KATZENJAMMER KABARETT, 27 de enero de 2007, Sala Y’Asta, Madrid

El ambiente antes de entrar a la sala era gélido y, como si fuéramos comentaristas futbolísticos, nos preguntábamos unos a otros por la “entrada”en el recinto. Tenía pinta de que no se iba a acercar mucha gente a disfrutar lo que los franceses Katzenjammer Kabarett tuvieran preparado. El frío no podía servir de excusa para no acudir a la cita preparada, una vez más, por La Cripta.

Era sábado, el precio de la entrada era bastante bajo (así como un euro más que la entrada más copa de otros garitos) y la sala escogida tenía sesión habitual los sábados a esa hora. En fin, todo indicaba que el concierto debía ser un éxito de público. Pero no, que va, el número de personas era ridículo. Los cincuenta de siempre, los de cada recital (con honrosas excepciones), los que no suelen fallar nunca. A mí, que salgo muy poco, por no decir nada, me terminan pareciendo los conciertos una especie de reunión de veteranos conocidos, siempre hay un grupo de “viejos siniestros” a los que solo veo en estas ocasiones y que me da la sensación, cada uno tendrá sus razones, de que les pasa un poco lo que a mí, que salen por la “escena” solo a ver conciertos. A lo mejor me equivoco, pero cuando me he pasado por algún dispensador de copas de los habituales, no me los he encontrado. Pero, para no variar, me estoy yendo por las ramas. El caso es que había muy poca gente congregada. Y eso es lo importante y lo grave, a mi modo de ver al menos.


En el momento de salir el grupo al escenario, exiguo pero suficiente, había unos dos metros de separación entre la primera – y desahogada – fila de gente y el borde, así que la propia vocalista, la complicada Mary, con cara extrañada nos pidió que nos acercáramos. A partir de ahí, mucha más entrega por parte del grupo que de la gente y un puñado de canciones que recorrieron todo su primer disco con el añadido de algunos temas nuevos. Así, desfilaron Jack’s Parade, Three Sketches, Gemini Girl Song, Hometown, Nevermore Brothel, Eve At The Mansion, Once Eliot, Hidden & Sick, Down The Stairs, Katzenjammer Kids, Romance, Sanatorium, Nothing But This, Mr Price, Ten Years, Colonel Killed Bla Bla Bla, es decir, la mayor parte de su, hasta ahora, único CD y un buen puñado de temas nuevos. La mezcla de dulzura y agresividad tanto instrumental como vocalmente fue desarrollando un concierto que se hizo un poco corto pero no por ello menos impresionante.


Visualmente me esperaba un espectáculo más teatral, más lejos del típico “grupo que toca y baila un poquillo”, pero, a pesar del sonido el concierto me encantó (la combinación de delicadeza y saturación sonora que suele practicar la banda se le atragantó un poco a la acústica del Y’Asta) que no fue tan bueno como hubiera sido deseable, tengo que decir que (probablemente la entrega absoluta, los esfuerzos más que encomiables de ser entendida en español que hizo Mary, la energía y la humildad tan lejana de la condescendencia habitual que suelen practicar muchos de los que se suben a un escenario, influyeron bastante). Disfruté un montón viendo las evoluciones de los músicos, los constantes cambios de ritmo y la mezcla bastarda y bizarra de cabaret, deathrock y talento, sobre todo talento.


Después del concierto, los miembros de la banda (en la barra del “frondo” no estuvieron pero tampoco fue tan difícil encontrarles) estuvieron horas – sí, horas – firmando discos, entradas, haciéndose fotos con quien se lo pidió… en fin, amabilísimos. La fiesta posterior fue tan buena musicalmente (no sé que pinchadiscos concretos estuvieron en la cabina) como de costumbre, por lo que el sabor de boca que me dejó el evento en general no pudo ser mejor.

Como única nota negativa, de nuevo el tema del público. Confío en que la escasa respuesta de la iniciativa no condicione futuros esfuerzos por parte de la organización (impecable como suele). Pero el tema del público (más bien su número en los conciertos) no ha variado un ápice al menos desde hace quince años.