una baqueta. Impresiona. Víctor y Antonio se multiplican y consiguen que siendo un trío no se echen en falta instrumentos. Suena igual o más potente que cuando doblaban las guitarras o el bajo. Suena crudo y brutal. Suena Ahora y seguimos Hipnotizados. La voz y su volumen se van adecuando y arreglando poco a poco. Mejor. Siempre es difícil ensamblarlo todo, la distorsión del bajo no ayuda mucho y aunque la guitarra suele salir relativamente limpia, el muro ruidoso que se crea complica el tema.
– ¡Qué pasada!
– Si, ¿verdad?
– No esperaba un comienzo tan “arriba”, creía más bien que irían poco a poco, les va a costar mantenerlo.
– Veremos.
Mi Vida Anterior. De vuelta al presente, una de las canciones más personales de Zona de Conflicto y quizá de toda la discografía lagartijana. Suena mucho más cruda que en el disco, confirmando las expectativas. Más potente, más rockera si cabe, más bestia. Los restos del naufragio, lugar común, ahí siguen, pero no parecen incordiar demasiado. Mejor. Seguimos disfrutando, seguimos y seguimos. Empezamos el “segundo bloque” con Anoche Soñé Demasiado. Rescatada del Shock de Leia, hacía tiempo que no la escuchaba en directo. Me gustó como salió, ya solucionados los problemas en el micro.
– Joder, ¡qué buena!
– Cojonuda. Ya suena mejor, ¿eh?
– Sí, coño. Pero todavía echo de menos un poco de nitidez…
– Yo creo que es a propósito. Siempre suena “sucio” y esta sala doy fe de que tiene una acústica estupenda o, por lo menos, siempre que he venido me lo ha parecido. Y son unas cuantas veces ya…
No Lo Puedes Ver. De vuelta al Hipnosis. Ya sí sorprende la combinación nuevo-viejo. Para cualquier banda, tocar con esta profusión canciones de hace veinte años, es un suicidio o poco menos. Para ellos no. Es cierto que tienen un público fiel, que les sigue desde hace bastante tiempo, compuesto mayoritariamente por treintañeros (y más), con un porcentaje de advenedizos muy muy reducido. Un público que corea sin problemas temas tan de antaño, un público, como es mi caso, que más que molestarle lo agradece. No porque le parezca mejor repertorio el clásico sino porque también apetece oírlo, más allá de los “obligatorios” hits, que a estas alturas todavía no aparecen… Disneyworld, el acabose. Esta sí que no me la esperaba, gran sorpresa. Y gratísima. Algún problema con la letra, menor, interpretación magnífica. Aunque a estas alturas no lo sabíamos, aquí terminaba el repaso al tan citado Hipnosis, abundante y tal vez (dada la trayectoria) necesario.
– Tenía yo ya ganas de escuchar estas canciones…
– Y yo, y yo. Mucho cine, eh? Apocalypse Now, Polanski…
– Y muy bueno, jajaja.
Panorama Nº 5 y Tiempo De Exposición. Así, del tirón. Baja el ritmo, mucho. Y eso que no son canciones lentas, pero no tienen la “fuerza” de las anteriores. No son exactamente medios tiempos… no sé muy bien dónde ubicarlas, tampoco creo que importe. ¿Un cierto descanso? Tal vez. Muy relativo, en cualquier caso, no se ralentiza todo tanto. La batería de Eric en Tiempo… no deja que sea así tampoco (inciso: se me olvidó preguntar el motivo de que toque la misma David Fernández en el disco, simple curiosidad, me lo apunto para la próxima). Nuevo cambio, nuevo bloque y visitamos Multiverso: Desde Una Estrella Enana. Seguimos con el “descanso”, esta sí es radicalmente más lenta. Me gusta como la interpretan, otra que sale ganando en el directo, aunque eso ya lo sabíamos por la gira de Multiverso. Antonio aprovecha para saludar y alabar el gusto por lo astronómico de la gente de Everlasting (que sacó el CD) y mencionar la presencia en la sala de José Antonio Caballero, iniciador y propulsor del proyecto.
– Ufff, ¿Y ahora?
– Pues no sé, paciencia, se verá.
Y se ve. Úsame, para mí, la mejor canción del mejor disco, a toda leche. Acojonante. Hace que eche aún más de menos el haber visto una gira de Su, a raíz de la estupenda reedición, un poco como sucedió con Inercia. Impresionante. Cambios de ritmo, letra alucinante… ¿he dicho ya que para mí es la mejor canción del mejor disco? Pues lo repito. Y sin parar Yo Día Y Orden. Uf. Eric se multiplica por increíble que parezca, este tío no es humano, no se puede tocar a esa velocidad, tiene tempo electrónico. Otra vez brutales cambios de ritmo, sorprende la ausencia de sangre en los dedos de Víctor o de Antonio. Val del Omar… ¿qué se puede decir?, nada, la verdad es que nada.
– Madredelamorhermoso, ¡qué pasada!
– Sí. -Sin más-
Después del caos, la calma no tan calma. La serenidad con el remolino interior de Zona de Conflicto y ese Dios que reza afuera. Otro semidescanso para arremeter casi sin solución de continuidad con Nuevo Harlem, la canción (junto con Satélite que llegará después) que me descubrió a los granadinos en una época tan recordada como lejana. Siempre me ha parecido muy surrealista con esos taxis, con la música de Bach y esos cocodrilos lectores. Me gustó mucho como la hicieron, la verdad, sonó nueva, siendo un clásico entre los clásicos.
– Ya estos si son hits, indiscutibles, ¿no?
– Sí, sí, pero aún quedan, ya verás.
Y quedaban. Acercándonos a la hora de concierto, los primeros acordes de Supercuerda atacan nuestros oídos. La para mí (junto con Crimen etc) mejor canción de Zona de Conflicto sonó muy muy bien. Daba la sensación de que los propios músicos se aplicaban eso de “en el mismo instante, distinta posición” y tocaron a toda velocidad. Tal y como sucedió con el resto del repaso al último disco, ganó más todavía en directo, ganó crudeza y fuerza, sin perder un ápice de oscuridad. De ahí al final, otros tres indiscutibles éxitos: Primero Universal, con dedicatoria a los músicos presentes (había varios, de diferentes pelajes). El tema más famoso de los de Graná, especialmente tras versionarlo Amaral, sonó como el resto del concierto, como lo ha hecho últimamente, como lo hacía en los primeros 90 cuando fue compuesto: punk, bastante punk. Después 20 versiones, también de mis preferidas del Shock de Leia (aunque prefiera Pasajeros en Tránsito, que no tocaron). De nuevo, bastante punk en la interpretación a pesar de su aparente alegría que a mí se me antoja amarga. Por último, para cerrar bloque y concierto, la antes mencionada Satélite. Brillante colofón que hizo que el público se quedara con ganas de más, de mucho más.
– ¡Otra! ¡Otra! ¡Otra!
– Eso, ¡Otrísima! (que hay cosas que ni cambian ni deben hacerlo).
El público espera (y sabe que habrá bises). Se discute amigablemente cuáles serán éstos. ¿Las que no han tocado de Zona de Conflicto con algún “gran éxito” para cerrar? ¿Alguna sorpresa inesperada? ¿Algún inédito, incluso, que se comenta por ahí que han tocado hace poco? Dudas muchas pero no sobre que el concierto tiene que prolongarse un poco más. Enseguida sale el trío de nuevo al escenario y tras saludar, Antonio coge la guitarra. Y así, con dos guitarras y el ínclito machacabaquetas arranca Génesis. Pues ni inédita ni clásico. Sorpresa sí, de las gordas. No me esperaba esta canción, no me esperaba Multiverso. Menos aún en los bises. Me gusta mucho esa canción, como me ha terminado gustando mucho todo el Multiverso, pero es en mi opinión demasiado lenta para abrir unos bises tras la caña de Satélite y la efervescencia del público que espera. El resultado fue un bajonazo de órdago. Menos mal que rápidamente remontó el tema con la impresionante Estratosfera. El cañonazo que abre el Su movió a la gente, incluso vi a una chica bailar cual posesa electrificada a escasos metros y eso es un fenómeno poco menos que de estudio. Vamos, que nunca habían estos ojos que se comerán los gusanos presenciado nada igual. Con esas, Esa Extraña Inercia cerraba el espectáculo. Coreada hasta la saciedad, fue un buen cierre, un bonito broche a un concierto notable. Aunque creo que el final llegó demasiado pronto (siempre es pronto cuando disfrutas lo que te ofrecen).
– ¿Por qué dices que el concierto fue notable? Fue el mejor que he visto y son ya unos cuantos.
– Bueno, estuvo muy bien pero a mi juicio, el orden del repertorio fue mejorable.
Me refiero a que dicho repertorio (más allá de la elección del mismo, que sí me pareció acertado, toda vez que siempre siempre va a haber canciones que echar de menos y que habría tantas colecciones como personas que lo escuchan) debería haber sido colocado de otro modo, pues hubo algunos saltos de intensidad (Zona de Conflicto entre Yo, Día y Orden y Nuevo Harlem, el principio del bis con Génesis), altibajos más bien, que me descolocaron un tanto. Obviamente es una cuestión menor, que no empaña el estupendo recital de los granaínos pero que me llamó la atención. ¿Más peros? Pocos más hubo. Puestos a rebuscar, podría haber habido más gente (la banda y su show lo merecen). La Caracol podría haber sonado mejor (doy fe que en otras ocasiones lo ha hecho). Podría haber sido un concierto más largo (una hora y cuarto larga, hora y media todo lo más duró). Podrían haber tocado Heroína… En definitiva, lo bueno abundante y los peros menores, ¿se puede pedir más?
– Amén.
– Eso.
QUE BIEN ESCRIBES, COÑO
K gran concierto, como siempre especial, lo disfruté a tope… no sé si era la primavera, lo que estaba pasando en Sol o todo a la vez, pero sentí que todo era impregnado x un rollo «punk-rock» en la sala que no había visto en otros conciertos de los Lagar (y creo k ya van 7 o por ahí)…
QUÉ GRANDE ANTONIO, QUÉ GRANDE ERIK. K GRANDE TODO, COÑO!!!!
Os amo una y mil veces