KOVALSKI: Punto de Quietud (Rojo Oscuro Records 2012)
Por fin y tras innumerables contratiempos le echo el diente (la oreja en realidad, no soy de morder cedeses) a este esperadísimo Punto de Quietud. Esperadísimo porque el EP anterior me gustó bastante y porque llevaba ya un tiempo anunciado. Pero ya saben, amigos, que nunca es tarde y este primer disco largo de los madrileños no me ha decepcionado en absoluto ni aún teniendo en cuenta la altura de las expectativas. Desde la sencilla, en su belleza, portada (ya saben, eso de menos es más, no hace falta ser barroco para conmover) hasta la última palabra de la última canción (“acertarás”, no se puede ser más premonitorio) todo está medido y hecho desde dentro, todo tiene unas referencias concretas que dan fe de lo que ya presagiaba Caótica. Vuelven a estar aquí todas esas características –que son comunes a eso que llamamos rock cuando está bien hecho- de las que hablábamos entonces, esas guitarras omnipresentes, los bajos y los parches marcando el paso, la voz personal (arrastrada en el final de cada verso, un recurso que, tal vez, debería ser un poco menos omnipresente, pero obviamente va a gustos) y las letras en español clarito clarito y muy trabajadas, deliberadamente poéticas sin caer en la sobreactuación, contando historias sin redundar en obviedades, como deben ser las letras de cualquier canción si le das importancia a la lírica, vamos. En lo musical es evidentemente Rock de ese cuajado de referencias pero que no copia a nadie. Rock del que sentirse orgulloso. Diez canciones (repite Ciegos Con Pistolas, aunque cambiada, acústica, llena de cuerdas, preciosa) a ratos densas, a ratos cristalinas y transparentes, pero siempre “suyas”, particulares y propias. Se notan las manos de Mr Cabezalí (cuesta encontrar un proyecto interesante que no esté de alguna manera auspiciado por este mozo, prolificidad y buen gusto a partes iguales) y de Alberto Seara en las mezclas, sobre todo en las arregladas atmósferas. Se nota el trabajo y se nota, de nuevo, el buen gusto. Para el mío, Te Reconoceré (que funciona ya como primer single acompañada de un estupendo videoclip), sobre todo por el principio –ese bajo- y la épica. También destaco Los Dueños (Hipnótico inicio, sé que quien quiere me entiende), la Breve Introducción Al Sistema que abre el disco presagiando lo que vendrá y, bueno, en realidad todas tienen “algo” especial, algo que hace que te apetezca volver a oírlas. Es entonces, en esa nueva escucha cuando te das cuenta de que te has perdido matices, de que debajo de las sensaciones percibidas hay mucho más. Me quedan, eso sí, las ganas de verlos encima de un escenario, quiera Crom que sea pronto…