GARDEN OF DELIGHT: Lutherion III (Trisol 2007)

Y de nuevo los tenemos aquí. La banda de los siete años y sus correspondientes siete discos. Los del círculo se cerrará para siempre (hasta que se volvió a abrir al poco tiempo, aún no conozco muy bien la justificación esotérica de semejante resurrección –aunque en verdad, estrictamente, no fueron siete discos sino bastantes más mantenían un nivel entre alto y muy alto-). Los alemanes Garden Of Delight cierran –creo, nunca se sabe- la trilogía Lutherion con este doble CD que nos ocupa y quizá, sólo quizá, el círculo no se debería haber nunca reabierto. Me cuesta tanto esfuerzo recordar en estos años post-cierre alguna canción imprescindible (en los tiempos de Enki’s Temple, Sargonid Seal, etc, etc, era sencillísimo hacerlo) que hablar de discos enteros que no hubieren merecido dormir el sueño de los justos se me antoja poco menos que risible. Y eso que este Lutherion III se soporta con facilidad a poco que el estoicismo del oyente lo consienta. Aquí, de nuevo, están las guitarras trabajadas, los bajos rotundos, los ritmos de siempre, las voces en la línea habitual y el rollo ocultista de todo a cien que siempre han impregnado toda la producción de los de Artaud (el temita Priorato de Sión, Illuminati, María Magdalena, etc olería a chamusquina aunque Dan Brown y adláteres no lo hubieran convertido en producto de consumo, en comida rápida, en bobada tan mal documentada que provocaría risas de todos los colores si no fuera por la gente que se ha forrado a costa de ello). Se agradece lo cuidado de la producción, artwork, etc, etc y más el incluir textos en varios idiomas (incluso en castellano) pero musicalmente el disco deja mucho que desear, suena tan a ya hecho antes, tan prescindible, tan vulgar, que… Bueno, para no cebarme más, son dos discos –aunque el segundo solo incluye dos versiones que añadir a la del CD principal de “Illuminate” aún peores que ésta, una versión bastante lamentable del Dark Entries de Bauhaus y una indescriptible “The Path of Illumination” – que por si mismos no representan más que un clavo más en el ataúd de un grupo que debió dejar las cosas como estaban hace tiempo, hace bastante tiempo. Joder, y pensar que me encantaban…