LAGARTIJA NICK, 05 de noviembre de 2011, El Sol, Madrid

– Buenas noches
– Buenas noches
– ¿Se puede aparcar aquí?
– Hombre, poderse no se puede, pero… allá tú.
– Me refiero a si es frecuente que venga la grúa o que te pongan una multa o algo de esto.
– Pues si viene un ministro y quiere aparcar…
– Ya, pero ¿suelen venir ministros los sábados a estas horas?
– Es que si te digo que aparques y luego te multan…
– Pues no te echaré la bronca, no te preocupes.

Con el coche malbien aparcado camino hacia El Sol, el de la calle Jardines, el “astro rey” hace rato que duerme. Cuando llego están probando sonido. Zona de Conflicto y Crimen, Sabotaje y Creación, si la memoria no me falla. Ajustes en las voces, pequeños arreglos en cómo se oyen entre sí y todo queda dispuesto. ¿Cómo queréis las luces? ¿Os pongo estroboscópicas desde el principio? ¿Se escucha bien desde ahí? Todo perfecto, todo acordado. Ya fuera, cañas y montados de lomo sin lomo, torreznos y palabras. Conversaciones variadas que amenizan la espera. En fin, la vida.

Ya en la sala otra vez, más vida. Llega la hora del concierto, muchas caras conocidas entre el público. Buena entrada en El Sol, como es habitual. Curiosidad por el setlist, ¿sorpresas? Veremos. Se apagan las luces, se encienden las gargantas. El bajo comienza su sonar en comunión con las baquetas. Aúlla la guitarra… Crimen, Sabotaje y Creación. Magnífica. Para mí, de las mejores del último disco de ¿no lo había dicho? Sí, de Lagartija Nick. No había visto nunca usar un e-bow con un bajo, aumenta el “ambiente”, la atmósfera. Le siguen, como en el de la Caracol, Tan Raro, Tan Extraño, Tan Difícil, Ahora y Mi vida Anterior, en un primer bloque. Me encanta como revisitan Hipnosis, actualizándolo aunque no haga mucha falta porque es un disco que a pesar de los años transcurridos, no ha perdido vigencia. Es difícil adjetivar impresiones y más cuando no es la primera, ni la segunda (ni siquiera la décima), vez que lo has de hacer con un tema en concreto o con una sensación determinada. Eso sí, me gustó muchísimo Ahora con ese ritmo que dispara los pies. Las luces estroboscópicas (no recuerdo que sean muy habituales en otros conciertos de los de Graná) acentúan la sensación. Fotos desde las primeras filas, un tipo grabando video…

El segundo bloque, ya con Gibson sustituyendo a Fender en el bajo, se abre con Anoche Soñé Demasiado. El homenaje a los Electric Prunes parecía cerrar un cierto círculo.Pero resulta que no, al final sigue abierto. Continúa, fluye, No Lo Puedes Ver, Disneyworld, Panorama Nº 5 y Tiempo De Exposición. Hipnosis de nuevo y Zona de Conflicto dándose la mano. En otros momentos, la combinación de ritmos y épocas me había descolocado un tanto; en éste, me parecieron perfectamente ensambladas, sin bajar en ningún momento un concierto que ya había empezado altísimo. Suena todo muy bien, ensamblados como de costumbre y, para mí, más nítidos que otras veces en la misma sala. La misma distorsión habitual, el bajo igual de saturado, la batería, cómo no, enloquecida (trozos de baqueta saltan en un momento dado, me acuerdo de que si una lágrima puede matar, una astilla ni te cuento, decido no ser aprensivo) pero… suena menos confuso todo. La guitarra de Mr. Lapido multiplicándose por quince mil, en un claroscuro continuo. El muro de sonido es en este caso un marco que hace destacar las canciones, sin “comérselas”. Menos impreciso, menos borroso, sin ambigüedades.

Tercer bloque y Úsame. Buffff. No puedo con esta canción. Decir piel de gallina no es suficiente. Decir lo buena que es tampoco. Decir que estuve un rato con la voz jodida tras ella es solo destacar una pequeña consecuencia. Para mi gusto, por si sola vale una entrada y justificaría todo el concierto. Pero no, va seguida por Yo, Día Y Orden. Y el problema es que de esta podría decir lo mismo… Luego Zona de Conflicto y Nuevo Harlem. Ya todo tiene un calor y un color, ya todo está allí dónde querías. Y esperas que no termine. Y empieza a sonar la en mi opinión mejor canción del último disco, sí, los que leéis esta página ya sabéis cuál es: Supercuerda. Oscurísima y perfecta. Letra y música, otra que justifica una entrada. Rondamos ya los cuarenta y cinco o cincuenta minutos de concierto y la tropa sigue coreando y bailando como al principio, curiosamente, es la primera vez que veo más gente cantar las “nuevas” que las “antiguas”, por parte de algunos, por lo menos. Se deben estar haciendo clásicas ya.

Universal. 20 Versiones. El Signo De Los Tiempos. Satélite. Para cerrar el concierto. Para cerrarlo a lo bestia, bien arriba. Las cuatro voceadas por el público de detrás de mí. Sobre todo Universal y Satélite. Sudor, mucho sudor, arriba del escenario y abajo. Mucho esfuerzo en hora y algo. Como siempre, es corto aunque quedan todavía los bises. También es cierto que no sé si se puede tocar mucho más tiempo a ese ritmo. Infernal Eric pero también tremendos Víctor y Antonio. La gente quiere más y lo hace saber. A voces, por supuesto. Y hay más. En un primer bis, Vuelo Nocturno y Estratosfera. Vuelo Nocturno suena un poco raro, como si estuviera poco rodada, no termina de llegar dónde debe (en comparación con las demás), desconozco la razón. Estratosfera es otro cantar. Una barbaridad de canción llevada al límite una vez más. Vuelta al camerino. Todo ha terminado o eso parece.

Pues no, faltan canciones. El trío sale de nuevo a interpretar La Curva De Las Cosas y Sólo Amnesia y Esa Extraña Inercia. La Curva, muy pedida por la muchachada, no deja indiferente a nadie y las otras dos… perfecto broche. Al final cerca de hora y media larga de concierto. Al final, la misma entrega de siempre. Al final, otro concierto que recordar durante años. Al final… al final, más cervezas, más conversaciones y más ganas de hablar, de concretar lo concretable y de plantear lo que quede. Y esta vez no hay peros. Ninguno.

– ¿Ves? Al final no ha pasado nada. No te han multado ni ha venido la grúa.
– Muchas gracias. Te has librado de una buena bronca…