HORROR VACUI + SECT + NUEVA AUTORIDAD DEMOCRÁTICA, 2 de enero de 2013, Sala Rock Palace, Madrid

Que el día dos de enero es un día complicado para programar un concierto lo sabe cualquiera. En medio de las preciosas fiestas navideñas, con todo lo que eso conlleva en todos los sentidos… tal vez incluso la fecha en sí sea lo de menos. Un local, Rock Palace, en medio de ningún sitio, al que solo se llega yendo aposta. Tres grupos, de diferente cantidad (y calidad) de fama por cinco desmesurados euros. Todavía hubo un “pollo” que preguntó si la entrada incluía consumición. Vivir para ver. Y oír. Llegué tarde, la culpa a medias entre el tráfico, mi nula capacidad de orientación y la puntualidad –por una vez- exquisita de los organizadores: Ojalaëstemibici y La Corporación. Así que me perdí prácticamente entera la actuación de Nueva Autoridad Democrática (que sustituían en el cartel a Perräs Salvajes). No conocía a ninguno de los dos combos por lo que, así a priori, ni me alegré ni entristecí. La salita, pese a la fecha, la hora, etc, estaba bastante llena, no a rebosar pero sí con buen aspecto aun con lo limitado de su tamaño o tal vez por ello.

Entrando en harina, NAD hicieron (en los dos o tres temas que vi) una especie de punk guarro, casi hardcoriano, como mandan los cánones (supongo): desafinado, gritado-aullado, a toda hostia, vamos, creando un marasmo sónico en el que era imposible distinguir nada. A mi alrededor había fans que movían sus cabezas y bailaban e incluso aplaudían al final, por lo que rápidamente deduje que el “problema” lo teníamos yo y mis gustos. Todo muy costra para mi delicado oído por lo que me di rápidamente a la cerveza. El grupo se desgañitaba delante del escenario, justo delante del público, casi en medio de éste, mientras que la tarima (que sí había) quedaba detrás y hacía las veces de camerino acumulando material de los grupos siguientes, fundas de instrumentos, etc. Dadas las dimensiones de la sala, no termino de entender exactamente la razón de aquello aunque estoy totalmente seguro de que alguna habrá. Y buena además.

Sin tiempo para mucho más, Sect sustituyen a Nueva Autoridad Democrática y empiezan con su repertorio. Conozco a Belgrado (comparten a Patrycja, que se encarga de la voz en los seudoyugoslavos y de la batería en Sect) pero de este grupo no sabía más que el nombre. Y desgraciadamente creo que el concierto que dieron no me permite estar más cerca de conocerlos. Constantes problemas de sonido de lo más diverso, la propia estructura de la sala (y la colocación de los músicos, de nuevo entre la tarima y la gente en vez de sobre ella, sobre la tarima quiero decir, no sobre la plebe), sonido entre terrible y desastroso, lo exiguo de los medios y algún que otro detalle menor o no tanto, desembocaron en un concierto un tanto áspero, más punk que afterpunk a ratos y con la intención adivinada de sonar oscuros en diferentes momentos pero sin terminar de lograrlo por los problemas antedichos… no terminaron de llegarme. Me fastidia sobre todo porque ninguna pega puedo poner a la actitud, al trabajo o a la intención del cuarteto, intensos todo el tiempo. La batería tan fría como la ocasión requería y las distorsiones de guitarra y bajo en su punto. La cantante, Nina, desgañitándose y entregando todo lo que tiene pero, ay, el resultado a mí no me “entró”, me pareció todo demasiado embarullado, sin matices, plano y a ratos excesivamente punki… me hago viejo, sin duda.

Horror Vacui esperaba que fueran otra cosa. Tenía claro, o creía tenerlo, que la actitud no sería un problema. Tenía claro también que peor que Sect no podían sonar, el cupo de problemas técnicos estaba cubierto. In Darkness You Will Feel Alright me había impresionado gratamente y esperaba que el directo fuera todavía mejor. Solo me quedaba la duda del repertorio, escaso todavía. Una tela negra cubre el micrófono, The Sheriff lleva una chupa con imagen de Amebix (buena, buenísima señal), camiseta de los Fields y gafas oscuras. El resto de la banda también luce grupos en sus camisetas: cada uno a lo suyo. Dos guitarras, bajo, batería y el citado sheriff. Chicas al bajo y a una de las guitarras, dos y tres. Si hay que describir, seamos descriptivos, vive Dios.

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En lo musical, rápidamente se disponen a reventar el repertorio citado. Todo In Darkness You Will Feel Alright va cayendo a su ritmo, tras un inicio que sentó las bases del resto del recital, I Like It When A Soldier Dies y Black Rivers son dos temas bastante más góticos (sobre todo el primero) de lo que el título podría indicar pero al mismo tiempo tienen toda la fuerza afterpunk de los de Bolonia, una mezcla peculiar que engrandece a Horror Vacui. Después, grandes momentos vividos con Arabian Spring o Yersinia. Suena todo bastante mejor que antes, sigue siendo tremendamente incómodo el tema de estar tan “a la altura” del grupo, pero se compensa con sudor, actitud y cercanía. Por fortuna, no hubo que lamentar desfases exagerados del respetable que arruinaran el espectáculo.

Porque desde luego que HV estaban dándolo, pese a algún problemilla con la guitarra, la presencia escénica y el chorro de voz del cherif compensan cualquier incidencia. Además las canciones son, eso, buenas canciones. Hits como In Darkness You Will Feel Alright, coreadísimo por la gente, un himno sin duda, apoyado en el topicazo título y en el estribillo resultón. Corvus Corax no fue menos. Para nada. El caso es que sin comerlo ni casi beberlo (precios populares también en la cerveza, es de agradecer) nos hemos ventilado ya dos tercios de concierto. Quedará una especie de improvisada colaboración con la ínclita Nina (de Sect) que junto con el resto de comapñeros permanecía en primera fila y una versión de la muy clásica, muy punki y bastante oscurecida para la ocasión Decontrol (de los seminales ochenteros Discharge), también ampliamente coreada por los presentes. Hay que ver, cuanto punkarra suelto sin pinta de serlo. En esta ocasión, bien estuvo.

Un par de temas más, entre ellos (creo, no estoy seguro) el nuevo The Fall of the Empire de su último single (que junto con el resto de trabajos de HV y el LP de Sect –aparte de camisetas variadas, etc- podían adquirirse allí mismo) pusieron punto final a una actuación de notable. Curiosos bises, toda vez que el grupo en vez de abandonar el escenario (habitual aunque hoy en día se note más que estudiado) haciendo como que ya no tocan más, ¡ocuparon el mismo! Fue el único momento de la noche en el que el público estuvo en su sitio y el grupo sobre la tarima. Una curiosidad sin más. La conclusión, la dicha, una actuación si no soberbia, si correctísima. Empañada un poco por las condiciones, claro, pero que en relación con las anteriores, fueron el día y la noche. Gran concierto (aunque pueda mejorar y esperamos que lo haga más pronto que tarde) de un gran grupo, que, para mí, ha sido una de las más gratas sorpresas de los últimos tiempos.

Era pronto aún, once de la noche más o menos, lo que tras tres grupos, no deja de ser curioso. Tiempo de alguna conversación más, pelaos de frío (menuda nochecita hacía), y de arreglar el mundo. El caso es que pese a que lo arreglamos de boquilla con relativa frecuencia no termina de solucionarse. Habrá que añadirle a lo mejor algo de oscuridad. Aunque sea para sentirnos bien.