FESTIVAL ARCANA EUROPA 2003

El festival Arcana Europa comenzó en su tercera edición con puntualidad exquisita. Éramos muy pocas personas aún cuando El Luto del Rey Cuervo empezaron a desgranar las notas de su primer tema. Tan pocos que más de uno se preguntó si estarían probando sonido. Poco a poco algunas personas más que bajo el achicharrante sol del mes de Agosto a media tarde charlaban u observaban la mercancía de los distintos puestos de ropa, discos o merchandising que se extendían por la parte superior del anfiteatro, bajaron a los asientos más cercanos al escenario. El Luto cumplieron con su trozo de festival demostrando a los que lo dudaban, o confirmándolo a los que ya estábamos seguros, que son una de las propuestas más interesantes que se pueden disfrutar en la raída escena patria. Las voces de María, siempre perfectamente escoltada por unos músicos cada vez más compenetrados, resultaron tan magníficas como siempre. El único pero que se le puede poner a la actuación es que les vi menos entregados que otras veces. Tal vez la hora (seis de la tarde) o el escasísimo público presente no ayudaron mucho. De todos modos fue una muy buena actuación.

 

Después, ya con algo más de gente en la grada, salieron los portugueses Dwelling. Los temas que había escuchado de ellos, de su minicd «Moments», me habían parecido interesantes, pero en directo me decepcionaron un tanto. Las dos guitarras acústicas y las voces etéreas en estudio funcionan, sin embargo, al menos en esta ocasión, en directo no cuajaron demasiado. Los bajos, marcando el ¿ritmo?, y el violín, dadas las circunstancias de hora, público, etc, no dinamizaron el sonido algo monótono en su esencia. Se me hicieron un poco aburridos. De todos modos, me parecieron una banda que puede, y debe, dar mucho más de sí. El tiempo lo cura casi todo.

Tras ellos, aparecieron en el escenario una de las sorpresas del Festival: Luna In Caelo. Los chilenos demostraron que más allá del ecuador también saben hacer música oscura de calidad. En estudio me recuerdan a Ancient Tales, quizá por la forma de cantar de Alejandra. Ahora bien, en directo mostraron una fuerza descomunal, una manera de entender el siniestrismo que hacía tiempo que no oía. Y eso que las letras no se entendían demasiado (¿problemas con la mesa?). Como decía antes una de las sorpresas del Festival, ya que, aunque era un grupo bastante desconocido en España, cuajaron una gran actuación y por lo que pude oír, a la parroquia les gustaron tanto como a mí.

Gor (es decir Francesco Banchini y sus secuaces) lo intentaron. En su primer tema, incluso se acompañaron de una bailarina zíngara que bailó a los compases que se le marcaban desde el escenario. No sería justo decir que no dieron un buen concierto. Simplemente creo que la aparente sencillez de su propuesta no se adecua demasiado a las condiciones que se encontraron. Al público, congregado en un mayor número (ya anochecía por aquel entonces y, a pesar de la amenaza de lluvia, el buen gótico sale de noche), sí le gustó. A mí me parecen un muy buen grupo, lo que sucede es que me esperaba otra cosa. En cualquier caso tampoco fue tan pesado como comentó alguno. Voy a añadir un comentario que seguramente me acarree enemistades entre la plebe más gótica. Con Gor sucede una cosa curiosa que se podría aplicar a algunos otros grupos. Realmente la música que practican no tiene nada de oscura. Las muy evidentes influencias étnicas les encasilla con bandas que nada tienen que ver con el «siniestrismo». Lógicamente, te pueden gustar (a mí me gustan) como te puede gustar el rock combativo, pero por favor no pretendamos que todo sea oscuro sin serlo.

Stereoskop fueron ya harina de otro costal. Ahora sí que la mayoría del público bajó al espacio que quedaba entre la grada y el escenario y disfrutó sin complejos ante la propuesta de los madrileños. Su tecno-pop moderno (aunque con guiños a los ochenta como la versión del Big in Japan de Alphaville) no defraudó. La voz de Susana Egea y su saber estar en el escenario, acompañada por los efectos de luces y el humo, hizo que la gente bailara durante toda la actuación, cosa que no sucedió con los anteriores grupos (¿les estaban esperando?). Sonaron muy bien y aunque aún disponen de una discografía un poco exigua se entregaron sin contemplaciones. A mí no me entusiasman aunque reconozco que lo hicieron bastante bien.

El cierre lo pusieron los belgas The Breath Of Life. El grupo más gótico de cuantos componían el cartel de este año realizaron un concierto estupendo. Perfectamente sincronizados, supieron contentar al numeroso público que les acompañó en la parte baja del graderío. La dulce voz de Isabelle y la combinación de canciones rápidas («Nasty Cloud» fue uno de los momentos álgidos de la actuación) con otras más tranquilas no rompieron en ningún momento el ambiente creado y el humo y las luces también acompañaron. El único pero que se le puede poner al recital es que dieron la sensación de tenerlo todo demasiado bien aprendido. Así, el alma fue sustituida por la brillantez técnica en la ejecución. Ésto provocó que no me llegaran a emocionar del todo. En cualquier caso, fue un grandísimo broche de oro al Festival.

Respecto de los actos del viernes, lamentablemente por motivos laborales me fue imposible acudir, así que tendré que basarme en los testimonios de algunos asistentes para decir que, al parecer, tanto la poesía como el maratón de cortos y largometrajes tuvieron un gran nivel (como no podía ser de otra forma, dado lo que allí se proponía).

En cuanto a lo que fue la organización en sí, estuvo bastante bien. El escenario elegido para la ocasión no tenía la grandiosidad de los de los anteriores años, aunque la ubicación (más cercana que Segóbriga o Toledo) invitaba a una mayor afluencia de público. El cartel fue, a mi modo de ver, inferior también al de pasadas ediciones aunque tenía suficiente nivel como para que realmente hubiera habido más gente que la que hubo. De nuevo los problemas de escasez de gente en acontecimientos que verdaderamente tendrían que ser masivos. Pero es el tema de siempre. La gente es como es y creo que no se puede hacer nada al respecto.

Sólo un comentario más. Creo honradamente que el Festival Arcana Europa ha perdido un poco de su ideario inicial. Cada vez es menos arcana y menos Europa. En cuanto a la segunda parte, no tiene la menor importancia. Lo importante es que los grupos que actúen tengan calidad (hasta ahora, todos los años ha sido así). En cuanto a la primera parte no es que me parezca negativo el planteamiento. Simplemente hemos “perdido” un festival que recogía (más o menos) la esencia de las culturas antiguas europeas y hemos ganado una reunión regular en el tiempo de bandas que no se si tendríamos muchas más oportunidades de verlas actuar en directo. Para terminar, me queda dar la enhorabuena a la organización y pedirles que no se cansen nunca de organizar eventos de este tipo. La masa en general probablemente no se los merezca pero los que vamos disfrutamos mucho de ellos.

* Las fotos de los grupos que aparecen en esta sección han sido amablemente cedidas por www.ladefuncion.com